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El error del Presidente Obama


Alan M. Dershowitz

19 de mayo de 2011

http://www.hudson-ny.org/2137/president-obama-mistake

El presidente Obama debería ser elogiado por su énfasis en la seguridad de Israel y su preocupación porque Hamas se unió a la Autoridad Palestina, sin renunciar a sus violentos estatutos. Pero cometió un grave error que inclina la balanza en contra de Israel en cualquier negociación futura. Sin insistir en que los palestinos renuncien a su absurda pretensión de que millones de supuestos refugiados «retornen» a Israel, como una cuestión de derecho, insistió en que Israel debe entregar todas las áreas capturadas en su guerra defensiva de 1967, sujeta únicamente al intercambio de tierras. Esta formulación erosiona la resolución 242 del Consejo de Seguridad (en la que jugué un rol muy pequeño para ayudar a redactar el proyecto). La Resolución 242, aprobada por unanimidad por el Consejo de Seguridad, a raíz de la victoria de Israel en 1967, contemplaba algunos ajustes territoriales, necesarios para garantizar la seguridad de Israel contra futuros ataques. También contemplaba que Israel se mantendría en el Muro de los Lamentos, el Barrio Judío de Jerusalén y las vías de acceso a la Universidad Hebrea, sin necesidad de intercambios de tierra. Los intercambios de tierra sólo serían necesarios para compensar áreas más allá de las contempladas en la Resolución 242. La formulación de Obama parecería requerir intercambios de tierra, incluso para el Muro de los Lamentos.

Cualquier propuesto acuerdo de paz requerirá que los palestinos renuncien al llamado derecho de retorno, que no está diseñado para la reunificación familiar, sino para convertir a Israel en otro estado palestino con una mayoría árabe. Como toda persona razonable sabe, el derecho al retorno no es un arranque. Se lo utiliza como una «carta», por parte de los dirigentes palestinos, que comprenden completamente que tendrán que renunciar a él si quieren verdadera paz. Los israelíes también saben que tendrán que poner fin a su ocupación de la mayor parte de la Margen Occidental (como pusieron fin a su ocupación de Gaza) si quieren verdadera paz. El error de Obama fue insistir en que Israel renuncie a su carta sin exigir que los palestinos renuncien a la de ellos.

El error de Obama es una continuación de un grave error que hizo al principio de su administración. Ese primer error fue exigirle a Israel que congele todos los asentamientos. La Autoridad Palestina no había exigido eso como condición para las negociaciones. Pero una vez que el Presidente de Estados Unidos formuló tal demanda, la dirigencia palestina no podía ser vista por sus seguidores siendo menos palestina que el presidente. En otras palabras, el presidente Obama les hizo más difícil a los dirigentes palestinos ser razonables. La mayoría de los observadores objetivos, reconocen ahora el grave error de Obama en este sentido. Lo que es chocante es que lo ha hecho de nuevo. Al exigir que Israel entregue todos los territorios que capturó en la guerra de 1967 (con sujeción únicamente a los intercambios de tierra) sin insistir en que los palestinos renuncien a su derecho de retorno, el Presidente ha ido más allá de lo que los negociadores palestinos lo habían hecho durante una serie de negociaciones previas. Esto hace que sea más difícil, para la dirigencia palestina, ser razonables en sus negociaciones con los israelíes.

No es demasiado tarde para que el Presidente «clarifique» sus declaraciones, de modo que todas las partes entiendan que debe haber toma y daca – que los palestinos deben renunciar a cualquier derecho de retorno si se espera que los israelíes consideren seriamente la posibilidad de volver a las fronteras de 1967 (que Abba Eban llamó «las líneas de Auschwitz», porque les negaban a Israel una seguridad real).

Si el presidente Obama va a desempeñar un papel positivo para llevar a los palestinos y los israelíes a la mesa de negociación, debería insistir en que no haya condiciones previas a la negociación. Esto significaría que los palestinos no sigan insistiendo en una congelación de los asentamientos, antes de que ni siquiera se sienten para tratar de negociar las fronteras realistas. El Presidente, ni siquiera, les pidió a los palestinos regresar a la mesa de negociaciones. Tampoco les pidió abandonar la condición que él, en efecto, les hizo adoptar cuando, anteriormente, había insistido en la congelación.

El Presidente perdió una oportunidad importante al pronunciar su muy esperado discurso. No estamos ahora más cerca de las negociaciones de lo que lo estábamos antes del discurso. Mi temor es que estemos un poco más lejos, como resultado de la insistencia unilateral del Presidente de que Israel entregue territorios a los palestinos, sin renunciar al derecho de retorno. Espero que la visita del Primer Ministro Netanyahu a Washington pueda aumentar las posibilidades de negociaciones significativas. Me gustaría ser más optimista, pero el discurso del presidente no dio motivos para el optimismo. Habría querido que fuera diferente, porque apoyo firmemente una solución de dos Estados basada en la voluntad, por parte de Israel, de entregar los territorios capturados en 1967, junto con la voluntad de los palestinos de reconocer a Israel como el estado-nación del pueblo judío, de renunciar al uso de la violencia y el terrorismo y de renunciar a cualquier derecho de retorno.

Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld

Difusion: www.porisrael.org

 
Comentarios

Excelente artículo. Estoy segura de que el Prof. Dershowitz sabe bien que la renuncia a la violencia y al terrorismo supone un cambio total de mentalidad, que solo se logrará a través de una educación para la paz y la convivencia. El veneno sembrado y floreciente tardará mucho, mucho tiempo en poder ser neutralizado.

Hasta que los árabes no demuestren con hechos un cambio radical, Israel no puede darse el lujo de confiar en ellos. Tan solo fronteras defendibles, no importa cuales pero que imposibiliten una agresión fácil. No solo palabras o papeles. HECHOS. Creo que esto es lo que quiso decir Dershowitz con la frase que cierra la nota. La «voluntad», Israel la tendría, SIEMPRE QUE la contraparte tuviese voluntad real, además de todo lo dicho, de trabajar activamente en planes de reeducación de niños y adultos, erradicando el odio de escuelas, de universidades y de los medios.

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