23 Junio 2011
Honest Reporting
Comunicado del 23 de Junio de 2011
Este artículo de opinión, escrito por el Jefe de Editores de Honest Reporting, fue publicado originalmente en YNet News el 22 de Junio de 2011.
«Estamos en una batalla, y más de la mitad de ella, se desarrolla en el campo de batalla de los medios de comunicación.» Así dijo Ayman al-Zawahiri, el nuevo líder de Al-Qaeda en noviembre de 2005. Pero qué sucede cuando los medios de comunicación intentan definir el campo de batalla físico, convirtiéndose en participantes activos en la historia?
Todos debemos estar sumamente preocupados por el anuncio de que entre los que navegan en la inminente flotilla hacia Gaza hay periodistas de medios de comunicación, incluyendo el New York Times y camarógrafos de CNN y CBS.
Este es un claro ejemplo de la relación simbiótica entre los medios de comunicación y los agitadores anti-Israel, como los que están detrás de la flotilla. Después de todo, no fue la acción violenta de los pasajeros a bordo del Mavi Mármara lo que causó tanto daño a Israel – fue la tormenta en las relaciones diplomáticas y públicas por un incidente que ocupó la prensa internacional durante varios días después del evento.
El «martirio» de los nueve pasajeros turcos constituyó un éxito de relaciones públicas para la organización IHH y sus cohortes. Es evidente, entonces, que la única razón por la cual los medios de comunicación decidirían subir a bordo de la próxima flotilla sería por la posibilidad de capturar una repetición de las actuaciones. Asimismo, los organizadores de la flotilla cuentan con los medios de comunicación para publicar una historia cuyo relato ya se ha escrito – es decir, que algunos valientes «activistas por la paz» intentan romper el brutal e ilegal bloqueo naval de los pobres palestinos en su prisión al aire libre.
Imagine que la Marina israelí, aborde los barcos de la flotilla, uno por uno, obligando a los buques a desembarcar sin incidentes para su inspección, en un puerto israelí. Este sería el fracaso final por parte de los organizadores, de crear un incidente grave, así como para los medios de comunicación a bordo y que esperan estar en la escena reportando sobre la historia más grande de las noticias del día.
«Idiotas útiles»
Una vez establecido que tanto los participantes de la flotilla como los acompañantes de los medios de comunicación se necesitan unos a otros, ¿podemos honestamente contar con que el New York Times, CNN y CBS, así como otros periodistas «insertados» informen sobre la situación con objetividad, aunque la historia no llegue a ser tan dramática como ellos esperan?
¿O será que la mera presencia de los medios de comunicación actúan como una invitación a la confrontación y la violencia potencial, como los llamados «activistas» actúen para las cámaras? Y qué decir de los propios periodistas? Mientras que en los últimos años, algunos reporteros han sido inadvertidamente muertos o heridos por el ejército israelí, no podemos esperar que soldados entrando en una potencial zona de guerra, como lo fue el Mavi Mármara, manejen la carga adicional de evitar al personal de los medios de comunicación, que a propósito se han posicionado en la línea de fuego. Esto no sólo pone en riesgo la vida de los periodistas, sino también las de los soldados de Israel.
El gobierno israelí cerró el acceso a la Franja de Gaza a los periodistas durante la Operación Plomo Fundido, aparentemente por su propia seguridad y para evitar que las tropas de las FDI se ocuparan de otro factor fuera de su control en el campo de batalla. Hubo un argumento válido de que esta decisión le jugó en contra a los intereses de Israel. Los medios de comunicación, acampados en una colina con vista a Gaza, fueron contrariados y vengativos, mientras que las imágenes de Gaza estaban dominadas por al-Jazeera y por otras fuentes menos objetivas.
Esta vez, Israel haría bien en recordarle a los periodistas a bordo de la flotilla que serán participantes activos en un intento ilegal de romper lo que es un bloqueo naval legal según el derecho internacional.
Sólo podemos esperar que los medios de comunicación no se verán influidos por los ideólogos y los «idiotas útiles» que forman los grupos dispares a bordo, cuyo espíritu dominante es el odio a Israel en lugar del amor de los derechos humanos universales. Tendremos que confiar en la profesionalidad de los periodistas para capturar la realidad de lo que ocurra, libres del prejuicio que colorea tanto los reportes sobre Israel.
Basándose en experiencias anteriores, sin embargo, no debemos tener grandes expectativas. Esta flotilla ha zarpado. Israel quedará flotando, se ahogará en un mar de publicidad negativa o será ésta una expedición de pesca en aguas tranquilas?
La flotilla está navegando. Es hora de cerrar las escotillas, una vez más.
Artículo traducido de HonestReporting por Simon Plosker
http://reportehonesto.com/show.php?idnoticia=183
Difusion: www.porisrael.org
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