La reacción árabe, desde 1949, muestra que Israel no es el único responsable del problema de los refugiados
Alexander Joffe, Asaf Romirowsky
Ynetnews
27.07.11 / Israel Opinion
El fallecido intelectual palestino Edward Said, llamó a los palestinos «las víctimas de las víctimas». Dado que se acerca el plazo de septiembre para la «Declaración Unilateral de Independencia” de los palestinos, con el seguro respaldo por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas, vale la pena preguntarse de nuevo quién, en un principio, victimizó a los palestinos. Hoy en día, por supuesto, el consenso unánime entre los palestinos y los mundos árabe y musulmán, es que fue Israel el que, en 1948, atacó y expulsó a los palestinos. Pero, en 1949, ¿A quienes culparon los palestinos por su destino?
Las dos principales comunidades palestinas en EE.UU. se encuentran en Dearborn, Michigan y en Jacksonville, Florida. El 15 de diciembre de 1949, el diario árabe de Michigan, As Sabah (literalmente la Tribuna de la Mañana) publicó un editorial sobre la cuestión de los refugiados árabes de Palestina:
«¿Cuál es el crimen de los refugiados, a los ojos de los príncipes de Arabia que se mantienen al margen y observan la miseria de los refugiados, y que chupan la sangre de los pobres y necesitados – sin vergüenza ante Dios ni el mundo? Sí, los pobres refugiados cometieron el delito de escuchar a esos engañadores, de creerles a los mentirosos, y llegaron a la extrema locura de abandonar sus hogares, ¡contando con que sus engañosos líderes los traerían de vuelta! Y a causa de lo que les está sucediendo a los refugiados palestinos, la opinión pública árabe está cambiando, poco a poco, apoyando a los judíos en Israel, ¡Donde ni un solo árabe muere de hambre y frío! Y si hubiera otra guerra, debería ser contra los líderes árabes, los príncipes y reyes que trajeron esta catástrofe sobre la pobre gente de Palestina».
El análisis del editorial con respecto a la opinión pública árabe a favor de Israel era incorrecto, para decir lo menos. Pero la afirmación que los palestinos huyeron de sus hogares en respuesta a los líderes árabes, ha sido polémica desde que ocurrieron los hechos. Los palestinos de Michigan, en 1949, pensaban que éste era el caso.
En octubre de 1949, el intelectual palestino Musa Alami, escribió: «Lo que le preocupaba a la mayoría de (los estados árabes) y guiaba su política no era ganar la guerra y salvar a Palestina del enemigo, sino qué pasaría después de la lucha, quién sería predominante en Palestina, o anexarla ellos mismos».
Testimonios británicos
Pero además de la usurpación de la causa palestina había otra dimensión, lo que molestó a los editorialistas de As Sabah. Los funcionarios británicos en la escena en ese momento, casi ninguno pro-sionista, estaban convencidos de que los líderes palestinos estaban abandonando progresivamente a su pueblo. En diciembre de 1947 el Alto Comisionado, General Sir Alan Cunningham, informó que «el pánico de (la) clase media persiste y hay un éxodo constante de aquellos que pueden permitirse el lujo de abandonar el país». Más tarde, en abril de 1948, agregó «En todas partes del país, la clase effendi ha estado evacuando en grandes cantidades, durante un periodo considerable, y el ritmo está aumentando”.
En junio de 1949 Sir John Troutbeck, jefe de la oficina Británica para Medio Oriente en El Cairo, informó que los refugiados «no expresan amargura contra los judíos (o para el caso contra los estadounidenses o contra nosotros mismos), hablan con la mayor amargura de los egipcios y de otros estados árabes. «Sabemos quiénes son nuestros enemigos», dicen, y se refieren a sus hermanos árabes que, manifiestan, los convencieron innecesariamente de salir de sus casas… Incluso he oído decir que muchos de los refugiados le darían la bienvenida a los israelíes si entraran y ocuparan el distrito».
Las autoridades israelíes mantuvieron, desde el principio, que la mayoría de los palestinos fueron animados a huir por sus propios líderes y por los estados árabes que luego los abandonaron, antes o en medio de la batalla. Esto, desde hace tiempo, ha sido rechazado por los palestinos y sus partidarios como propaganda sionista. Pero los funcionarios británicos en la escena, opositores a Israel, y los palestinos de Estados Unidos, no habrían, simplemente, repetido como loros la evaluación de su enemigo.
Las implicaciones de este ya olvidado editorial y de todas las otras declaraciones son, en primer lugar, que Israel no carga con la responsabilidad total y exclusiva de la situación de los refugiados palestinos – los estados árabes y los propios palestinos también la cargan. Esto también coloca su próxima «Declaración Unilateral de Independencia» bajo una luz totalmente diferente.
En efecto, los líderes palestinos le han pedido a las Naciones Unidas otra oportunidad más de volver atrás el reloj, para darles otra oportunidad de lograr la condición de estado que podría haber sido suya en 1948, o incluso en 1938. Mientras tanto, algunos funcionarios palestinos han comenzado a flotar la idea de volver al plan de partición de 1947, el mismo plan que sus predecesores rechazaron sumariamente en 1947. ¿Cuándo se acabaron estas posibilidades? En el proceso, como lo hicieron sus predecesores en 1949, culpando a todos menos a ellos mismos por no haber logrado sus objetivos hasta la fecha.
Una cultura sin un sentido de responsabilidad de sus propias decisiones, que culpa a otros de sus propias decisiones y, al mismo tiempo, continuamente exige que el mantener esas decisiones es responsabilidad de otro, no es probable que cree un estado-nación estable y en funcionamiento. Cualquier nuevo estado palestino sería una pobre instantánea, totalmente dependiente de ayuda, principalmente de los contribuyentes estadounidenses.
No es de extrañar entonces que, al menos algunos líderes palestinos, estén tratando de mantenerse alejados de la Declaración Unilateral de Independencia. Los «engañadores» contra los que arremetieron los estadounidenses palestinos de 1949 son, en definitiva, sus propios líderes y otros estados árabes. Hasta que no puedan encontrarse nuevos líderes para ambos, y no se instale una nueva cultura de responsabilidad y de confianza en sí mismos, poco será el progreso que pueda hacerse.
Alexander H. Joffe y Asaf Romirowsky son los autores de «Historia de dos Galloway: Notas sobre la Historia Temprana de UNRWA y de Historiografía Sionista,» publicado en la revista Estudios de Medio Oriente
http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-4100718,00.html
Traducido para porisrael.com por José Blumenfeld
Difusion: www.porisrael.org
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