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France 2 TV Comercializa un 'Estado palestino'


Nidra Poller

23 de octubre de 2011

france2tvOnce años después de la patraña al Dura – producida y transmitida por France 2 TV, propiedad del estado – el mismo equipo nos deleita con una película promocional, ridículamente escenificada, del Estado Palestino. Fue el «documental», de 2 horas y media, emitido el 3 de octubre en la revista geopolítica de Un Oeil Sur la Planète (Un Ojo Sobre el Planeta), ¿una obra maestra en la campaña para destruir al estado judío o un último jadeo de gastado palestinismo?

Mirando el mundo a través de los coloreados lentes del keffieh, MC Etienne Leenhardt falsamente pregunta: «¿Es todavía posible la creación de un estado palestino?» Primera parada, Ramallah. Elegante, moderna, animada con negocios y una zumbona burocracia que mantiene la ley y el orden… todo lo necesario para hacer un estado. ¿Cómo consiguió Ramallah ser tan brillante y tranquila? ¿Qué le impide caer en las fauces de los islamistas que gobiernan Gaza? ¿Quién financia su prosperidad, y qué tiene que ver el «muro» con la misma? No pregunte. Leenhardt y las cohortes saben por qué los palestinos no tienen el estado que han anhelado desde los días de Adán y Eva: ¡es porque los crueles, despiadados, asesinos, arrebatadores de tierras, pistoleros israelíes, colonizan sus tierras!

Una breve escena lo resume todo. Un palestino, en la Margen Occidental (Judea y Samaria), apunta a un grupo de árboles en la cercanía y se lamenta: «¿Ve usted esa tierra fértil allí? Esa es la que los colonos [israelíes] tomaron para sí mismos. Nos dejaron esta cosa árida».

La acusación aumenta e incrimina. Los israelíes/judíos robaron la tierra, desviaron el agua, erigieron un muro entre un hombre y sus campos, expropiaron la santidad misma y, se podría suponer, tomaron toda la fértil inteligencia para sí mismos, colonizando los premios Nobel y dejando a los palestinos con nada más que la bilis.

En realidad, este docu-patraña podría usarse para ayudar a la causa sionista. Es tan grotesco, tan crudamente fabricado, tan falso y tan deshonesto, que arroja luz sobre los sutiles giros de productos más sofisticados que entretejen su rumbo a través del discurso público, torciendo gradualmente las mentes y tolerando atrocidades. Nosotros, que hemos estado trabajando sin descanso para exponer la patraña Mohamed al Dura, podemos tener un poco de consuelo observando que este prolongado ejercicio del discurso de la incitación al odio genocida, no parece tener el efecto electrizante del libelo de sangre de septiembre de 2000. Desafortunadamente, ésto no descarta un posible aumento del vandalismo contra los judíos franceses.

Evitando, intuitivamente, la trampa de la verificación de los hechos, seguí la película sin tomar nota, una por una, de las mentiras, mentirillas, medias verdades, distorsiones, falsedades y enrosques, que me habrían distraído de un análisis convincente de la empresa en general. La transmisión de cinco capítulos, presentada como el trabajo de periodistas trotamundos, que reunieron los hechos a nivel del suelo, fue una total invención – tanto es así que Uzi Landau, a quien se le concedió un breve minuto para decir que ninguna nación soberana daría rienda suelta a una entidad decidida a exterminarla, parecía irreal, incluso si se lo conoce personalmente.

¿Cuál fue la razón para difundir este documental de ficción, unos pocos días después de que Mahmoud Abbas efectuara su pedido, al Consejo Seguridad de la ONU, de reconocimiento de un estado palestino en base a las líneas de partición de 1947, con Jerusalem como su capital y un embudo para verter millones de «refugiados» en la grupa, temporalmente sobreviviente, del estado llamado «Israel»? ¿A quién, France 2, tiene la esperanza de convencer con su exagerada, chapucera, histéricamente exagerada, sórdida película de marketing?

¿Estuvo dirigida al Parlamento Europeo? Si es posible que sea menos exigente que la ONU, el Parlamento Europeo es su hombre. ¿Estuvo adaptada para la UNESCO, cuyo consejo asesor vertiginosamente recomendó la admisión de un estado palestino? Somos el brazo cultural de la ONU, querido, no tenemos que hacer objeciones acerca de cosas mundanas como fronteras e instituciones democráticas. Palestina, para nosotros, es una declaración de moda. ¿Fue una concesión a nuestros punk jihadistas locales… si tuvieran la paciencia para estar sentados durante esta producción, bostezo-por-minuto, de baja testosterona?

¿O fue, simplemente, hecho a la medida del coro que nunca se cansa de predicarse a sí mismo: prensa, académicos, ONGs, y judíos de valor agregado que, sin duda, sorbieron seis minutos de panificación de Avrum Burg? Para estos aficionados, la repetición de la palabra «colono» es tan emocionante como un baile erótico. De acuerdo a Stéphane Juffa de Metula News Agency, la palabra árabe mustaotinin – colono – es sistemáticamente mal traducida como colon [dos puntos, en inglés]. Lugares sagrados, como Jerusalem, están contaminados con colons [dos puntos] y, en Hebrón, los palestinos tienen que compartir su «mezquita» con los colons [dos puntos]: «En su Shabat y festividades, la mitad de nuestra mezquita es para ellos, la mitad para nosotros». La «mezquita» es nada menos que la sinagoga construida sobre la Cueva de Machpela, que se dice es la tumba de Adán y Eva, Sara y Abraham, Isaac y Rebeca, Jacob y Lea.

Al parecer, en consonancia con la práctica de la jihad de lanzar ataques en las festividades judías, France 2 lanzó su Un Ojo Sobre el Planeta a nuestros rostros durante los «días de recogimiento» entre Rosh Hashaná y Iom Kipur. La reacción fue rápida y contundente. France 2 no ha aprendido nada del fiasco de Al Dura. ¡Pero nosotros sí! Pensadores, escritores, asociaciones y ciudadanos honestos están hablando claro. El CRIF (organización paraguas judía) y la embajada de Israel protestaron públicamente y, a finales de este mes, se reunirán con autoridades de France 2. Samy Ghozlan, de la BNVCA (oficina nacional de vigilancia contra el antisemitismo), está presentando una demanda.

Como es habitual en Francia, cuando los judíos y sus aliados protestan contra la incitación al odio, son acusados ??- primero, de censurar a los medios de comunicación, y segundo, de mala fe, espíritu de clan, susceptibilidad, sobrerreacción emocional, doble lealtad, negarse a enfrentar la verdad de sus (es decir, de las de Israel) perniciosas acciones.. y, por último, arrojados a un pozo negro de los Protocolos de los Sabios de Sión.

La corporación de periodistas se une hombro con hombro para proteger a France 2 y su ojo planetario de los malvados judíos. El monótonamente unánime grito de guerra es «no hay errores fácticos en este programa». Charles Enderlin de fama Al Dura lo dice, y debería saberlo. Todos los chicos y chicas que trabajaron en la película – que llevó cinco meses, ¡caramba! – así lo dicen, ¿y cómo podrían estar equivocados si todo lo que dijeron, mostraron y grabaron es 100% fáctico? Todos los palestinos que caminaron, hablaron y gesticularon frente a sus cámaras dijeron la verdad, toda la verdad, nada más que la verdad.

Tienen de su lado al buen profesor Walt. También a Jimmy Carter. Se llega a entender, desde el segmento del «lobby israelí», que los periodistas estadounidenses, a diferencia de sus homólogos franceses, no son libres de brindar los hechos sobre el picante conflicto de Medio Oriente. ¿La chillona iluminación y los duros ángulos de cámara están reservados para el lobby de la verdad fáctica? ¿AIPAC reparte sobres a los políticos títeres? Un periodista señalado por CAMERA por no pintar un cuadro bonito de Israel no puede conseguir trabajo en ningún lugar en EE.UU., ¿verdad? ¿Qué no es fáctico acerca del panorama de los sionistas cristianos tragando saliva? ¿Los grandes cañones apuntando a Glenn Beck? ¿El escandaloso comportamiento de los y las congresistas, del lobby pro Israel, que amenazan con castigar a los palestinos por tratar de armar un estado decente? ¿No son estas personas y sus organizaciones, objetivamente, morbosos, oscuros, manipuladores y permanentemente acompañados por dramáticos aquí viene la música del villano?

Y si no te gusta, eres un sucio judío censor, ¿n’est-ce pas? El representante de la embajada de Israel dijo: «Libertad de prensa, sí – libertad para incitar al odio, no».

¿Qué no es odio? La difícil situación de una familia musulmana en Hebron – la regordeta madre en hijab/djelaba, el padre bigotudo, numerosos niños de ojos muy abiertos, un bebé malcriado – que no pueden ir a ninguna parte, hacer nada, vivir, respirar o tragar en paz, por los dos puntos., ¿Ve usted, aquí, esta ventana en la cocina? Los dos puntos siempre le arrojaban piedras. El vidrio roto se metía en nuestros alimentos. Ahora la cubrimos con un cierre de acero. No hay luz de sol, pero es mejor que tener vidrio en nuestros alimentos. Los agricultores de Gaza quieren alimentar a la población hambrienta… resulta que sus campos están a lo largo de la frontera con Israel. Los soldados israelíes les disparan como a palomas de arcilla. Ayudantes del Movimiento de Solidaridad Internacional (presentados como una fuente impecable de información y acción desinteresada) les dicen por radio a los soldados: «Estaremos aquí por un corto tiempo… sólo para recoger nuestra cosecha, no estamos haciendo ningún daño». ¡Ja! Dan tres pasos y la banda sonora crepita con los ping-zing y las diabólicas risitas de francotiradores sin rostro.

Ojo Sobre el Planeta tomó un extrañamente silenciado atisbo del «internacionalmente famoso» Charles Enderlin «entrevistando» a Nabil Shaat. Se veía como una imagen empalmada – los dos no aparecen en el mismo marco. Enderlin susurra algunas semi-preguntas, y el resto de la secuencia es Shaat, supremamente solo, hablando a chorros sobre la forma en que lo había intentado todo durante décadas, pero los israelíes no quieren hacer la paz, no respetan ningún acuerdo que firman, no dejan de masticarse nuestra tierra para hacer colonias, de matar a nuestra gente, enviar perros contra ellos; no tuvimos más opción que ir a la ONU. Estamos listos para la condición de estado.

Mientras se escribe ésto, está prevista una reunión con el director de noticias de France Télévision, Thuillier Thierry, ex jefe del programa Oeil sur la planète, que ha advertido siniestramente: «Ellos [el presidente de la CRIF y un representante de la embajada de Israel] tienen algo que decirnos, pero nosotros tenemos algo que decirles a ellos». ¿Qué? ¿Existe algún insulto o acusación que no se incluyó en la transmisión? ¿Algo guardado para lanzarlo a los rostros de aquellos que se atreven a protestar?

¿Qué podemos decirles a periodistas sin escrúpulos, sin profundidad, sin sentido del juego limpio, que han estado cubriendo el conflicto, años tras año, sin tener en cuenta la verdad? ¿Cómo se puede llegar a periodistas que han entrado al campo palestino y no ven nada malo en estampar una película promocional con el logo de la televisión francesa, de propiedad del estado?

El equipo de Ojo Sobre el Planeta ha anunciado su línea de defensa: no hay errores fácticos en el informe. ¿No sería prudente hacerse a un lado y atacar a nivel fundamental? Porque, de hecho, todo el informe es una mentira; el «Estado Palestino», defendido en la película por los periodistas franceses, y en la ONU por Mahmoud Abbas, es una mentira. Los más de sesenta años de angustia palestina no se deben a la falta de un estado, sino a la frustración por no ser capaces de implementar un proyecto genocida. La barrera de seguridad, los puestos de control, el bloqueo de Gaza, y otras vejaciones deploradas por el proyecto Ojos del Planeta, no son impedimentos para la condición de estado palestino; son una directa consecuencia del proyecto genocida. Y todo lo que hay en el informe, desde el bullicio y ajetreo de la ciudad de Ramallah, hasta las llaves de las casas de los refugiados palestinos hasta la quinta generación en Líbano, que participan en ese proyecto genocida, no tiene nada que ver con la condición de estado. El único posible efecto del pretencioso episodio de Ojo Sobre el Planeta, será el de promover el proyecto genocida, inflamando el odio contra los judíos, sin llevar a los palestinos ni un centímetro más cerca de una teórica condición de estado, que nunca han perseguido.

Si yo fuera invitada al cara a cara, estaría circunspecta, imperativa y sin emociones. Ningún dejo de lamento o súplica. Al mismo tiempo que el proyecto genocida se esconde detrás del término «Estado palestino», yo diría que es lógica y materialmente imposible imaginar ningún ente civil funcionando normalmente bajo la misma etiqueta. Es contraproducente discutir sobre detalles. Vuestra película adopta el proyecto genocida. Es vergonzoso, pero caerá en la cuneta. Somos fuertes. Ustedes son tontos. Adieu.

Apéndice:

17 de octubre: Christian Denisot, un técnico de IT desempleado de 45 años, mantiene como rehenes a la Directora y a su asistente en una agencia estatal de empleos en el distrito 11 de París. Varias horas después, los rehenes son liberados, sanos y salvos. El arma de Monsieur Denisot era de juguete. Pero el Manifiesto, de 20 páginas, transmitido por Denisot, curiosamente, le da poca importancia a las tribulaciones del desempleado. De acuerdo a Pierre Haski, director editorial del blog Rue 89 [1], 15 páginas fueron dedicadas a una denuncia de los «grupos extremistas marginales sionistas» que metieron un «agujero negro» en nuestra democracia. Denisot declara que el propósito de su acto fue el de despertar a la sociedad sobre los peligros de estos sionistas, es decir, el Betar, la Liga de Defensa Judía, el CRIF, y Samy Ghozlan de la BNVCA. Citando varios incidentes que ocurrieron en los últimos diez años, Denisot afirma que estas organizaciones confunden antisionismo y la crítica de las políticas del gobierno israelí con antisemitismo, y se salen con la suya.

Poco después de tomar los rehenes, Denisot contactó a Rue 89 y, específicamente, pidió hablar con el especialista en asuntos de Medio Oriente. Mantuvo una conversación con Haski durante toda la operación y, finalmente, se rindió después que la policía le hubiera asegurado que su mensaje había sido transmitido públicamente por los principales medios de difusión. De hecho, fuera de Rue 89, su mensaje o bien no fue mencionado o fue descartado por «vago». Esta mañana me puse en contacto con Rue 89 para solicitar una copia del Manifiesto y me dijeron que Haski, que hoy tiene una cita con la policía, no puede transmitirlo «porque no ha sido publicado».

¿Finalmente estará disponible? Tengo mis dudas. Pero intentaré ponerme en contacto con algunos de esos «grupos extremistas marginales sionistas» para ver si, por lo menos, han tenido acceso al documento que los incrimina.

La comparación con el asesino de masas noruego, Anders Breivik, es intrigante. En ambos casos, un europeo «nativo», enfocado en musulmanes o judíos, ataca a sus propios. ¿Los que acusaron a los pensadores anti jihad de impulsar a Breivik, ahora sospechan que Un oeil sur la planète inspiró al secuestrador?

http://www.americanthinker.com/2011/10/france_2_tv_markets_a_palestinian_state.html

Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld

 
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