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| viernes noviembre 22, 2024

Israel No Es Normal


David Suissa

Suissa’s Olam

20/10/2011

Israel-Map-2Se puede decir mucho acerca de Israel, pero no que es un país normal.

De cualquier manera que se lo mire – sus raíces bíblicas; la milagrosa reinstauración después de 1.900 años; su virtual estado de sitio, rodeado de despiadados enemigos; sus inverosímiles victorias militares; sus innovaciones científicas para ayudar a la humanidad; su poder económico; su carácter democrático; su reunión de inmigrantes de todo el mundo, su floreciente escena cultural; sus debates acalorados e interminables dramas políticos; y, no olvidarlo, su ridículo estatus como país más examinado y condenado por Naciones Unidas – esta diminuta nación se ha convertido, en corto tiempo, en uno de los experimentos más insólitos y extraordinarios de la historia de las naciones.

Veamos sólo tres acontecimientos recientes:

Primero, ¿qué clase de país intercambiaría 1.027 criminales y terroristas convictos por un soldado secuestrado? Ciertamente, no uno normal.

Enfrentémoslo – el acuerdo Gilad Shalit no tiene sentido. Como escribió una vez un escritor israelí conocido: «La liberación de prisioneros sólo envalentona a los terroristas, al darles la sensación de que, incluso si son capturados, su castigo será breve. Peor, al llevar a los terroristas a pensar que tales demandas es probable que se acepten, alientan, precisamente, el chantaje terrorista que se supone que desactivan”.

El escritor fue Benjamin Netanyahu, en su libro de 1995, «Combatiendo al Terrorismo:. Cómo las Democracias Pueden Derrotar a los Terroristas Nacionales e Internacionales»

Por supuesto, ahora que Bibi es el responsable, no le es tan fácil ignorar los deseos de una anhelante nación por la libertad de un soldado, un soldado que se ha convertido, en las conmovedoras palabras de Yossi Klein Halevi, «el hijo de todos».

Esta solidaridad no es normal. Aquí está, prácticamente, toda una nación actuando como un padre irracional (¿Existe un precio demasiado alto para salvar al propio hijo?), y exhibiendo un amor por la vida que trasciende la razón.

 

Muchos de nosotros nos preocupamos, con razón, porque el precio por Shalit se pagará con más sangre judía. No pretendo tener una buena respuesta para eso, pero creo que el mensaje de Israel no es sólo uno de debilidad. Israel también les está diciendo a sus enemigos: Si somos tan locos cuando se trata de salvar una vida, imaginen cuán locos nos pondremos por salvar la vida de nuestra nación la próxima vez que intenten meterse con nosotros.

 

No puedo pensar en otro país que haga un gesto tan loco.

Mi segundo ejemplo de la anormalidad de Israel es la ciudad de tiendas de las protestas del pasado verano y el Informe Trachtemberg que le siguió.

Para entender cuán anormal es, sólo hay que imaginarse al Presidente Barack Obama formando una comisión, la semana próxima, para hacer frente al movimiento Ocupy Wall Street, al líder de esa comisión reuniéndose todas las noches con los manifestantes para recibir sus aportes e ideas, mientras lanza un sitio web abierto para solicitar ideas de ciudadanos interesados; la comisión elaborando un informe completo al presidente, con detalladas recomendaciones sobre todo, desde costo de vida, educación, reforma tributaria hasta vivienda asequible, y el plan siendo aprobado por el Congreso – ¡todo en menos de ocho semanas!

Como lo dije, no es normal, pero es exactamente lo que sucedió en Israel.

Mi tercer ejemplo de la anormalidad de Israel, es la histérica reacción del mundo, el mes pasado, al deseo de Israel de construir apartamentos en un barrio judío en Jerusalem.

Específicamente, muchos líderes del mundo se volvieron locos y lo denominaron «provocador» y «perjudicial para la paz», cuando el Ministerio del Interior de Israel dio su aprobación preliminar para la construcción de 1.100 unidades de viviendas en el barrio Gilo  del sureste de Jerusalem.

No importa, por supuesto, que sea ampliamente aceptado que Gilo es uno de los barrios judíos que permanecerá en manos israelíes en cualquier plan de paz definitivo, o que Israel haya hecho generosas ofertas de paz en el pasado, que han sido rechazadas.

 

Y no importa que el genocida régimen terrorista de Hamas en Gaza, que anhela la destrucción de Israel, así como la continua promoción palestina del odio al judío y la glorificación del terrorismo, haga una farsa de otros así llamados «obstáculos para la paz».

No importa todo eso. Mientras miles de manifestantes estaban siendo asesinados en Siria, mientras cristianos coptos estaban siendo acribillados en Egipto y kurdos estaban siendo asesinados en Turquía, gran parte del mundo occidental decidió condenar a un permiso preliminar de construcción para viviendas judías en Jerusalem.

 

Esto puede no sorprender, dado el impecable historial del mundo de estigmatizar al Estado judío por abuso desproporcionado. Sin embargo, cualquiera sea el lado ideológico en el que se esté, no se diga que esto es normal.

 

En muchos sentidos, esta anormal hostilidad ha endurecido a Israel con el mundo exterior, mientras que, paradójicamente, aumentó su deseo de tener éxito y ser aceptado. Como resultado, Israel ha aparecido, a menudo, conflictuado y emocionalmente impredecible.

La única constante ha sido el intenso amor, de la nación, a la vida. Esta semana, el mundo será testigo de una efusión de este amor, cuando millones de israelíes den la bienvenida a casa de su «hijo» Gilad Shalit.

 

Me pregunto qué pasará por la mente de los extranjeros cuando vean este espectáculo: «Miren a esos tontos israelíes, liberar a un millar de terroristas sólo por una vida humana. País loco».

 

Sí, un país loco y defectuoso, pero también es un país valiente e increíblemente lleno de recursos que está locamente enamorado de la vida – y que, definitivamente, no es normal.

http://suissablog.blogspot.com/

Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld


Cortesía en ingles: TEU


Difusión: www.porisrael.org

 
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