Ana Jerozolimski
El sur de Israel está siendo atacado nuevamente, desde el sábado último, por una lluvia de cohetes disparados desde la Franja de Gaza, habiéndose desmoronado la corta tregua de tan solo nueve horas lograda en el medio, que dio sólo un respiro temporario a la población civil.
El funeral del israelí muerto el sábado en Ashkelon, a raíz de las heridas que le causó la esquirla de un misil disparado desde Gaza.
Si bien esta vez fue especialmente corta, la población local, que constituye desde hace más de diez años blanco de los grupos terroristas que lanzan misiles desde Gaza, no está sorprendida. Vive con la sensación permanente de que es cuestión de tiempo hasta un nuevo estallido. Es más: son los extremistas en Gaza los que logran determinar la agenda, decidiendo de hecho con sus ataques, cuándo Israel actúa y se ve obligado a responder.
Es que de fondo, la política del gobierno, a fin de evitar escaladas que enloquezcan a los habitantes del sur, es tratar de calmar la situación y responder en forma medida a los ataques, sin que todo se salga de las manos. El Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu aclaró que “no hay tregua ni cese de fuego con los terroristas”, agregando que “les haremos pagar un precio mayor que antes por sus agresiones”. Pero en la práctica, analistas de seguridad –y no sólo figuras de la oposición al gobierno-advierten que mientras no se aseste un golpe de gran entidad a los grupos que disparan desde Gaza, cualquier calma que se logre será temporaria, hasta que alguien del otro lado decida que le viene bien volver a lanzar los misiles hacia Israel.
Todas las grandes ciudades del sur, Beer Sheba (considerada la capital del Neguev), Ashdod y Ashkelon, están bajo la mirilla y se han convertido en escenario de varios impactos de misiles Grad. Pero también Sderot –símbolo durante años de los ataques de cohetes Qassam-, Gan Yavne y localidades medianas y pequeñas ubicadas al alcance de los disparos , han tenido que lidiar con alarmas anti aéreas que indicaban que los misiles estaban en camino y podían aterrizar en cualquier momento en sus calles.
Misiles que Hamas y Jihad Islámico parecen haber conseguido recientemente del arsenal descuidado de Libia, permiten a los terroristas ataques de mayor alcance. Hace unos días, uno de los portavoces del Jihad Islámico advirtió que “incluiremos a nuevas localidades en nuestros ataques, zonas que por ahora estaban fuera del fuego”. Cuando hace unos días sonó por primera vez la alarma en la ciudad de Rishon Letzion, a tan solo 20 minutos de Tel Aviv, se pensó que en efecto se estaba cumpliendo la amenaza.
Un hombre de 56 años, padre de cuatro hijos, murió el sábado a raíz de las esquirlas que le hirieron gravemente cuando se hallaba en camino a su casa en la ciudad de Ashkelon. El domingo fue sepultado.
Pero la población local explica constantemente que lo grave de vivir tantos años al alcance de los misiles, no se mide únicamente en la cantidad de muertos. No son decenas de víctimas mortales por día, únicamente gracias a las medidas que Israel toma para proteger a su población y la alerta a la que se ha acostumbrado la gente que está atenta y corre a resguardarse. Pero la situación en la que se vive, es de continua incertidumbre, de ruleta rusa, de no saber dónde y cuándo caerá el misil.
Daniel Pinjas, una joven de 25 años nacido en Ashdod y residente desde hace unos años en Ashkelon-ambas ciudades al alcance de los disparos desde Gaza-nos contó esta semana que “es terrible oír la alarma, tratar de buscar refugio y pasar esos largos segundos hasta que uno oye el boom, el impacto y ve que sigue vivo”. A veces toca cerca y otras más lejos…pero cada vez que suena una alarma indicando que el radar captó un misil en camino a Israel, teme que sea la última en la que logra salir viva.
Hoy nuevamente no hay clases en las escuelas en Beer Sheba, Ashdod y Ashkelon, por decisión de sus respectivos alcaldes, como precaución. En los últimos días, varios misiles Grad impactaron en casas de estudio, sea en el patio de un jardín de infantes en Ashkelon, como dentro de un aula en Ashdod y muy cerca de otra en la “capital” del sur. “Vivimos de milagro en milagro y hay que tener cuidado”, comentaba una mujer en Beer Sheba, elogiando “los agudos sentidos de nuestro alcalde que capta bien cuándo es mejor quedarse en casa y no arriesgar a los niños”. En rondas anteriores de ataques misilísticos, la decisión del intendente Rubik Danilovich de cerrar las escuelas, salvó a centenares de niños y jovencitos de impactos directos que se registraron en horario de clase, cuando las aulas habrían estado repletas de no ser por la cancelación de la jornada de estudios.
La Directora de una escuela de Ashdod para niños con necesidades especiales, contó a la radio pública israelí que el misil Grad que impactó en el lugar, cayó en el patio entre los dos edificios de la escuela, por lo cual numerosas esquirlas cayeron en todas las aulas, de ambos lados. «La onda expansiva fue muy fuerte y es milagroso que no había nadie en las clases en ese momento», relató.
Lo increíble es que en una de las aulas funciona los sábados una sinagoga. Este fin de semana, debido a que el encargado de ordenarla estaba enfermo, los fieles tuvieron que ir a rezar a otro lado.»Si hubieran estado allí cuando cayó el misil, las esquirlas habrían matado o herido a varios», estimó.
Israel responde a los ataques lanzando ataques aéreos contra posiciones del grupo radical integrista “Jihad Islámico”, que ha reivindicado los disparos de misiles, explicando que son una respuesta por el “asesinato de nuestros miembros” a manos de Israel. Cinco miembros de la organización murieron el sábado de mañana al ser alcanzados por un ataque israelí, entre ellos Ahmed el-Sheikh Khalil, jefe del brazo armado del Jihad Islámico. Fuentes militares israelíes dijeron que la célula en cuestión fue atacada porque estaba por disparar misiles hacia Israel y fue interceptada a tiempo, mientras fuentes palestinas alegan que Israel los atacó porque los cinco estaban involucrados en la preparación y desarrollo de cohetes.
Analistas varios estiman que Hamas no tiene en estos momentos interés ninguno en calentar la zona y por eso no ha participado en los ataques hacia Israel. Sin embargo, otros sostienen que cuando Hamas quiere frenar el fuego, lo logra. Esta es también la opinión del Brigadier General ® Tzvika Fogel, que fue el número dos en el Comando sur del ejército israelí. “Cuando estaba por concretarse el acuerdo por Guilad Shalit, Hamas se preocupó de garantizar que nadie dispare nada. Si quieren, lo hacen. Si son ellos mismos los que disparan directamente, no es lo central”, nos dijo.
Tampoco Netanyahu hace distinciones entre uno y otro grupo, en la parte declarativa. Ayer, al inaugurarse el período de invierno en las sesiones de la Knesset, Parlamento de Israel, advirtió que Israel debe regirse por dos principios que dijo son “claves de autodefensa”: “si alguien viene a matarte, levántate y mátalo primero” y “si alguien nos daña, su sangre estará en sus propias manos”. Pero en la práctica, los ataques de respuesta a los misiles, por ahora, en esta vuelta, han estado concentrados en blancos del Jihad Islámico que los lanza.
Y de por medio, hay una compleja encrucijada. Por un lado, es evidente que no se halla una respuesta militar clara a la amenaza de los misiles desde Gaza, contra los que la batería anti misiles “Cúpula de Hierro”, logra éxitos no más que parciales, como la interceptación, anoche, de un misil que estaba por caer en Beer Sheba.. El ya citado Brig.Gral. Fogel comenta que “está claro que Israel no puede usar toda su fuerza militar contra Gaza, pero no usa ni el 20% y así los terroristas continúan decidiendo cuándo quieren atacar”.
Por otro, en la parte política, justamente al cumplirse 20 años , de la Conferencia de Paz en Madrid, las relaciones políticas entre Israel y la Autoridad Palestina están cada vez peor. El proceso de paz no se reanuda, los palestinos continúan con la opción unilateral de reconocimiento sin aceptar volver a negociar y con ello las partes se alejan en lugar de acercarse.
Hace unos días, por primera vez, el Presidente palestino Mahmud Abbas reconoció que fue un craso error de parte de los árabes haber rechazado la resolución 181 de la Asamblea General de la ONU, que recomendó el 29 de noviembre de 1947 la partición de Palestina en “un Estado judío y otro árabe”. Los árabes dijeron “no”, porque no aceptaban la creación de Israel (no era cuestión de fronteras, sino de la creación misma del Estado), aunque el territorio que destinaba a Israel aquella resolución, era sumamente pequeño y problemático. El liderazgo sionista dijo “sí” y David Ben Gurion declaró la independencia de Israel el 14 de mayo de 1948. Los árabes se lanzaron a la guerra para tratar de destruirlo—y perdieron.
Es increíble que aun habiendo comprendido que aquel fue un error histórico, el Presidente Abbas continúa rehusando volver a negociar. Evidentemente, capta que en el escenario internacional actual, tiene posibilidades de obtener grandes logros diplomáticos. Lástima que se centra en eso…. Y no en la verdadera forma de conseguir un Estado independiente, que lo sea no sólo en declaraciones sino en la práctica, por el bien de su pueblo: sentarse a hablar con Israel.
Difusion: www.porisrael.org
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