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| sábado noviembre 23, 2024

“No estoy seguro que el destino de Assad este sellado”


R: Siria yo creo que es diferente de Egipto, Túnez y quizás también Libia. En estos tres países, vemos una relativa homogeneidad, población árabe y mayormente sunita. Pero en Siria hay un variado mosaico tanto religioso como étnico. No todos son árabes, hay una gran mayoría kurda…En realidad cuando decimos que la mayoría de la población es árabe sunita, estamos hablando sólo del 60% de la misma. El resto, el 40%, son minorías, y la alawita a la que pertenece el Presidente Bashar el-Assad, es la que tiene un rol central en el régimen.

P: Es la minoría preponderante en el régimen, pero no gobierna sola ¿Verdad?

 

R: Justamente esa es una característica especial…No sería correcto presentar al régimen de Assad como un régimen basado sólo en la minoría alawita. Es un régimen basado en una coalición  que incluía también a otras minorías y a una parte importante de los sunitas.

P: Los sunitas se destacan  en puestos altos en el ejército por ejemplo..

R: Así es. La clase media  en las grandes ciudades era parte de esta  coalición. Y el punto central aquí es que esa gente todavía no se apartó de Assad. Ese es justamente el tema. No están todos contra él. Las minorías todavía lo apoyan, porque le temen a la mayoría sunita.  Vieron lo que pasó en Irak cuando la mayoría, que en ese caso era chiita, tomó el poder. En Siria, el ejército no se ha visto seriamente perjudicado, ya que las deserciones no son tantas como se alega últimamente. El ejército mantiene su estructura y su cohesión y por lo tanto puede combatir la rebelión. Yo no comparto la opinión de quienes  están seguros de que el destino de Bashar está  escrito.

P: ¿O sea que considera que quizás logre mantenerse en su puesto y que no necesariamente sea cuestión de tiempo hasta que caiga?

 

R: No estoy seguro que sea sólo cuestión de tiempo, porque por ahora mantiene su coalición. Y los sectores claves de poder, se mantienen.  Claro está que puede ser que todos los vaticinios sobre su caída terminen cumpliéndose como muchos piensan, pero no será tan pronto .Será una historia prolongada y muy sangrienta.

P: Hay jornadas especialmente violentas en estos meses de represión..y cada vez que llegan las noticias al respecto, me pregunto qué es lo que empuja a Bashar el Assad a continuar reprimiendo: su sensación de debilidad y de que su propia vida está en juego, o lo contrario, una sensación de fuerza y de que logrará salir de esta crisis y seguir en la presidencia…

R: Yo creo que ambas cosas a la vez. Por un lado teme caer, porque ya vio lo que le sucede a los que caen, cuando colocaron a Mubarak en una jaula y cuando mataron a Kaddhafi. Por eso, su motivación a no dar el brazo a torcer, es muy grande. Pero además, parece que confía en su fuerza  y considera que puede mantenerse firme. Su punto más delicado es la economía siria que ya antes no se hallaba en buena situación y ahora se ha visto sumamente perjudicada tanto por las insurrecciones  como por las sanciones que ahora han sido impuestas a Siria.

P: Y está por supuesto el aislamiento…

 

R: Creo que Bashar se siente aislado, sin duda. En el mundo árabe está aislado. Turquía, que era tan cercana a él, es ahora su principal adversario. De hecho Turquía es quien puede al final determinar su destino si decide armar o entrenar a la oposición. Tiene una frontera muy larga con Siria.

P: ¿Hay algo en la conducta de Bashar el-Assad que lo sorprende? Cuando él asumió el poder al fallecer su padre, en Israel se esperó que fuera más abierto…se decía que había estudiado oftalmología en Londres y que por lo tanto conocía mundo, que quizás sería diferente. Pero no fue así..¿Y ahora?

R: La verdad es que yo nunca tuve grandes expectativas de Bashar tampoco cuando asumió. Y ahora no me sorprende. ¿En qué se difiere él de Saif al-Islam, el hijo de Kaddhafi?  Es más: Saif al-Islam estuvo en Occidente mucho más que Bashar el-Assad. Para Bashar fue un episodio bastante corto, cuando se especializó en oftalmología en Londres, mientras que para Saif el-Islam Londres era la segunda casa. ¿Acaso eso modificó en algo su comportamiento?

P: Se ve que la casa del padre es un elemento muy fuerte..

R: Por supuesto. Al principio Bashar intentó introducir algunas reformas, pero no logró concretar nada serio porque no pudo lidiar con la oposición de algunas bases de poder del régimen. Al principio lo subestimaron, sin duda. Pero luego logró sin duda afianzar su posición, deshaciéndose gradualmente de elementos que tenían fuerza y podían enfrentarlo. Algunos de ellos hoy están en la oposición, como por ejemplo su canciller Abdel Khalim Khaddam, que ahora está en Europa y actúa contra él. Desde el punto de vista de su situación interna en Siria, llegó sin duda a ser un gobernante único sin amenaza fuerte a su poder, como su padre. Quizás no gozaba del “prestigio” de su padre, pero sí logró una posición interna fuerte.

P: Y su represión hoy es, junto a la que aplicó Kaddhafi, es la más cruenta en todas las revueltas de la zona ¿Verdad?

R: Si tomamos en cuenta la cantidad de muertos en el seno de la población, sin duda es la más cruenta..y creo que supera lo que hizo Kaddhafi.

P: Una pregunta sobre el entorno de Siria..y la arena internacional, que me hace pensar en bastante hipocresía..Por un lado, la Liga Árabe suspendió a Siria como espantada por su represión, y Turquía la condena seriamente, aunque ni unos ni otros son grandes defensores de los derechos humanos. Por otra parte, regímenes mucho menos opresores, como el de Egipto, se desmoronaron en parte también por el aliento que recibió la oposición de Estados Unidos, que enseguida exigió que Mubarak se vaya, mientras que aquí, a pesar de la represión cruenta, Hillary Clinton aclara que no habrá intervención internacional..¿Qué opinión le merece todo esto?

R: La verdad es que yo no lo veo como hipocresía sino simplemente como “realpolitik”. La consideración de si intervenir o no, es doble. Por un lado,  se toma en cuenta por supuesto si el régimen está haciendo algo que uno considera reprochable y que debe ser frenado, pero por otro lado se analiza si acaso es posible intervenir. Estados Unidos intervino donde podía. En Egipto intervino porque allí tenía influencia. En Libia también ya que allí el poderío militar  local no era tan grande y la OTAN podía intervenir a un precio relativamente bajo. Pero Siria es otra historia totalmente diferente, supone una complicación mucho más grande. Por eso  todos son renuentes a una intervención allí. Además. Estados Unidos no puede hacer mucho políticamente porque no tiene influencia alguna sobre el régimen de Siria. Por eso digo que lo de hipocresía para mi no es aquí lo central.

P: ¿Tampoco en lo relacionado a la Liga Árabe?

R: Son todos intereses. Lo que Assad hace en Siria no es diferente de lo que Arabia Saudita hizo en Bahrein o ayudó a Bahrein que haga. Pero como hay relaciones muy cercanas entre Siria e Irán, el interés saudita y de la mayor parte de los países árabes, es que Assad caiga. Por lo tanto aprovechan una situación en la que es cómodo y conveniente atacar y condenar a Assad, sabiendo que de paso eso sirve a sus intereses respecto al deseo de ir contra Irán.

P: ¿Y qué pasa con la amenaza islamista en lo que a Siria respecta?

 

R: Eso ya se refiere, por supuesto, a lo que vendría después, a lo que pasaría si Assad cae. Es difícil vaticinar con exactitud qué vendrá en lugar  de un régimen que cae. Si en Egipto es difícil, en Siria es mucho más, por las características del país y la sociedad, que expliqué al principio, que están sumamente divididos. Pero sí sabemos ya ahora que dentro de la mayoría sunita, uno de los grupos claves son los islamistas.  Y puede ser que logren aprovechar la situación. Debemos recordar que a ellos les será mucho más difícil que en Egipto.

P: Están menos organizados que los Hermanos Musulmanes en Egipto..

 

R: Por supuesto. El padre de Bashar, Hafez el Assad, logró destrozarlos en la revuelta de Hamas. Además, logran ejercer influencia solamente entre los sunitas, que son el 60% de la población. ¿Y el restante 40%? Tendrán una gran oposición.  Mi tendencia es decir que si el régimen de Assad cae, el escenario más probable me parece la inestabilidad, el caos, que la toma del poder por parte de los Hermanos Musulmanes.

P: ¿Y eso es bueno para Israel?

R: Si el régimen de Assad cae eso es bueno para Israel en el sentido que perjudica seriamente a Irán y a Hizbala. Siria es el enlace clave entre ambos y también con Hamas. Desde ese punto de vista, es bueno para Israel. Pero como la pregunta sigue siendo qué vendrá  en lugar de Assad, también existe el riesgo de que la alternativa sea mala para Israel. No descarto en absoluto una situación en la que lo que venga sea malo tanto para Irán como para Israel. Sería extraño que Israel e Irán estén, en eso, en la misma situación.

Difusion: www.porisrael.org

 

 
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