Khaled Abu Toameh
25 de noviembre de 2011
http://www.hudson-ny.org/2610/syria-planning-attack-jordan
Millones de palestinos que viven en Jordania están, por ahora, sentados en la valla. Sin embargo, cuando rompan su silencio, y si lo hacen, y se unen a los enemigos del rey Abdullah II, sería difícil ver cómo la monarquía sería capaz de sobrevivir. Eso, a menos que EE.UU. y otras potencias occidentales decidan intervenir para evitar el establecimiento de una dictadura en Jordania, respaldada por Irán y Siria.
El dictador sirio Bashar Assad tiene muchas razones para estar furioso con Jordania. Desde el comienzo de la revuelta contra Assad, a principios de este año, los jordanos han salido, públicamente, en apoyo de los manifestantes anti-régimen de Siria.
Las autoridades jordanas han permitido que manifestantes anti-Assad realicen manifestaciones frente a la embajada siria en Amman. Además, los jordanos han abierto sus fronteras para facilitar la huida de miles de civiles sirios de las masacres perpetradas por el ejército de Assad.
Los jordanos están ahora en el proceso de establecer campamentos de refugiados a lo largo de su frontera con Siria, para absorber a los sirios que huyen de la máquina de guerra asesina de Assad.
Signos de una próxima crisis entre Amman y Damasco aparecieron, por primera vez, hace unos meses, cuando los sirios afirmaron que se estaban contrabandeando armas desde Jordania, para ayudar a los enemigos políticos de Assad. Desde entonces, las autoridades sirias han reforzado las medidas de seguridad a lo largo de la frontera con Jordania, llevando a cabo minuciosas inspecciones de los pasajeros que desean entrar a Siria.
Las autoridades sirias dicen que han descubierto, también, que los manifestantes anti-Assad han estado utilizando tarjetas SIM jordanas en sus teléfonos móviles, para evitar ser detectados por las fuerzas de seguridad sirias.
Más recientemente, el Ministro de Relaciones Exteriores sirio, Walid Mualem, acusó a Jordania de dar refugio en el reino a los desertores del ejército sirio. El gobierno jordano ha rechazado la acusación como «infundada e inexacta.
Un funcionario del gobierno jordano, sin embargo, señaló que algunos soldados y oficiales del ejército sirio pueden haber huido a Jordania como civiles.
En otra señal de las crecientes tensiones entre los dos países árabes, un diario jordano informó, la semana pasada, que el ejército sirio ha plantado minas terrestres a lo largo de la frontera con Jordania, para impedir que los refugiados entren en el reino.
Según informes de prensa en Jordania, al menos 5.000 sirios han huido al reino desde el comienzo de la violencia en Siria. Los informes revelaron que la prominente activista de derechos humanos siria, Suhair Atassi, logró, la semana pasada, cruzar la frontera con Jordania.
A principios de este año, Atassi fue arrestada por las fuerzas de seguridad de Assad y acusada de «sembrar división» entre el pueblo sirio. «Fui arrastrada por lo que sentí como una longitud de dos cuadras», dijo más tarde en una entrevista con Reuters. «Los apparatchiks me miraban como si yo no fuera su compatriota. Me gritaban que yo era un espía israelí».
La crisis entre Jordania y Siria alcanzó su punto máximo la semana pasada cuando, en una medida sin precedentes, el rey Abdullah II, llamó al tirano sirio a que renuncie.
«Si a Bashar (Assad) le interesara su país, dimitiría, pero también crearía una facultad para alcanzar y comenzar una nueva etapa en la vida política de Siria», le dijo el monarca jordano a la BBC en una entrevista. «Si yo estuviera en su posición, dimitiría y me aseguraría que, cualquiera que me siga, tenga la capacidad de cambiar el status quo que estamos viendo».
No es sorprendente que los comentarios del rey provocaran una ola de protestas contra Jordania por parte de los leales a Assad, que atacaron la embajada de Jordania en Damasco, gritando consignas acusando a los jordanos de ser «traidores» y «espías israelíes».
Testigos presenciales informaron que los matones que atacaron la embajada, quitaron la bandera jordana y la reemplazaron con la bandera de la organización terrorista Hezbollah. Esto ha llevado a suponer, en Siria, que los atacantes eran milicianos de Hezbollah que habían sido enviados a Siria para ayudar a Assad a aplastar las manifestaciones contra el régimen.
Desde que el rey Abdullah II llamó a Assad a dimitir, se ha convertido en objeto de ataques diarios por parte de los medios de comunicación de Hezbollah, Siria e Irán.
Algunos jordanos están ahora expresando el temor que Assad podría estar planeando usar a Hezbollah, y a otros grupos armados palestinos que tienen su sede en Damasco, para socavar la estabilidad en el reino.
Saleh Kallab, un renombrado columnista jordano, dijo que aunque no prevé un enfrentamiento militar a gran escala entre Jordania y Siria, no descarta la posibilidad de que Assad instruya, a terroristas palestinos y libaneses, para lanzar ataques dentro del reino con el objeto de crear pánico y confusión. Señaló, sin embargo, que a algunos funcionarios «cabeza caliente», en el entorno de Assad, todavía les gustaría ver a Siria ir la guerra contra Jordania.
Kallab reveló que las autoridades jordanas habían recibido información acerca de intentos, por parte de palestinos y de Hezbollah, de contrabandear armas a Jordania para llevar a cabo ataques terroristas contra la monarquía y las instituciones gubernamentales.
Obviamente, Jordania no sería capaz, sola, de hacer frente a las nuevas amenazas. El rey ya se enfrenta a enormes problemas, en el país, generados por los islamistas y otros grupos que están exigiendo reformas y democracia.
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
Difusión: www.porisrael.org
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