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Los palestinos resucitan el Plan de Partición


Israel Hayom

29 de noviembre, 2011

Quien piensa que la Resolución 181 de la Asamblea General de Naciones Unidas- el famoso Plan de Partición- del 29 de noviembre de 1947 es solo para los historiadores de Medio Oriente, no es consciente del rol que, la resolución – de 64 años de antigüedad- juega hoy. Como embajador de Israel ante Naciones unidas en 1999, tuve que tratar el esfuerzo, por parte del observador de OLP, para revivir el mapa territorial de la Resolución 181 como sustituto de la Resolución 242 de Consejo de Seguridad de Naciones Unidas; que había servido como base acordada del proceso de paz desde noviembre de 1967.

Esa iniciativa palestina comenzó el 1º de marzo de 1999, cuando el embajador alemán en Israel, quien representó a la Unión Europea cuando Berlín  presidía  la Unión Europea de manera rotativa, envió un sorprendente mensaje “sin-papel” al Ministro de Relaciones Exteriores israelí donde  confirmaba que, la Unión Europea, tenía la visión que Jerusalén- tanto oriental como occidental- debía ser un Corpus Separatum (una entidad internacionalizada separada). Ese término sale, justo, de la Resolución 181, y en apariencia,  está influenciado por las doctrinas diplomáticas de algunos países europeos que creen que,  al fin de cuentas,  Jerusalén debería convertirse en una ciudad internacionalizada. El mensaje alemán fue filtrado al periódico israelí Ha`aretz. Al cabo de pocos días,  uno de los líderes palestinos del equipo negociador de ese momento, Ahmed Qurei (Abu Ala), respondió en el periódico oficial de la AP al-Ayyam, diciendo que, la nota europea, “confirma que, ambas partes de Jerusalén- la oriental y la occidental- son territorio ocupado”.

Los europeos se las arreglaron para endurecer la posición palestina. Al cabo de poco tiempo, la nueva postura palestina fue asumida en Nueva York por parte del Observador de la OLP, Nasser al-Qidwa, quien escribió una carta oficial al Secretario General de Naciones Unidas,  Kofi Annan, la cual exigía que “Israel debe explicar,  a la comunidad internacional,  las medidas que adoptó ilegalmente para extender sus leyes y regulaciones hacia el territorio que ocupó en la guerra de 1948, más allá del territorio adjudicado al Estado judío en la resolución 181 (II). Tal situación no fue aceptada,  por parte de la comunidad internacional”. Las zonas a las que el representante palestino se refería  incluían (o que hoy son  ciudades) Beer Sheva, Ashkelon, Nazareth y otras. Ellos agregaban, además,  Jerusalén.

Como con cualquier carta formal al Secretario General, fue distribuida, luego,  al representante de cada estado miembro de Naciones Unidas. La postura de la línea dura,  que los palestinos están  asumiendo sobre  la cuestión territorial,  antes que toda la comunidad internacional,  no era solo idea del representante. En el momento de su redacción  y envío,  era anfitrión del líder de la OLP, Yasser Arafat en Nueva York. Arafat fue a ver a Annan y habló  acerca de la Resolución 181. Antes de salir de la oficina del Secretario General, dio una breve conferencia de prensa en árabe e hizo referencia a la Resolución 181.

A fin de preparar la respuesta israelí a ese nuevo movimiento palestino, necesité instrucciones por parte del nivel más alto en el Ministerio de RREE. Llamé al Canciller  quien me envió a tratarlo con el primer Ministro,  David Ben-Gurion, en la Knesset, el 3 de diciembre de 1949, al final de la guerra de la independencia. Ben Gurion se opuso a las voces de la comunidad internacional que  instaban a la internacionalización de Jerusalén: “ (…) ya no podemos seguir considerando la Resolución del 29 de noviembre de Naciones Unidas como con alguna fuerza moral. Luego que ONU fallara en su implementación, consideramos que la resolución del 29 de noviembre concerniente a Jerusalén es nula e inválida”. Tomé las palabras de Ben Gurion y las coloqué en una carta,  a Annan que fue distribuida a cada miembro de Naciones Unidas.

Es importante recordar que, las resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas, son solo recomendaciones y no obligan a los estados-miembro bajo la ley internacional. Más aun, los estados árabes rechazaron  la Resolución 181 en su totalidad, en especial a  su llamado a establecer un Estado judío. Ben Gurion comprendió la importancia moral de la Resolución 181 debido a su reconocimiento del derecho del pueblo judío a un Estado. Pero además recordó el fracaso de Naciones Unidas en frenar la agresión de los estados árabes, en 1948. Más aun, no fue Naciones Unidas que legalmente creó el Estado judío con la Resolución 181, sino más bien la propia declaración de independencia de Israel,  en 1948, un año más tarde. De manera que, ¿qué ocurrió con las fronteras que,  la Resolución 181, proponía, en especial con respecto a Jerusalén? Las concesiones que el liderazgo judío hizo en 1947 ¿sobrevivieron aquel periodo?

Cuando el liderazgo de la Agencia Judía aceptó la Resolución 181 (1947), deseaba consentir su propuesta de internacionalización de Jerusalén,  durante 10 años, como medida interina. Ese era el precio que tenía que pagar por ganar apoyo internacional para la independencia judía. Pero, el liderazgo judío de ese entonces, sabía que al acordar con la Resolución 181 habría un referéndum,  luego de un periodo de 10 años, y dada la mayoría judía en Jerusalén los residentes del Corpus Separatum podrían buscar ser anexados al Estado judío. En resumen, el pueblo judío no renuncio  a sus derechos sobre Jerusalén al aceptar el Plan de Partición.

En todo caso, la situación con la Resolución 181 cambió dramáticamente en 1948, cuando Jerusalén fue atacada por los ejércitos egipcios, al sur de la ciudad, y por la Legión Árabe, al noreste. Los representantes judíos en Naciones Unidas exigieron (marzo, 1948)  que el Consejo de Seguridad interviniera para detener el bombardeo de la Ciudad Antigua de Jerusalén, que fue concentrada en el Barrio Judío. Decenas de sinagogas y academias rabínicas  estaban siendo, sistemáticamente, destruidas. La Iglesia del Santo Sepulcro e, incluso, el Domo de la Roca fueron azotados por los bombardeos de la artillería árabe. Muchos de los detalles se presentaron  ante Naciones Unidas.  Al final, Naciones Unidas no movió un dedo para detener los ataques hacia Jerusalén y salvar las vidas de más de 100.000 sitiados residentes judíos. La única fuerza que vino para salvar a Jerusalén de ese ataque fueron los ejércitos clandestinos judíos que provenían de las Fuerzas de Defensa de Israel, luego de la independencia de Israel. Esos fueron los detalles históricos que llevaron a Ben Gurion a rechazar, luego,  la internacionalización de Jerusalén, contenida en la Resolución 181, y mover las instituciones gobernantes del naciente Estado de Israel de Tel Aviv a Jerusalén (1949).

Las fronteras propuestas por la Resolución 181, especialmente con respecto a Jerusalén, fueron  reemplazadas por la realidad sobre el territorio. Esos límites dejaron de ser  relevantes. En verdad, los términos de referencia de toda la diplomacia árabe-israelí  cambiaron cuando,  los Acuerdos de Armisticio (1949),  reemplazaron las referencias pasadas a la Resolución 181. El punto de partida de la diplomacia árabe-israelí cambió otra vez  luego de la Guerra de los Seis Días (1967), con la Resolución 242 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que se convirtió en la única base acordada para los acuerdos árabe-israelíes.

Esos hechos no evitaron que, los palestinos, sacaran de los archivos a la Resolución 181, incluso a pesar que la habían rechazado junto con los estados árabes cuando fue adoptada. A la luz de las recientes declaraciones palestinas sobre la Resolución 181 a comienzos de los `90 es, especialmente,  importante mirar la carta que Mahmoud Abbas entregó al Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki moon (23 de septiembre, 2011), en la que solicitaba que, ONU, aceptara un Estado palestino como miembro pleno. Abbas basó su solicitud, de manera notable, en la Resolución 181 y no escribió una sola palabra de la Resolución 242.

En verdad, en el discurso que dio en la Asamblea General de Naciones Unidas ese mismo día, Abbas declaró que, los palestinos, buscaban  un estado en los territorios que Israel capturó  en la Guerra de los Seis Días. Pero,  si su discurso en Naciones Unidas es tomado junto con el lenguaje de la carta que presentó, es claro que Abbas aspira a un Estado palestino en las fronteras de 1967, sin reconocer sus “derechos” a los territorios  sobre los que, insiste,  fueron adjudicados a los palestinos bajo la Resolución 181.
 
CIDIPAL

 
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