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| lunes diciembre 23, 2024

Egipto: la Hermandad en aprietos


Fuente: asharkalwsat.com

Aurora

Hermanos_Musulmanes

Sea quien sea el triunfador en estas elecciones, una vez que asuman sus representantes en la Asamblea, enfrentarán una situación que no pueden eludir porque, evidentemente, Israel sigue siendo uno de los vecinos fronterizos de Egipto.

Ningún gobierno que asuma en El Cairo, podrá desconocer ni menos rechazar la importante ayuda que el país recibe anualmente de los Estados Unidos. No se trata solamente de dinero sino de equipos militares y alimentos para una población que no para de crecer.

En el momento, la crisis egipcia llega a extremos difíciles de estimar debido a la detención del turismo y a que el sector industrial sufre los problemas derivados de las manifestaciones y disturbios. ¿Qué pasará si en el futuro cercano no recomienza la corriente turística que da empleo a millones de personas? Es muy bueno vivir en democracia, ¿pero cuánto tiempo será posible acallar las protestas si no hay fuentes de trabajo para la masa de jóvenes que deambulan por las calles?

No hay nada mejor que un análisis de expertos árabes para entender la complejidad de los procesos que se vienen dando en Egipto, cuando aún no finalizó la etapa de las elecciones legislativas.

Declaraciones tranquilizantes

La Hermandad Musulmana en Egipto ha comenzado a emitir declaraciones tranquilizantes para el pueblo egipcio después de su progreso en las elecciones parlamentarias, pero la realidad nos dice que la Hermandad se encuentra en un apuro por esta victoria electoral.

Está enfrentando tres asuntos que representan un verdadero dilema y no sabemos cómo va a lidiar con ellos. Estos temas son los Acuerdos de Camp David, la economía y los salafistas.

Políticamente la Hermandad Musulmana pronto se encontrará cara a cara con los Acuerdos de Camp David. La Hermandad Musulmana ha construido su legitimidad oponiéndose a estos acuerdos, oponiéndose a los regímenes de Anwar Sadat y Hosni Mubarak por este motivo. Esto significa que hoy en día la Hermandad Musulmana tiene que decir -en acciones, no palabras- si quiere abolir el tratado. Esto significaría declarar la guerra a Israel y es bien sabido que la economía egipcia no puede soportar más las manifestaciones, por no hablar de guerras, ¿entonces la Hermandad Musulmana aceptará este tratado cuando llegue al poder? Si lo acepta, entonces ¿cuál es la diferencia entre ella y Mubarak?

Las numerosas declaraciones que salen de Estados Unidos acerca de la comunicación permanente entre los EE.UU. y la Hermandad sugieren que la Hermandad Musulmana en Egipto no se atreve a tocar los Acuerdos de Camp David, lo que significa que la Hermandad va a ser justo como Hosni Mubarak, ¡desde su primer momento en el poder!

El segundo dilema es la situación económica que se ha convertido en un verdadero desastre. Egipto no es un estado productor de petróleo, como Libia, lo que significa que quienquiera que gobierne Egipto -o cual sea el partido más fuerte allí- dependerá del turismo, elemento vital de Egipto. Atraer a los turistas requiere de seguridad y esto va en contra de cualquier posible violación de los Acuerdos de Camp David.

El turismo además necesita una mayor apertura y libertades, así como una estructura económica capaz de enfrentarse al sistema financiero mundial para que los inversores de capital extranjero se sientan seguros al llegar a Egipto. El asunto también requiere de una próspera escena cultural, junto con otros detalles. La cuestión no es sólo que posean atractivos turísticos como las pirámides, de lo contrario los turistas habrían seguido acudiendo a la cordillera afgana de Tora Bora durante la época de los talibanes, y por lo tanto el estatus de Egipto como destino turístico ¡no debe ser comprometido!

Si la Hermandad logra superar los dos dilemas antes mencionados, esto inevitablemente los pondrá en el rumbo de un agudo choque con los salafistas. Éste es el tercer dilema de la Hermandad. En este punto la batalla se dará sobre quién tiene derecho a hablar en nombre de la religión en Egipto y quién blasfema contra la religión en nombre de la política. En este punto los salafistas se convertirán para la Hermandad Musulmana en lo que la Hermandad misma fue para el régimen de Mubarak, en otras palabras, en un rival siempre presente en todos los ámbitos.

Por lo tanto, si algunos se sienten cautelosos con respecto a la realidad de la Hermandad Musulmana en Egipto hoy en día, se justifica. Sin embargo, es la Hermandad Musulmana la que debería estar más preocupada, porque está en un real aprieto. Ella se enfrenta ahora a problemas que podrían arruinar su goce del poder, porque si la Hermandad Musulmana aplica las ideas que ha promovido durante mucho tiempo, esto significa que va a llevar Egipto hacia guerras y la bancarrota. Por otro lado, si moderniza sus actitudes y adopta una línea más racional -dos de los requisitos necesarios para aquellos que quieren gobernar- esto significará un golpe a su credibilidad y también la empujará hacia una feroz batalla con los salafistas de Egipto.

¿Cómo va a lidiar la Hermandad Musulmana con este triple dilema? Esto es algo que se pondrá de manifiesto a partir de la manera en que enfrentará el proceso de formación del gobierno, la redacción de la nueva Constitución y la determinación de los poderes del próximo Presidente.

 
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