Eduard Yitzhak
Porisrael.org
El islamismo es la corriente salafista del Islam que aspira a la islamización de todo el orbe, imitando la vida y acciones de Muhammad, sus seguidores y los primeros califas y basándose en el Corán y de los Hadices. Bajo la cosmovisión islámica todo aquel que se opone a ser islamizado es un enemigo de Alá y de los musulmanes, por lo que tiene que ser combatido y exterminado, para el bien de la misma humanidad.
El estado ideal según el islamismo es el aquel que se rige por el Shari´a, la ley islámica. El islamismo es equivalente en versión religiosa al concepto racista nazi de völkisch, la ideología germánica racista. El Islam es la única religión con derecho a existir, y el islamista se erige con la prerrogativa de decidir quien tiene derecho a vivir y quien no, como el nazi se instituyó con la misma potestad de decisión.
Post colonialismo del siglo XX
Las excolonias independizadas de las metrópolis de los imperios europeos en declive desarrollarán consciencias nacionales y estatales, muchas de ellas tomarán el comunismo como factor de cohesión social y como elemento modernizador, es el caso de China, de Vietnam, y otros en los que los partidos comunistas tendrán un papel relevante, como el de Irán. Las excolonias árabes recuperarán el derrotado nacional-socialismo alemán reciclándolo en un panarabismo, en el que muchos nazis, convertidos al Islam, encontrarán refugio y alcanzarán cargos importantes en sus gobiernos, como en Siria, Egipto, Irak.
Los países árabes, anteriormente ocupados mayormente por el Reino Unido y Francia, rechazarán de plano los valores democráticos al ser identificados con aquellas, y al no tener tradición democrática ni un background que lo permitiera consolidar. El Reino Unido y Francia habían sido los portaestandartes de la democracia, el liberalismo y el racionalismo. La estructura social de los países árabes era de corte feudal, gran parte de la población rural, inculta y sumida en el analfabetismo. La elite árabe rechazará los valores de democracias, liberalismo y todo lo que había triunfado con los Aliados después de la 2ª Guerra Mundial.
El Tercer Reich y el nazismo habían sido un foco de atracción para unas masas que adoraban el liderazgo y que no tenían ninguna tradición de autocrítica. Hitler era considerado el amigo de los árabes. La dirigencia árabe y musulmana sentía predilección por el nazismo y el pangermanismo. El mufti de Jersualem, Amin Al- Husseini reflejaba este sentimiento filonazi de la mayor parte del mundo árabe y/o musulmán.[ ]
Independencia de Israel
La independencia de Israel, el recién estado judío, el 14 de mayo de 1948 será percibida por los árabes y/o musulmanes como el summum del desastre. El orgullo árabe no podrá aceptar que los judíos puedan llegar a tener un estado propio, que puedan liberarse de la tutela a la que les sometían. Israel será visto por el mundo árabe como la causa de su fracaso, Israel devendrá el chivo expiatorio que explicará el fiasco árabe, su incapacidad de entender y afrontar la modernidad. Israel será culpabilizado por la elite árabe del retraso social, económico, cultural, científico y tecnológico del mundo árabe. El judío que había sido un ciudadano dhimmi, de segunda clase, sometido al arbitrio del señor musulmán, encarnará en el mundo árabe todos los males, la democracia, la modernidad, en dos palabras, el mundo moderno.
El panarabismo, como antes el pangermanismo, bajo el liderazgo del Rais Gamal Abdel Nasser, justificará todos sus fracasos con el chivo expiatorio de Israel, y por todos los medios, incluida la guerra y el terrorismo, buscará destruir al recién estado judío.
El panarabismo, así como el islamismo, considerarán que el capitalismo, el marxismo, el liberalismo, la democracia, la vida urbana habían sido creados por el judío.
Los dirigentes árabes buscaban la unión del mundo árabe, y su fracaso en este cometido será imputado a Israel, el panarabismo estaban y querían estar convencidos -en una mezcla de cinismo y fanatismo infantil, pero mortífero- que los judíos e Israel, el estado judío, eran responsables del fracaso. El mundo árabe, mayormente musulmán, ya tenía en el islamismo el factor religioso que aspiraba a la unificación no sólo del mundo árabe sino de toda la Umma, la Nación Musulmana. Ambos, panarabismo e islamismo convivirán alternando la convivencia con los choques mortales, competiendo por el mismo mercado social, las masas árabes. En diversas épocas ambos movimientos se atacarán, se combatirán, pero tendrán en común y como factor de cohesión el odio al judío y a su estado, Israel.
El islamismo considerará que no sólo se tiene que combatir contra Israel, sino también contra el judío, contra todo judío, al que hacia responsable del debilitamiento del Islam en el mundo árabe y/o musulmán. Para el totalitarismo religioso islamista todo lo que se opone al avance de la implementación del Shari´a en última instancia es responsabilidad de los judíos, e Israel encarna la maldad y el demonio.
Islamismo, versión religiosa del concepto nazi völkisch
El nazismo alemán consideraba que los arios eran los miembros de la raza superior a la que todos los pueblos de la tierra tenían que obedecer y servir.
El supremacismo islamista considera que únicamente el Islam tiene derecho a existir, y que todas las otras religiones son inferiores y falsas, son creaciones humanas, y que los musulmanes son superiores al resto de los mortales, así como lo eran los miembros de la «raza» alemana para el nazismo.
Los nazis consideraban que la humanidad se dividía en tres razas, la raza pura superior -los «arios» germanos-, la «raza» pura judía, absolutamente inferior, formada por subhombres, y el resto de la humanidad que no era más que «un caos de pueblos».
Los islamistas consideran que hay que tres religiones, la pura musulmana, única y verdadera, las falsas monoteístas, la judía y la cristiana, y el resto de infieles, politeístas.
Los nazis pensaban que era imprescindible exterminar a los judíos, derrotarlos para liberar a la raza germánica, los islamistas piensan que es imprescindible exterminar a los judíos, borrar a Israel del mapa de las naciones, para liberar al Islam. El discurso reiterativo y obsesivo Jomeini y de Ahmadineyad son paradigmáticos sobre el islamo-racismo anti judío.
A muchos alemanes les atraía la visión völkisch racista, sus creadores, propagandistas y fieles seguidores implementaban la ideología en los medios de comunicación que se iba expandiendo progresivamente, y esta hacia que el alemán medio -que económica y socialmente se había sentido durante siglos insignificante, sin apenas colonias, y derrotado en la 1ª Guerra Mundial-, ahora gracias al concepto völkisch se podía sentir importante, dominador y en la cumbre de la humanidad. El orgullo racial «ario» configuraba un nuevo hombre, el «hombre superior que dominaría toda la tierra», gracias al Führer y al nazismo.
El árabe y/o musulmán que se ha sentido durante siglos tan insignificante económica, social, cultural, científica e intelectualmente, ahora gracias al islamismo puede apreciarse importante, conquistador, dominador, y además, perteneciente a la religión única, verdadera y superior, el musulmán islamista se configura como un nuevo hombre, el hombre que Alá le concede el Paraíso.
El nazi lucía ostentosamente su uniforme y su esvástica, el islamista luce su indumentaria con el orgullo del supremacismo religioso «sabedor» que Alá le otorgará la victoria contra el resto de la humanidad. Las marchas y manifestaciones nazis daban vigor y seguridad al alemán, el valor de ser parte de una gran masa, así como los rezos en las calles lo dan al musulmán.
Por irracional, anticientífica, absurda e incongruente que fuera la visión völkisch esta ideología fue expandiéndose en Alemania y Austria. Para el alemán con ciertas pretensiones de educación, absolutamente carente de auto critica, indignado por su impotencia política y social, el concepto völkisch racista adquiría grandes atractivos, le fascinaba al alemán sentirse portador de una misión divina, la de combatir contra las fuerzas tenebrosas del judío, causante de la decadencia del ario. Para el musulmán con ciertas pretensiones espirituales, absolutamente carente de autocrítica, irritado y enojado por su insignificancia política, cultural, científica y social en el concierto de las naciones, el islamismo adquiere grandes atractivos, le hace al musulmán portador de una misión divina, la de combatir al líder de los infieles, el judío, y al judío de las naciones, Israel. Es la fascinación del infeliz por ser sujeto de una misión trascendental.
Pocos se imaginaban antes del ascenso del nazismo que la visión völkisch racista llegaría a tener tanta influencia en la política del siglo XX.
No todos los alemanes compartían la visión völkisch racista del mudo, ni todos los árabes, ni todos los musulmanes comparten la visión islamista supremacista del mundo.
Antes del ascenso del islamismo, pocos se imaginaban que la visión islamista, que se inicia en 1928 por Hassan al-Banna en Egipto después del colapso del Imperio otomano, fundador de la Hermandad Musulmana, fuera a tener tanta influencia en la política en la segunda parte del siglo XX y en el actual.
El fracaso económico, político y militar de Alemania, la humillación de la derrota y los padecimientos que siguieron a ésta, la mortificación impuesta por los tratados de paz de Versalles y St. Germain, el total desconcierto y la ruina financiera generalizada que siguieron al derrumbamiento de la moneda, la ausencia de minorías nacionales en Alemania y Austria sobre las que pudieran desfogarse, la arrogancia y el rencor nacionalistas, la falta de expansión imperial y de colonias, que impedía la emigración a un nuevo mundo, a diferencia del Reino Unido, Francia, como válvula de escape al enorme desempleo, espolearon el avance y auge de la ideología völkisch racista nacionalsocialista pangermanista como compensación psicológica e ideológica que justificatoria del fracaso, era un sistema ideológico contradictorio e irracional, una amalgama de teorías que partía del principio simple, pero eficaz, de explicar y justificarlo todo acusando al judío de todos los males que habían acontecido a la «raza aria» desde los tiempos remotos. El judío devenía nuevamente el chivo expiatorio. Se publicaron múltiples veces los Protocolos de los Sabios de Sión, que «explicaba» lo que acontecía como fruto de una conspiración judía mundial, causado por una sed de mal inherente e innata racialmente a todo lo judío, no sólo al judaísmo, sino que el judío como individuo era racialmente «peligroso» para la supervivencia del völkisch.
El fracaso de la política, económica, social, cultural, y científico-tecnológico del mundo árabe, el retraso, subdesarrollo y decadencia del mundo árabe fue achacado primeramente al colonialismo europeo para acabar siendo el culpable de todo ello la independencia del estado judío, el panarabismo nacionalsocialista, abanderado por las diferentes familias político-militares y nacionales del Baaz [ ] se erigió como portaestandarte del mundo árabe, mayormente en la escasa población urbana, y acusó sempiternamente al judío y a Israel como el causante de todos los males de la sociedad árabe. Simultáneamente en la subdesarrollada sociedad árabe, mayormente tribal, campesina y muy poco ilustrada, convivía el Islam como factor religioso y de cohesión.
El fracaso de las dictaduras panarabistas en unificar y modernizar el mundo árabe han roto la fascinación que sentían las masas árabes por sus líderes, la perpetuación del subdesarrollo y la perpetuación de la secular corrupción ha espoleado el auge del islamismo, como recambio ideológico, a la vez que desempeña la función de compensación psicologica y social. El judío e Israel devienen los causantes de todos los males del mundo árabe, y por extensión del mundo musulmán, llegándosele a culpabilizar de todos los males de la humanidad. El islamismo como ideología, la indumentaria, el velo, el chador, el burka, el pañuelo «palestino» serán motivo de orgullo, y el terrorismo yihadista devendrá en la palanca del islamismo para doblegar las voluntades del mundo musulmán no estrechamente adherido a los postulados yihadistas así como fuerza atemorizadora del «infiel».
Mein Kampf, los Protocolos, el Corán y los Hadcies [ ]
Mein Kampf y los Protocolos jugaron un importante rol ideológico justificatorio para exterminar judíos y a los que eran considerados como contaminados por los judíos, así mismo el Corán y las tesis yihadistas juegan un importante papel justificatorio para hacer desaparecer el estado de los judíos, Israel, y a los que están contaminados por aquellos, los cristianos.
El antisemitismo árabe islamista se basa en tres ideas:
1. en la teoría supremacista del arabismo, de querer perpetuar el rol de dhimmi del judío y de su estado, Israel, en el mundo árabe, considerando inaceptable que el judío se independice del yugo del señorío del amo árabe, por lo que Israel, el estado judío, en definitiva tiene que ser disuelto y sometido al Diktat árabe, como el dhimmi tiene que aceptar su situación de ciudadano de segunda clase sometido al árabe.
2. de la visión mística y religiosa del islamismo que considera que el mundo está gobernado por poderes del bien y del mal, y conforme a esta visión, los judíos representan el principio del mal, y su auxiliar es el Cristianismo, el capitalismo, el comunismo, el liberalismo y la democracia. Esta visión religiosa, basándose en la lectura del Corán y de los Hadices, insta al combate, la lucha, de los seguidores del bien, los islamistas, contra los judíos y sus auxiliares, los cristianos. Esta misión «divina» proporciona un atractivo adicional a la histórica tradición de combate secular musulmana contra el que consideran infiel.
3. la larga e histórica tradición de lucha y guerra, y su exaltación como máxima virtud del buen musulmán[ ] , iniciado por Muhammad, lo que proporciona una legitimización del Yihad, que alimenta la fantasía de combate a un amplio sector de la población musulmana que ve en la guerra religiosa el medio de enriquecerse y mejorar su nivel de vida.[ ]
El islamismo se ha visto reforzado a los ojos de amplias capas de la población de musulmanes, por la derrota militar del comunismo frente al yihadismo, que a pesar de la alianza táctica que estos llevan en Occidente con los comunistas y extrema izquierdistas, los islamistas han llevado un cruento combate contra aquellos en el mundo musulmán [Dar al Islam], como el caso de la destrucción del Tudeh (Partido Comunista de Irán) y el exterminio de sus militantes perpetrado por los jomeinistas. La derrota del comunismo, percibido éste como «auxiliar» del judaísmo en la visión nazi e islámica del mundo, y su capitulación en el frente económico, social y político, con el derrumbe de la caída del muro de Berlín, y la capitulación militar del Ejército Rojo frente a los talibanes en Afganistán, así como el islamoterrorismo y el derribe de las Torres Gemelas de Nueva York el 11-S perpetrado por islamoterroristas ha reforzado la visión redentora del Islam y su invencible marcha hacia la completa implementación de este a nivel mundial.[ ]
Millones de musulmanes tienen este ideario y bajo la influencia de este credo acolchan y protegen a los yihadistas, lo que les confiere a estos un marco de protección y de complicidad en Occidente.
Israel es percibido como la avanzadilla del mal, el cáncer de la democracia, el liberalismo y de Occidente en el seno del mundo árabe y musulmán, es aquella «mancha del mapa que hay que borrar», en palabras de M. Ahmadineyad, proferidas anteriormente por R. Jomeini, y por los líderes del panarabismo: Nasser, Assad, Gadafi, Hussein, y un largo repertorio de islamistas panarabistas.
Israel, el judío de las naciones, deviene el «peligro» a la supremacía y hegemonía panarabista e islamista, como el «judío» lo fue para el nazi, y la misión del nazi será exterminar al judío, la del panarabista e islamista será combatir a muerte a Israel.
No bastan pequeñas cesiones de territorio israelí, la meta es la destrucción total de Israel, como lo fue el objetivo final del nazismo: la eliminación (Entfernung) de todos los judíos.
La «filosofía de la historia» del nazismo era una combinación de la propaganda de Los Protocolos de los Sabios de Sión, El judío internacional, de H. Ford, el Manual de la cuestión judía de Fritsch, y un darwinismo social, que proclamaba el exterminio del débil, mezclado con especulaciones völkisch racistas constituyendo un corpus ideológico que justificaba y legitimizaba al nazi, al germano ario superior, y veía natural, positivo y correcto el exterminio del judío, el enemigo de la humanidad.
La «filosofía de la historia» del islamismo es una combinación del Corán, de los Hadices, de los actos bélicos de Muhammad y de sus discípulos, que justifica el exterminio del infiel, el sometimiento de este, y su posterior aniquilación en caso de persistir su negación a la conversión al Islam.
Hitler ve la historia humana como parte de la naturaleza y esta tiene que seguir las mismas leyes que el resto de la naturaleza, la supervivencia del más fuerte. Así como la naturaleza exige desigualdad, jerarquía, subordinación del inferior al superior, en la que no hay cabida para leyes éticas de igualdad y solidaridad, esta ley de la naturaleza es la que tiene que regir la humanidad, pero en la historia humana hay una serie de revueltas contra estas leyes, contra el orden «natural», y estas revueltas, contra natura, han llevado a un igualitarismo que progresivamente va en aumento. Para Hitler, la igualdad, la solidaridad entre los diversos pueblos es anti natural y sólo puede ser creado por el bacilo judío. Los Hijos de Israel en tiempos del judío José inventaron el capitalismo en Egipto para socavar el poder del faraón y de los estamentos superiores, los judíos incitaron a los estamentos inferiores haciéndoles creer que todos eran iguales ante un único dios, por lo que los nacionalistas egipcios quedaron hastiados de los bacilos judíos hasta que los expulsaron, ese el auténtico significado del Éxodo, según Hitler. Para el Führer alemán, Moisés es el primer bolchevique de la historia, el precursor de los judíos Marx y Lenin [Hitler y Eckart suponían que Lenin era judío]. A los ojos de Hitler, los estratos inferiores consisten, en todo el mundo, en un material humano parecido, mezclado racialmente y por lo tanto inferior. Para el Führer alemán la esencia de la conspiración judía mundial es que utiliza toda esta mezcla de gente para derrocar a las clases superiores racialmente puras, con el objetivo de llegar a dominar el mundo. Tanto Eckart como Hitler, lo que cuidaban de decirlo en público, el cristianismo era parte de la conspiración judía. El cristianismo al exaltar el pacifismo y el espíritu igualitario debilitaban el alma aria, le inoculaban el virus judío de la conciencia ética, de la igualdad, de la piedad, valores horrendos para el mantenimiento y supervivencia de la raza superior, teniendo esta que regirse por las leyes de la naturaleza. Según Hitler, el Imperio Romano se debilitó por culpa de la conspiración judía que a través del cristianismo infectó el bacilo del pacifismo y el espíritu igualitario, privándole de la visión jerárquica y militar que era su soporte, lo que le causó su caída, para que los judíos pudieran avanzar en el proceso de dominación mundial, y esta historia -creerán firmemente Hitler y sus seguidores- se repetirá en la Revolución Francesa, el liberalismo, la democracia, el bolchevismo, que no serán más que episodios en la guerra eterna de los judíos contra el orden natural de la jerarquía y de la supremacía aria a nivel mundial. Para el Führer, el ario está creado por fuerzas divinas y naturales para ser el amo de la naturaleza y de los pueblos, y el judío, en su rencor, le combatirá a muerte con la ideología igualitaria, de solidaridad, y del complejo de culpabilidad, por lo que no sólo está justificado erradicar el judaísmo, sino también exterminar al judío como ser humano, pues no es realmente humano, es un subhombre, ya que el judío ha pretendido a lo largo de la historia derrocar a los efectivamente dominantes y superiores, a las minorías de pura sangre, racialmente superiores, que la naturaleza ha establecido como clase gobernante, y el judío tiene como estrategia bastardizar promiscuamente los pueblos, rebajarlos del nivel racial de los pueblos más elevados. El león no tiene remordimientos de matar y comerse un cordero, es la ley de la naturaleza lo que permite la supervivencia del más fuerte, el judío es la «rata» que ha hecho creer a los corderos que no son corderos, y que el león tiene que abandonar sus instintos depredadores, haciéndoles creer que el león y el cordero tendrán que pacer juntos, con el insano objetivo de debilitar la naturaleza y dominarla posteriormente.
Toda la jerga, la literatura, y propaganda nazi se basaba en este concepto sobre el desarrollo de la historia, en la que la decadencia y podredumbre, desviación del orden jerárquico natural era causado por el principio del mal y antinatural, que se encarnaba en el judío, y este actuaba sobre poblaciones racialmente impuras y contaminadas.
Himmler afirmó en 1942 que el descubrimiento del virus judío era una de las mayores revoluciones que habían ocrrido en el mudo, afirmando que la única forma de recuperar la raza superior salud era eliminar al judío [ ].
El nazismo creía que únicamente los seres nórdicos -y los japoneses más por razones políticas que biológicas y naturales- eran humanos; el resto de lo que entendemos y se suele considerar como humanidad no era más que una mezcolanza racial, no perteneciente a la humanidad, sino a una especie inferior. El judío al querer utilizar a estos seres racialmente inferiores para debilitar a los arios nórdicos, lo que hacia era privar a la Tierra de su población racialmente pura humana, los arios germanos. En caso de que los judíos llegaran al poder, la tierra sería privada de seres humanos en sensu estricto, que no serían más que animales con cobertura humana, bajo la dirección de los judíos, que son seres demoníacos disfrazados de seres humanos.
En 1924 Hitler escribió: «Si el judío conquistara, con la ayuda del credo marxista, las naciones de este mundo, su corona sería la guirnalda fúnebre de la raza humana, y el planeta volvería a girar en el espacio despoblado como la hacía millones de años atrás. La naturaleza eterna venga inexorablemente la transgresión de sus preceptos. De aquí que yo me crea en el deber de obrar en el sentido del Todopoderoso Creador: al combatir a los judíos, cumplo la tarea del Señor.»[ ]
Desgraciadamente estas ideas delirantes llegaron a convertirse en el credo oficial de las SS y del régimen que gobernó Alemania y Austria y que aterrorizó y martirizó a Europa, y que exterminó a los judíos europeos por el mero hecho de ser judíos, y que se auto otorgó la potestad de decidir quien tenía derecho a la vida y quien no.
El cuartel general de las SS distribuyó a sus miembros una hoja en la que Hitler exponía su versión sobre la conspiración mundial [ ]:
Al igual que la noche sigue al día, al igual que la luz y las tinieblas son eternas enemigas, así el mayor enemigo del hombre dominador del mundo es el propio hombre. El subhombre -ese que parece como si biológicamente fuera absolutamente de la misma especie, dotado por la Naturaleza de manos, pies y una especie de cerebro, con ojos y boca- es sin embargo un ser completamente diferente y terrible, no es más que una tentativa de ser humano, con una cara casi humana, pero cuya mente y cuyo espíritu son más viles que los de cualquier animal. Dentro de ese ser hay un caos cruel de pasiones salvajes e incontroladas: una voluntad innominada de destrucción, la vileza más descarada. ¡Un subhombre y nada más! … Jamás ha permitido ese subhombre que haya paz, jamás ha permitido el descanso… Para subsistir necesitaba el lodo, necesitaba el infierno, pero no el sol. Y este submundo de suhombres encontró a su dirigente: ¡el judío eterno!
Los nazis aplicaron ese credo, asesinaron a seis millones de judíos, a los que consideraban como transmisores de una peste que contagiaba al mundo, y a veinte millones de rusos, porque pensaban que Rusia estaba infectada por la revolución marxista, y que los rusos estaban bastardizados por los judíos, aunque el deseo manifestado de Himmler al atacar Rusia era exterminar a treinta millones de rusos, lo que explica la ferocidad y crueldad con los prisioneros de guerra y la población rusa.
Hitler escribió a Gemlich en 1919 una carta en la que narraba su intención de eliminar totalmente a los judíos. El Führer alemán anunció en el Reichstag el 30 de enero de 1939 [ ]: «Hoy voy a ser profeta una vez más: si los financieros judíos internacionales de Europa y fuera de Europa logran sumir a las naciones una vez más en una guerra mundial, entonces el resultado no será la bochevización de la Tierra, y con ella la victoria del judaísmo, sino la aniquilación de la raza judía en Europa.» Volvió a repetir su amenaza ante el Reichstag el 1de septiembre de 1939, en el momento de la invasión de Polonia. El 30 de enero de 1941 lo repitió en el Sportpalast de Berlín [ ]: «Y no quiero que se olvide la sugerencia que hice ya el 1 de septiembre de 1939 en el Reichstag alemán: que si el mundo se ve sumido en una guerra general, el judaísmo en su totalidad se verá acabado en Europa. Que se rían de esto hoy, como se han reído antes de mis profecías. Los meses y los años venideros demostrarán que también en este caso he acertado.» En junio de 1941 se inicia la invasión de la URSS y con ella el exterminio de los judíos rusos, el 30 de enero de 1943 Hitler decía [ ]:
«Comprendemos cabalmente que esta guerra no puede terminar más que con el exterminio de los pueblos arios o con la desaparición del judaísmo en Europa. Ya dije el 1 de septiembre de 1939 en el Reichstag alemán -y yo me cuido mucho de hacer profecías temerarias- que esta guerra no terminará como se imaginan los judíos, es decir, con el exterminio de los pueblos arios de Europa, sino que su resultado será la aniquilación del judaísmo» Hitler anunciaba en su mensaje de Año Nuevo de 1943 [ ] : «Ya he dicho que la esperanza del judaísmo internacional de que destruiría a Alemania y a otros pueblos europeos en una nueva guerra mundial será el peor de los errores cometidos por los judíos en miles de años; porque no van a destruir al pueblo alemán, sino a sí mismos, y acerca de eso no cabe hoy día la menor duda…»
En una conversación con Himmler en octubre de 1941, Hitler decía [ ]: «Con el exterminio de esta plaga haremos a la humanidad un favor del que nuestros soldados no pueden tener ni idea… Desde el podio del Reichstag profeticé al judaísmo que, en caso de que la guerra resultara inevitable, el judío desaparecería de Europa. Esa raza de criminales tiene sobre su conciencia a los dos millones de muertos alemanes de la Primera Guerra Mundial, y ahora a centenares de miles más…»
Pocas semanas antes de suicidarse en el bunker, Hitler declaraba [ ]: «He jugado limpio con los judíos. En vísperas de la guerra les hice una última advertencia. Les advertí que si volvían a sumir al mundo en una guerra, esta vez no saldrían incólumes, que esos bichos se verían exterminados definitivamente en Europa. Replicaron a aquella advertencia con una declaración de guerra… Hemos sajado el absceso judío. El mundo del futuro nos estará eternamente agradecido»
En el testamento político que dicto la noche del 28 al 29 de abril de 1945 (se mató el 30), volvió a insistir: «No es verdad que yo, ni nadie en Alemania, quisiera la guerra en 1939. La querían y la provocaron exclusivamente los políticos internacionales que eran de origen judío oque trabajaban en pro de los intereses judíos…». Y en las últimas palabras de su testamento, las últimas palabras que escribió, exhortaba a la élite de la nación alemana a la «oposición implacable al empozoñador mundial de todos los pueblos, el judaísmo internacional».
Pocas horas antes de suicidarse Hitler manifestaba verdadera y sinceramente lo que creía. Norman Cohn en su libro Warrant for Genocide. The Myth of the Jewish World Conspiracy and the Protocols of the Elders of Zion se pregunta: «¿Cómo han de interpretarse esas expresiones? ¿cómo puede Hitler haberse creído que los judíos habían causado la Guerra que él (el mismo Hitler) había provocado? La única respuesta es que para Hitler todo lo que se opusiera a su propia ansia ilimitada de dominación aparecía automáticamente como parte de la conspiración judía mundial. Y así parece haber ocurrido efectivamente en cada fase de su carrera, comprendida la guerra. Toda nación, grande o pequeña, que tratara de defender su territorio o sus intereses contra las reivindicaciones insaciables de Alemania demostraba por eses mismo hecho que era un instrumento de los Sabios de Sión.»
El pensamiento delirante y obsesivo de Hitler era el resultado de una combinación de cinismo total, supermaquiavelismo, cuyo todo valor de la vida eran el poder y más poder, obsesión y manía persecutoria junto a fantasías delirantes acerca de la conspiración judía mundial. León Poliakov comenta que los dirigentes nazis empezaron por drogarse con la subliteratura sensacionalista del tipo de los Protocolos y acabaron por trasladar aquellas fantasías morbosas a una realidad más terrible de lo imaginable. [ ]
Norman Cohn recuerda que el combate implacable de una banda de conspiradores por lograr la dominación mundial, organizada, el desprecio por la humanidad en general, la glorificación de la destrucción y de la miseria masiva junto con el silencio cómplice de la mayor parte de la población alemana permitió que los nazis perpetraran sus horrendos crímenes. Todos los testigos de la época están de acuerdo que cuando Hitler llegó al poder, Alemania no era de hecho un país presa de un antisemitismo frenético, hipnotizado por el mito de la conspiración judía mundial y sediento de sangre judía.
De la edición más popular de los Protocolos se habían vendido casi 100.000 ejemplares en una docena de años, pero de la novela más famosa, antibelicista e izquierdista, de Remarque, Sin novedad en el frente, editada en 1929, se habían vendido un cuarto de millón de ejemplares en un solo año, y eran muchas las otras novelas «progresistas» que también tenían grandes ventas. Norman Cohn añade que tampoco se puede dar por hecho que ni siquiera la totalidad del mismo Partido Nazi, con su número relativamente pequeño de miembros, que era de un millón aproximadamente, fuera fanáticamente antisemita. Análisis sociológicos de la época -realizados por el sociólogo norteamericano Theodore Abel mostraban el antisemitismo no fue la causa principal para adscribirse al partido nazi en la mayoría de sus miembros, sino la necesidad de unidad de los alemanes y de tener un jefe supremo, pero también que era cierto que muchísimo de los diecisiete millones de alemanes que votaron a los nazis en1933 debe haber estado dispuestos a exponer a sus ciudadanos judíos a la pérdida de sus libertades civiles, así como también era totalmente cierto que habían centenares de miles de alemanes que apoyaban la idea de hacer desaparecer el judaísmo y exterminar a los judíos de la faz de la tierra. El exterminio casi total de los judíos europeos pudo llevarse a cabo por la mezcla de fanatismo de una minoría ante la indiferencia de la mayoría, la organización de una minoría obsesionada por asesinar a los judíos junto a la indiferencia y silencio cómplice de la mayoría de alemanes. Esta combinación entre los miembros obsesionados del partido nazi junto el silencio cómplice de la mayoría de la población permitió que el 1 de abril de 1933, -en febrero de 1933 Hitler era canciller- se iniciase el boicoteo obligatorio de 24 horas a todos los comercios de los judíos, bajo la invocación de los Protocolos como justificación de aquella primera medida. El boicoteo fue un ensayo, como nadie protestó, el gobierno pasó a introducir su legislación antisemita, se excluyó a los judíos de la administración pública y de las profesiones liberales, y en septiembre de 1935 se les acaba de expulsar de la comunidad de la nación alemana, que no del territorio alemán-, son rechazados como alemanes en septiembre de 1935 con las Leyes de Nüremberg. [ ]
A nivel de política exterior lo primero que hará el gobierno nazi será anexionarse Austria y reclamar la pertenencia a la Nación Alemana, al Tercer Reich, los Sudetes.
Crisis de los Sudetes
A partir del siglo XIII los reyes de Bohemia habían invitado a colonos alemanes a poblar la región de los Sudetes. Los alemanes representaban más del 30 por ciento de la población de este territorio, conservando la lengua, la cultura y las tradiciones alemanas.
Desde la creación de Checoslovaquia en 1919 se utilizó mayormente la expresión alemana Sudeten para designar a la minoría germanófona descendiente de aquellos antiguos colonos del siglo XIII.[ ] El 1 de octubre de 1933 se crea el Partido Alemán de los Sudetes, que reclama la adhesión de la región al Tercer Reich. Alemania se anexiona Austria en marzo de 1938, Hitler se erige como defensor de los alemanes de Checoslovaquia desatando la crisis. El Partido Alemán de los Sudetes promulga los decretos de Carlsbad el 24 de abril de 1938, en los que exige autonomía y libertad para profesar la ideología nazi. Gran Bretaña envía a Lord Runciman para negociar un acuerdo con el gobierno checo, liderado por el presidente Edvard Beneš, que fracasó por la decisión de Hitler de ordenar a Henlein que realizara demandas imposibles de aceptar por el gobierno checo. Inicialmente Francia y la URSS apoyan a Checoslovaquia, aunque sin mucho entusiasmo, el Reino Unido intenta mostrarse conciliador. El primer ministro francés Édouard Daladier, quebranta la alianza con Checoslovaquia, llegando a Munich el 29 de septiembre de 1938. Francia tenía un tratado de alianza con Checoslovaquia de mutua ayuda ante la agresión por un tercer país. La Unión Soviética tenía un tratado defensivo con los checoslovacos, que le obligaba a auxiliar al país centroeuropeo, si antes lo hacía Francia, que parece cada vez más reticente a cumplir sus obligaciones. Finalmente los soviéticos anuncian que están dispuestos a apoyar unilateralmente a Checoslovaquia, incluso si Francia faltase a su compromiso. El día 21 de septiembre de 1938, Hitler añade a sus reivindicaciones territorios de Polonia (Cieszyn checoslovaco) y Hungría. En Godesberg (22-24 de septiembre de 1938) vuelve a entrevistarse con Chamberlain y reclama no sólo su anexión a Alemania, sino la completa ocupación militar. Benito Mussolini interviene como «mediador» y propone una reunión de potencias en Munich.
La Unión Soviética confirma el 21 de septiembre de 1938 al gobierno checoslovaco que está dispuesta a ayudar su país. El 23 de septiembre Checoslovaquia moviliza sus tropas con un ejército moderno y preparado, con unas defensas fronterizas muy poderosas, pero terminó abandonando toda resistencia a la invasión alemana, ante la falta de apoyo de las potencias occidentales. A pesar del potencial militar checoslovaco pudiendo movilizar cerca de un millón y cuarto de hombres con formación militar frente a unos 1.100.000 de Alemania, En septiembre de 1938, Alemania contaba con 45 divisiones, sin ninguna división de reserva. De ellas, sólo 37 podían utilizarse contra Checoslovaquia, dejando con ello el resto de las fronteras prácticamente indefensas. A estas fuerzas se podían añadir un máximo de 4 regimientos motorizados de las SS. Por otra parte, las fortificaciones alemanas occidentales contra una posible invasión francesa no estaban listas. Por su parte, Checoslovaquia contaba con 17 divisiones de infantería y 4 divisiones móviles en tiempo de paz, y otras 17 divisiones tras la movilización general, además de 4 formaciones del mismo tamaño ocupando las fortificaciones fronterizas y unos 138 batallones de personal militarizado (guardias de frontera, ferrocarriles, aduanas…), equiparables a otras 14-15 divisiones, sumando unas 57 divisiones en total. Checoslovaquia podía movilizar, incluyendo únicamente a la primera reserva y parte de la segunda, cerca de 1.250.000 hombres con formación militar, frente a unos 1.100.000 de Alemania. La aviación alemana podía disponer de unos 1.080 aviones para cubrir sus fronteras, y la checa de unos 520 aparatos, pero las condiciones meteorológicas del invierno de 1938 eran adversas para la participación de la aviación. Los checoslovacos poseían ciertas ventajas adicionales: la posición central que permitiría el traslado de tropas de una parte a otra del frente, la condición escarpada y boscosa de la frontera y las fuertes defensas (campos minados, fuertes, nidos de ametralladoras y abundante artillería). Por su parte, las existencias de municiones alemanas sólo permitían seis semanas seguidas de combates. También Checoslovaquia contaba con el apoyo soviético, fuera cual fuera la postura francesa. Los soviéticos movilizaron el 21 de septiembre unas 90 divisiones.
Política del appeasement (apaciguamiento) de Chamberlain que accede a desmembrar Checoslovaquia con el objetivo de evitar la guerra, en nombre de la paz. El Premier británico firma el Acuerdo de Munich en el que se pacta conceder la región checoslovaca de los Sudetes a Alemania. A las 1:30 horas am del 30 de septiembre de 1938 Adolf Hitler, Neville Chamberlain, Benito Mussolini y Édouard Daladier firman el Acuerdo de Munich. Estos acuerdos indignaron a Checoslovaquia, que no había sido invitada a participar en ellos, y a la que sólo se le comunicó el resultado.
La ocupación alemana se realizó del 1 al 10 de octubre, restándole con ello cerca de 30.000 km² a Checoslovaquia, sin que las otras potencias europeas reaccionaran. Tras ello, la mayor parte de la población checa fue expulsada de la región. A finales de 1938 desaparece el Partido Alemán de los Sudetes y se fusiona con el Partido Nazi Alemán. En marzo de 1939 Alemania ocupó el resto de Checoslovaquia.
Así como el nazismo fue la ideología expansionista del régimen racista alemán, el islamismo es la ideología del totalitarismo religioso del Islam que considera que cualquier oposición al avance de la implementación del Islam es percibida como parte de la conspiración del sionismo, de satanás, del demonio, contra las fuerzas del bien, de Alá, de los musulmanes.
El Lebensraum nazi
Hitler pretendía incrementar el espacio vital a través del Anschluss (anexión) con Austria y las invasiones de los Sudetes (República Checa) en 1938 y de Polonia en 1939. En Mein Kampf, Hitler declaraba: «los alemanes tienen el derecho moral de adquirir territorios ajenos gracias a los cuales se espera atender al crecimiento de la población».
Las reivindicaciones nazis sobre los Sudetes excusándose en que eran parte del territorio del Primer Reich y que tenían que volver a serlo del Tercer Reich, son equivalentes a las reivindicaciones de los nacionalistas panarabistas, de influencia nazi, y de los islamistas. Los panarabistas nacionalistas-socialistas reivindican el derecho tradicional árabe de someter al no-árabe, el islamismo considera que todo territorio que un día fue ocupado por la Espada del Islam tiene que volver a ser resislamizado, como el caso de las reivindicaciones sobre la península ibérica (España y Portugal) -el antiguo Al-Andalus- , Israel y tantos otros territorios con el objetivo de volver a ser parte de la Umma.
La obsesión nazi sobre los Sudetes no sólo obedecía a una cuestión territorial, por su frontera con Alemania, sino que también lo era ideológica, era parte del espacio vital alemán, era su Lebensraum, por lo que a través del Anschluss con Austria y las invasiones de los Sudetes en 1938 y de Polonia en 1939. Alemania tenía derecho a conquistar el mundo, la raza superior aria estaba predestinada a la conquista de la tierra y a someter al resto de las razas, así como el león somete al cordero.
El lebensraum islámico
El islamismo reclama en primer lugar «recuperar» los territorios que un día fueron ocupados por el Islam, como paso previo al despliegue del Islam sobre todo el orbe.
La central y obsesiva idea de destruir Israel es fruto del supremacismo ideológico religioso islamista al considerar que tanto judíos como cristianos han tergiversado la Torá [Antiguo Testamento] y los Evangelios, respectivamente. Los profetas de la Biblia afirman que el pueblo judío volverá a la tierra de Israel, y el Corán declara que todo el orbe será musulmán. La existencia del estado de Israel, como estado de los judíos, valida la Biblia e invalida el Corán a los ojos de los musulmanes en general, y de los islamistas en particular, por lo que hay que revertir el proceso.
Desde el mismo día que los judíos pudieron recuperar su independencia y recrear su Estado, el 14 de mayo de 1948, ejércitos árabes de seis países vecinos, junto a la Legión Árabe, con ayuda económica de los países árabes, invadieron Israel con el objetivo explicito de «concluir la obra de Hitler» y aniquilar a los judíos.
Los árabes que vivían en la tierra de Israel ocupada por los británicos, y anteriormente por los turcos eran árabes sirios, que nunca habían oído hablar de Palestina, y se identificaban únicamente como árabes. Estos fueron reclamados por sus hermanos árabes de los países que agredieron a Israel para dejar campo libre a los bombardeos y a las matanzas de judíos. Estos árabes, que más tarde se apropiarán del nombre de palestinos, desconocido para éstos y que sólo servia como adjetivo a los judíos que vivían en lo que es el estado de Israel.
Los árabes han ido perdiendo todas las guerras que ellos mismos hacían contra Israel.
La propaganda árabe-palestina e islamista repite hasta la saciedad que Israel es el enemigo de la paz, el que guerrea contra el Islam, pero ¿cómo pueden creerse estas declaraciones los islamistas, los panarabistas y los actuales aliados del totalitarismo islamista, los izquierdistas judeófobos, que se han añadido y sustituido en esta alianza a los nazis-, cuando son los mismos árabes los que las han provocado?
La única respuesta es que para los nacionalistas panarabistas es que Israel y los islamistas todo lo que se opone a la propia ansia ilimitada de dominación, legitimizada por el Corán, aparece como parte de la conspiración sionista mundial, con la colaboración de los cruzados occidentales, como así califican al mundo cristiano.
Si el judaísmo fuera una secta del Islam, y los judíos fueran colonos no-árabes -como los turcos- que ocupaban la tierra de Israel, no existiría este conflicto, los árabes «palestinos» no tendrían ningún reparo ni objeción, y no sería un tema central en la política internacional. Hay tierra árabe siria ocupada por Turquía, y tierra árabe ocupada por Irán, territorios de mayor superficie que Israel, y no son objeto de reclamo ni de solidaridad de los mismos árabes ni por parte de los izquierdistas europeos, que se consideran ellos mismos como los más cultos de entre los antisemitas, lo que no es mucho decir. La región árabe del Al Ahwaz, Arabistán, con capital Ahwaz, está ocupada por Irán, que le ha cambiado el nombre por Juzestán, cuya superficie es de 375.000 km2 [17 veces mayor que la superficie de Israel], cuya reivindicación es permanentemente ignorada por los países árabes, y nadie del mundo árabe y/o musulmán toma el más mínimo interés por sus ocho millones de hermanos árabes, sometidos a la ocupación iraní.[ ]
Los países árabes y/o musulmanes tampoco reclaman las tierras árabes ocupadas por Turquía: La región de Hatay, Iskenderun, -Alejandreta-, es tierra siria usurpada por Turquía en 1935, con una superficie de 9.887,565 km², algo menos de la mitad de la superficie de Israel; tampoco está en la agenda de reclamaciones de ningún país árabe -exceptuando las silenciosas y tenues reclamaciones de Siria- ni de la Liga Árabe [ ].
El odio contra Israel es de base religiosa
Los profetas de Israel profetizaron múltiples veces que el pueblo judío volvería a Israel, al Israel completo, a la tierra que el Dios de la Biblia prometió para el pueblo judío. La lectura que los islamistas hacen del Corán es que todo el orbe, todos los países de la tierra serás islamizados.
El profeta Yoel 4:1-2: Por cuanto he aquí que en aquellos días y en aquel tiempo, cuando hiciere retornar a los cautivos de Judá y Jerusalem, reuniré a todas las naciones y las traeré al valle de Yehoshafat, y las he de juzgar allí, por Mi pueblo y por Mí herencia Israel, a quien esparcieron entre las naciones, y dividieron Mi tierra.
Los islamistas saben que el cristianismo acepta las escrituras del Tanaj [Antiguo Testamento] y que cree en la veracidad de las profecías bíblicas., para quien Israel es una señal para las naciones, ya que es usado en el reloj profético de Dios. Estos islamistas saben también que en la Biblia a los profetas afirman que la restauración de Israel está relacionada con el comienzo del reino del Mesías y con el juicio de las naciones, ya que a través de Israel, Dios juzgará a las naciones, por lo que la restauración de Israel es el indicador temporal para el juicio de las naciones.[ ] Las tesis del cristianismo, basadas en la Biblia, son rechazadas frontalmente por el Islam.
Para los islamistas el conflicto árabe-israelí es una guerra religiosa, como explica en un artículo del 5 de marzo de 2010 Hamed Aghbariya, editor del diario árabe-israelí Sawt Al-Haqq Wal-Hurriya, afiliado al Movimiento Islámico, en el que afirma que el conflicto árabe-israelí es en su esencia una lucha religiosa [ ]: «Es como si estuvieran diciendo que todo lo que ha sucedido desde la caída del Califato islámico y la dada a conocer Declaración Balfour no constituyen una guerra religiosa. Como si la guerra de 1948 contra toda la nación musulmana no fue una guerra religiosa y la ocupación en 1967 de los territorios y la profanación de la Mezquita Al-Aqsa no es parte de una guerra religiosa, y todas las otras guerras y planes de judaización no fueron parte de una guerra religiosa. Como si la guerra contra Gaza no fue una guerra religiosa, y lo que está sucediendo hoy día en Al-Aqsa y Jerusalén no está vinculado a una guerra religiosa. Como si el judaísmo a nivel mundial y sus dirigentes no han declarado una guerra religiosa desde el primer momento en el Congreso de Basilea, cuando anunciaron que el objetivo de su empresa era realizar el sueño de regresar a la tierra de sus antepasados… «
El islamismo afirma que el judaísmo y el cristianismo son falsos. La Torá como el Nuevo Testamento cristiano creen que el Mesías vendrá, para los cristianos volverá, y con él habrá el Tercer Templo. Los dos edificios musulmanes impiden ese cometido. El Corán predice que toda la humanidad será islamizada. La Torá y el Nuevo Testamento contradicen el Corán, y viceversa. El Domo de la Roca y la Mezquita del Al-Aksa «confirman» a los ojos de los musulmanes que sólo es verdadero el Corán. De ahí procede el gran pavor y temor de los islamistas a la independencia del pueblo judío en su propio hogar, la Tierra de Israel, y la obsesión enfermiza de aquellos, como los mulás de Irán, en destruir Israel, para evitar que pueda ser levantado el Tercer Templo.[ ]
El reconocimiento de Israel como estado judío implicaría abandonar la concepción por la cual un estado considerado «hereje» por los islamistas no tiene lugar ni derecho a la existencia en Dar al-Islam, la Casa del Islam. Todo otro reconocimiento que no contemple a Israel como estado judío es una forma de ganar tiempo hasta que haya mayoría demográfica árabe-palestina, al estilo conocido de los pactos de Muhamad en el Jaibar. Los musulmanes consideran que el conflicto tiene más de 1.431 años de antigüedad, y que comenzó «cuando el profeta Muhammad comenzó a predicar la palabra de Alá». El reconocimiento de Israel implicaría en la visión islamista que la «herejía» pueda coexistir con el Islam. [ ]
El Islam -basándose en el Corán- considera que todo el orbe será musulmán. El Judaísmo y el Cristianismo creen que «De Sión vendrá el Libertador». En la declaración Nostra Aetate del Concilio Vaticano II de 1965:»la Iglesia Católica reconoce que los comienzos de su fe y de su elección se encuentran ya en los Patriarcas, en Moisés y los Profetas, conforme al misterio salvífico de Dios. Reconoce que todos los cristianos, hijos de Abraham según la fe, están incluidos en la vocación del mismo Patriarca y que la salvación de la Iglesia está místicamente prefigurada en la salida del Pueblo Elegido de la tierra de esclavitud. Por lo cual, la Iglesia no puede olvidar que ha recibido la Revelación del Antiguo Testamento por medio de aquel Pueblo, con quien Dios, por su inefable misericordia se dignó establecer la Antigua Alianza, ni puede olvidar que se nutre de la raíz del buen olivo en que se han injertado las ramas del olivo silvestre que son los gentiles. Cree, pues, la Iglesia que Cristo, nuestra paz, reconcilió por la cruz a judíos y gentiles y que de ambos hizo una sola cosa en sí mismo». El apóstol Pablo en su epístola a los Romanos, capítulo 11, dice en los versículos: 1. Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo (Israel)? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. 2. No ha desechado Dios a Su Pueblo [Israel], al cual desde antes conoció. 11 Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos. 26. Y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sión el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad. Pablo reproduce el texto del profeta Isaías 59:20-21: Entonces el Redentor vendrá a Sión. Y a los de Jacob que se arrepientan de la transgresión, el Eterno les dice: «En cuanto a mí, éste será mi Pacto con ellos: ‘Mi Espíritu que está sobre ti y mis palabras que he puesto en tu boca no se apartarán de tu boca, ni de la boca de tus descendientes, ni de la boca de los descendientes de tus descendientes, desde ahora y para siempre’ «, ha dicho el Eterno.
La guerra del Islamismo contra Israel es el Yihad para que el Islam venza a la Torá, y la Biblia. Es una guerra ideológica, en la que los islamistas creen con absoluta fe en la supremacía del Islam sobre el resto de ideologías. Para los devotos musulmanes el Islam emana de Alá, y el resto de ideologías y religiones son creadas y elaboradas por los hombres, y es un deber religioso musulmán extirpar de raíz toda ideología que no sea el Islam. El jefe del movimiento islamofascista Hisbulá, Hassan Nasralá ha declarado que «mientras Israel exista, la paz nunca existirá en la región».[ ]
Los islamistas «necesitan» imperiosa y categóricamente vencer y destruir a Israel, reislamizar Jerusalem e Israel como condición sine qua non e imprescindible para poder «demostrar» la validez del Corán y su supremacía sobre la Biblia. Si el Islam vence a Israel, la Biblia se basa en falsedades, automática y consecuentemente los cristianos serán derrotados seguida y rápidamente, ya que se sustentan en errores y mentiras. Entonces el Islam vencerá y dominará el mundo, como aseguró Muhammad a sus seguidores, según recopilan los hadices, y el Yihad vencerá fácilmente en todo el orbe. El Islam podrá imponerse absoluta y rápidamente en toda la tierra.
Esta argumentación teológica puede resultar absurda, pueril y ridícula para los no-musulmanes, ateos, agnósticos y los creyentes de otras religiones, pero para los islamistas es el motor de toda su actividad bélica, de su Yihad, y la que justifica sus crímenes, y la exaltación del shahid, del islamikaze como exponente de la virtud musulmana. La validez y consideración que los islamistas conceden a estos hadices permite comprender las motivaciones, aspiraciones y acciones de los islamistas, y de los regimenes de Arabia Saudita y de Irán. Los islamistas luchan y guerrean para poder ondear el estandarte del Islam sobre los cinco continentes.
El odio del régimen islámico de Irán hacia Israel y del mundo árabe y musulmán se cementa y basa en estas consideraciones teológicas. No es un odio a Israel por como es, sino porque es, -porque existe-, y porque la «derrota» de Israel es el paso previo inmediato a la victoria mundial del Islam, el epifenómeno de la supremacía del Islam. [ ]. Por mucho territorio que ceda Israel a los árabes, metamorfoseados en «palestinos» no calmará la sed totalitaria y supremacista del islamismo, ni aunque algún dirigente musulmán lo acept
ase, sería este respetado por los islamistas, como refleja el caso del asesinato de Anwar el-Sadat, cometido por un islamista de la Hermandad Musulmana egipcia, por haber firmado la paz con Israel, y como también lo manifiesta explícitamente, y con lanzamiento de misiles, Hamás, que aunque Israel se haya retirado y transferido Gaza, este movimiento islamista continúa aspirando a destruir el estado judío. La experiencia histórica nos enseña que el principio de paz por territorios no sirve para apaciguar al totalitarismo. Es el caso del apaciguamiento de Chamberlain con respecto a la Alemania nazi y la Conferencia de Munich de 1938, que permitió a la Alemania nazi anexionarse los Sudetes, no sólo frenó al totalitarismo nazi en sus ansias expansionistas, sino que le dio mayor empuje y fuerza al verse legitimizado en sus peticiones y reclamaciones, fuerza proporcional a la debilidad que observó en los apaciguadores europeos.[ ]
Con la excusa de «defender» a los alemanes de los Sudetes, descendientes de los alemanes que vivían en este territorio desde el siglo XIII y que habían sido invitados a inmigrar allí por los reyes antiguos reyes de Bohemia, el totalitarismo nazi aliado de los germanos sudetes filo nazis, se anexionó de territorio checo. El nazismo puso a prueba el resto de Europa, supo que pocos países defenderían a Checoslovaquia, y que muchos de ellos pensaban que era mejor ceder parte del país con el fin de evitar la guerra .Para Hitler y la Alemania nazi, la cesión de los Sudetes fue la garantía de que los mismos checoslovacos eran incapaces de mantener la integridad de su territorio por miedo al conflicto bélico y que el resto de Europa se amedrentaba ante sus ansias totalitarias nazis pangermánicas, que se justificaban con un discurso pretendidamente solidario hacia los habitantes germanos de los Sudetes. La política del appeasement (apaciguamiento) de Chamberlain dio la señal al nazismo sobre la debilidad de los mismos checoslovacos y de las democracias europeas.
El islamismo y nacional-socialismo panarabista se niegan a aceptar la judeidad de Israel, mientras todos los países árabes se declararan árabes y musulmanes, y
los 57 países miembros la Organización de la Conferencia Islámica se manifiestan y declaran explícitamente como musulmanes.
El califa Salahuddin al-Ayyub (Saladino), conoció a los habitantes que poblaban las tierras del actual Israel y únicamente vio a los judíos pero no tuvo contacto con los «palestino» por que no existían, Saladino invitó a los judíos a establecerse en Jerusalem, porque él reconocía dicha tierra como la Patria de los judíos [ ].
Hoy nuevamente vuelve a repetirse la historia, en versión religiosa, el totalitarismo islámico y el nacional-socialismo panarabista reclaman unas tierras, las que recibieron el nombre de Palestina por parte del emperador Adriano el año 135 EC [ ] con el objetivo de desjudiazar Israel. Ante las derrotas de los ejércitos árabes, hace unas décadas los árabes se inventaron la existencia de un pueblo que nunca había existido, el de los árabe-palestinos, como caballo de Troya, para destruir Israel desde su interior.
Con la excusa de solidarizarse con los palestinos, que en realidad no son más que los colonos y ocupantes árabes, y que nunca en la historia de la humanidad han sido un pueblo, el islamismo y nacional-socialismo panarabista emplea simultáneamente el terrorismo y la política. El brazo político del totalitarismo islámico y del panarabismo nacional-socialista busca la aceptación del estado Palestino, que no es más que un desgaje de Israel. Aquellos saben que en Israel, como antaño en Checoslovaquia, hay sectores importantes de la población judía de Israel que hastiados de la guerra están dispuestos a ceder ante el totalitarismo islámico y panarabista, creyendo que una política de appeasement (apaciguamiento) amansará al totalitarismo. También muchos occidentales piensan como Chamberlain, a estos no les resulta difícil presionar que Israel entregue la tierra judía de Judea y Samaria (Cisjordania) y Gaza, ya que esta cesión no les afecta territorialmente a sus países.
Los judeófobos y fascistas, como el gobierno italiano de Mussolini, apoyaban con entusiasmo a Hitler y sus pretensiones de solidaridad con los sudetes. Hoy, los judeófobos y los izquierdistas apoyan con no menor entusiasmo las tesis del totalitarismo islámico y del nacional-socialismo panarabista en su reclamo de desgajar la tierra de Israel, escudándose en una pretendida «solidaridad para con Palestina».
El desgaje de Checoslovaquia, la cesión de los Sudetes -tierra habitada por alemanes desde el siglo XIII- a Alemania, espoleó el totalitarismo nazi. El gobierno nazi alemán entendió la cesión de los Sudetes (30 de septiembre de 1938) como la señal para hace lo que quisiera, por lo que al cabo de menos de un año invadió Polonia (1 de septiembre de 1939).
La Biblia y el mismo Corán reconocen la legitimidad de Israel como el estado de los judíos [ ]
Es de sobras bien conocido que la Torá [Antiguo Testamento] declara infinidad de veces que esta tierra pertenece al pueblo judío, citas que no se repetirán en este artículo, para no cansar al lector. No sólo es la Torá, sino también es el mismo Corán el que afirma que esta tierra pertenece que al pueblo judío, por lo que si le perteence al pueblo judío, no le pertenece a nadie más:
Corán 28:4-5 [antes de Higrah]: Faraón se condujo altivamente en el país -Egipto- y dividió a sus habitantes en clanes. Debilitaba a un grupo de ellos, degollando a sus hijos varones y dejando con vida a sus mujeres. Era de los corruptores. Quisimos agraciar a los que habían sido humillados -los israelitas- en el país y hacer de ellos jefes, hacer de ellos herederos,
Corán 2:47 [después de Higrah]: ¡Hijos de Israel! Recordad la gracia que os dispensé y que os distinguí entre todos los pueblos.
Corán 7:137 [antes de Higrah]: Y dimos en herencia al pueblo -israelita- que había sido humillado las tierras orientales y las occidentales -las tierras del Israel completo- , que Nosotros hemos bendecido. Y se cumplió la bella promesa de tu Señor a los Hijos de Israel, por haber tenido paciencia. Y destruimos lo que Faraón y su pueblo habían hecho y lo que habían construido.
Corán 10:93 [antes de Higrah]: Hemos instalado a los Hijos de Israel en un lugar bueno -las tierras del Israel completo- y les hemos proveído de cosas buenas. Y no discreparon sino después de haber recibido la Ciencia. Tu Señor decidirá entre ellos el día de la Resurrección sobre aquello en que discrepaban.
Corán 20:80 [antes de Higrah]: ¡Hijos de Israel! Os hemos salvado de vuestros enemigos y nos hemos dado cita con vosotros en la ladera derecha del monte. Hemos hecho descender sobre vosotros el maná y las codornices.
Corán 26:59 [antes de Higrah]: Así fue, y se lo dimos en herencia a los Hijos de Israel.
Corán 45:16 [antes de Higrah]: Dimos a los Hijos de Israel la Escritura, el juicio y el profetismo. Les proveímos de cosas buenas y les distinguimos entre todos los pueblos.
Corán 44:32 [antes de Higrah]: Les elegimos -a los israelitas- conscientemente de entre todos los pueblos.
Corán 32:23-24 [antes de Higrah]: Hemos dado a Moisés la Escritura -no dudes, pues, en encontrarle- e hicimos de ella dirección para los Hijos de Israel. Elegimos de entre ellos -los israelitas- a jefes que les dirigieran siguiendo Nuestra orden como premio por haber perseverado y por haber estado convencidos de Nuestros signos.
Corán 17:104 [antes de Higrah]: Y, después de él, dijimos a los Hijos de Israel: «Habitad la tierra -las tierras del Israel completo- y, cuando se cumpla la promesa de la otra vida, os llevaremos en tropel».
Pero si el Corán afirma esto ¿cómo es que los islamistas reclaman el Israel completo para el Islam?
El Islam, como todo libro sagrado, tiene varias lecturas, y la interpretación que se lleva a cabo en todas las madrassas y prácticamente la mayoría de líderes religiosos del Islam y en sus mezquitas, es la que afirma que toda tierra conquistada por el Islam pertenece definitivamente al Islam, aunque pueda estar bajo soberanía no musulmana, como el caso de Israel, España, Portugal, Grecia, parte de Austria, sur de Italia y Sicilia, etc., países que fueron gobernados en algún momento, aunque pudiera ser breve, por el Islam.
Esta lectura yihadista, salafista, islamista, tanto wahhabita en los sunnitas, como mahdista, en los chiítas, es la que domina la mayor parte del discurso musulmán, que divide el mundo en Dar al-Islam [la tierra del Islam] y en Dar al-Harb [casa de la guerra], que son las tierras habitadas por los no-musulmanes. «La infidelidad es una sola nación [Al Kufru Millatun Wahida]. Dar al-Harb se subdivide en tres zonas:
Darl el-Ahd: los lugares donde el gobierno promueve y profesa el Islam. Dar el-Suhl: las tierras donde el Islam es respetado pero los líderes no son musulmanes. Dar al-Dawa: los lugares donde los musulmanes no gozan de reconocimiento ni sus líderes se vinculan con el Islam.
Actualmente los islamistas suelen englobar dentro de Dar al-Islam, a toda región habitada por musulmanes o que alguna vez lo fue. Entre ellos España [Portugal, Chipre, Grecia, Sicilia, Israel, o los Balcanes. Siendo una de sus demandas recuperar estos territorios y volver a islamizarlos.
La lectura predominante hoy en día en el mundo musulmán es que es un deber de todo devoto musulmán reislamizar Dar al-Islam, y combatir a aquellos no-musulmanes (judíos, cristianos, etc.) que según la ideología islámica «profanan»»la tierra del Islam», como son los judíos en el caso de Israel, los españoles y portugueses cristianos en el de España y Portugal, y así sucesivamente en todos los territorios que fueron ocupados alguna vez por el Islam.[
La creación de un estado palestino espoleará al islamismo en su Yihad. La creación de un estado palestino perjudicará inicialmente a Israel, pero aún en mayor medida a aquellos países occidentales que la apoyan pues sufrirán los embates del yihadismo con mayor fiereza, ya que el totalitarismo islámico tomará consciencia real de la autentica debilidad de Occidente, a pesar del poderío de militar de Occidente y de Israel, pues esta potencia militar no servirá para frenar la agresión islamista, como el de la antigua URSS y Checoslovaquia no les sirvió para frenar a Hitler su anexión de los Sudetes.
El objetivo del islamismo no es únicamente fagocitar Israel, es el de la creación de un Califato Mundial. «El Califato es nuestro objetivo final», dice Mohamed Badie, líder de la Hermandad Musulmana. [ ]
Citas:
http://www.tellthechildrenthetruth.com/
http://en.wikipedia.org/wiki/Ba’ath_Party
Mi Lucha – Mein Kampf – Radio Islam
http://radioislam.org/historia/hitler/mkampf/spa/Index.htm
http://www.radioislam.org/islam/spanish/index.htm
http://www.radioislam.org/historia/hitler/mkampf/pdf/spa.pdf
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http://www.radioislam.org/islam/spanish/index.htm
http://www.radioislam.org/historia/hitler/mkampf/pdf/spa.pdf
Bujari V1B2N25: «Se le preguntó Apóstol de Alá,’ ¿Cuál es la mejor obra? Él respondió: «Creer en Alá y Su Apóstol Muhammad». Después le preguntaron «¿Cuál es la siguiente [obra] mejor en bondad? Él respondió: «Participar en el Yihad, la lucha religiosa en la Causa de Alá. ‘»
Musulmanes C42B20N4684: Un árabe del desierto se acercó al Profeta y le dijo: Mensajero, un hombre lucha por el botín de guerra, otro lucha para poder ser recordado, y otro lucha para que pueda ser vista su alta posición como resultado de su valor en el combate. ¿Cuál de ellos está combatiendo en la Causa de Alá? El Mensajero de Alá le respondió: Aquel que combate para que la palabra de Alá sea exaltada está combatiendo por la Causa de Alá.
Tabari IX: 69: Los árabes son la gente más noble en linaje, los más prominentes, y los mejores en hazañas. Nosotros fuimos los primeros en responder a la llamada del Profeta Nosotros somos los ayudantes de Alá y los visires de Su Mensajero. Nosotros luchamos contra los pueblos hasta que ellos crean en Alá. El que cree en Alá y en Su Mensajero ha protegido su vida y sus posesiones de nosotros. En cuanto a aquel que no cree, nosotros vamos a luchar contra él para siempre en la Causa de Alá. Matarlo es un tema menor para nosotros.
http://blogs.periodistadigital.com/totalitarismo.php/2007/09/24/el-paraiso-por-el-cual-mueren-y-matan-lo-1 http://blogs.periodistadigital.com/totalitarismo.php/2007/09/24/el-paraiso-por-el-cual-mueren-y-matan-lo-2 http://blogs.periodistadigital.com/totalitarismo.php/2007/09/24/el-paraiso-por-el-cual-mueren-y-matan-lo-3 http://blogs.periodistadigital.com/totalitarismo.php/2007/09/24/el-paraiso-por-el-cual-mueren-y-matan-lo-4 http://blogs.periodistadigital.com/totalitarismo.php/2007/09/24/el-paraiso-por-el-cual-mueren-y-matan-lo-5 http://blogs.periodistadigital.com/totalitarismo.php/2007/09/24/el-paraiso-por-el-cual-mueren-y-matan-lo-6
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Le califat est notre but ultime» affirme Mohamed Badie, guide des Frères Musulmans.
Info censurée par les médias français.
http://www.islamisation.fr/archive/2012/01/06/le-califat-est-notre-but-ultime-affirme-mohamed-badie-direc.html
Deliberate slowly,promptly.