Brian Murphy
12.1.2012
CIDIPAL
Dubai, Emiratos Árabes Unidos (AP)- Esta semana, en el alto desierto, a lo largo de la frontera afgana de Irán, soldados de las Guardias Revolucionarias practicaron tácticas de emboscada con temperaturas bajo cero. Se espera, para el mes próximo que, los buques de guerra de las Guardias Revolucionarias, reanuden simulacros de batalla cerca de rutas de navegación que transportan gran parte del petróleo del mundo.
Irán, parece, un país preparando una guerra. Pero, los líderes de Teherán, ya están usando la influencia que puedan mostrar- incluyendo exhibiciones militares y amenazas de obstruir el tráfico de tanques de petróleo del Golfo- para contrarrestar la presión internacional contra el programa nuclear iraní.
Un mes después que, Irán, avergonzó a Washington con la captura del espía de la CIA, el mensaje de la República Islámica no podía ser más claro o burlón: Teherán puede convertir el Estrecho de Ormuz – con forma de gancho- en un final mortífero para los buques petroleros y mantener, como rehén, la economía mundial como retribución por las sanciones más severas, dirigidas por EEUU.
A pesar del duro discurso de escalada de Irán, hay contradicciones y complicaciones que arrojan dudas sobre la probabilidad de una acción militar drástica por parte de Teherán, que pudiera disparar un conflicto en el Golfo. Además, muestra cuánto las políticas exteriores de Irán están diseñadas, ahora, por sus comandantes militares, dado que, el país, se considera – a sí mismo- un Estado de guerra virtual con los poderes occidentales y sus aliados.
Parece ser parte de la clase de política arriesgada, de sube y baja, que se convirtió en un sello iraní: empujar, a Occidente, hasta el borde y, luego de sopesar las reacciones, retirarse. “Irán considera que, las presiones y sanciones de todas partes parecen estar surtiendo efecto”, dijo Salman Shaikh, director de The Brookings Doha Center en Qatar. “El poder militar de Irán se intensifica dado que, las amenazas del exterior, se incrementan. Este bien puede ser el año que se defina la dirección de la confrontación con Irán”.
Irán extendió, en una exhibición de preparación militar sin precedentes, sus tropas y arsenales. A principios de este mes, cubrió las maniobras navales que incluían las primeras amenazas de bloqueo de tanques de petróleo en el Golfo. Las fuerzas terrestres fueron enviadas a los juegos de guerra invernales contra, lo que un vocero militar de Teherán, el llamado “enemigo hipotético”- con las fuerzas estadounidenses sobre la frontera de Afganistán.
Y la Guardia Revolucionaria- por lejos la fuerza militar más poderosa de Irán- dijo que llevara, en febrero, a sus barcos para más ejercicios, cerca del Estrecho de Ormuz, que canaliza hacia una vía fluvial no mayor de 30 millas (50 kilómetros) en la boca del Golfo. EEUU y sus aliados afirmaron a Irán que, todo intento de bloqueo del Estrecho, invitara a represalias.
En respuesta, el Ministro de Defensa de Irán, General Ahmad Vahidi, trató de cambiar la culpa por la presencia de fuerzas de Occidente en la región. “El punto es, si alguien quiere poner en peligro la seguridad del Golfo Pérsico, entonces peligrará para todos”, citó Vahidi en el website de la TV estatal este domingo.
Para muchos iraníes, las sanciones – que pudieran apuntar a las exportaciones de petróleo de Irán- son una reminiscencia preocupante de las limitaciones impuestas por Naciones Unidas sobre la industria del petróleo de Irak, en los años 1990.
Mahmoud Shekari, propietario de una librería, en el acaudalado barrio de Vanak, en Teherán, expresó con pesar: “Si no podemos vender nuestro petróleo, ¿Por qué otros exportarían?”
Ninia Eskandari, estudiante de música de 20 años, dijo que “el Estrecho de Ormuz es nuestro… Podemos bloquearlo si otros quieren dañarnos”.
Por el momento, es improbable llegar a ese -potencialmente explosivo- punto, dicen los analistas.
Las fuerzas navales de Irán son significativamente superadas por las flotillas de Occidente, incluyendo la Quinta Flota estadounidense con base en Bahréin que puede aprovechar los portaaviones y otros buques de guerra del Océano Índico y tomar parte en patrullas anti-piratería fuera del Cuerno de África. Gran Bretaña está desplegando uno de sus mayores destructores, el HMS Daring, hacia el Golfo.
“Irán sabe, de manera realista, que no puede cerrar el Estrecho”, dijo Paul Rogers, entendido en asuntos de defensa a nivel internacional en la Bradford University en Gran Bretaña”. “Puede, sin embargo, tratar de mantener a las fuerzas occidentales adivinando y en el borde. Son buenos haciéndolo”.
Irán sabe que, bloquear el flujo de petróleo en el Golfo, traería serias heridas auto-infligidas. Irán cuenta con el petróleo para, alrededor, del 80 % de sus divisas extranjeras. Cualquier disrupción podría comenzar, de inmediato, a drenar el tesoro de Irán y dejar, a sus principales clientes de petróleo (incluyendo a China, India y Corea del Sur) precipitándose hacia nuevos proveedores. Como el analista de asuntos iraníes, Afshin Molavi, dijo, en broma: “Cerrar el estrecho para Irán sería “semejante a un hombre que, a propósito, se bloquea una arteria coronaria”.
El foco militar cada vez mayor de Irán es, de algún modo, una respuesta a las amenazas de posibles ataques preventivos contra sus sitios nucleares.
En noviembre, el Ministro de Defensa israelí Ehud Barak dijo que su país no “tomará ninguna opción fuera de la mesa”; en clara referencia a una acción militar. La semana pasada, el Secretario de Defensa estadounidense, León Panetta, llamó a Israel a “trabajar en conjunto” con Washington para enfatizar las presiones diplomáticas y económicas sobre Irán.
El objetivo del actual enfrentamiento parece destinado a hacer que, EEUU y Europa, piensen dos veces sobre como implementar nuevas y más duras sanciones que tomen, como objetivo, el Banco Central de Irán y la capacidad de realizar ventas de petróleo. El ministro de economía de Irán llamó a eso “una guerra económica”.
Irán ya se auto-retrata como encerrado en una batalla de inteligencia contra presuntos agentes y complots occidentales.
Este lunes, la televisión estatal dijo que un ex intérprete de la Marina estadounidense, Amir Mirzaei Hekmati, fue sentenciado a muerte luego de habérsele encontrado culpable de ser un espía de la CIA. La administración de Obama rechazo los reclamos contra Hekmati, iraní-americano nacido en Arizona, y llamó a la acusación una treta política. El mes pasado, Irán procuró capturar un sofisticado dispositivo de la CIA, conocido como RQ-170 Sentinel, y exhibió el (en apariencia) intacto avión en la TV estatal, junto con un cartel que decía:”EEUU no puede hacer un comino!”- cita del último líder supremo iraní, Ayatollah Ruhollah Khomeini. Otro aviso mostraba la bandera americana con calaveras (en lugar de estrellas).
Irán acusó a EEUU, Israel y sus aliados de emprender campañas de guerra cibernética apuntando a instalaciones nucleares y estando detrás de los asesinatos desde el 2010 de, al menos, dos científicos iraníes. Irán insiste en que una explosión (12 de noviembre) en un depósito de municiones, mató al alto comandante de misiles de la Guardia Revolucionaria y, a al menos, otras 20 personas; fue un accidente a pesar de la persistente especulación de llamarlo sabotaje. “En este clima de sentirse sitiado, la Guardia Revolucionaria encontró el terreno fértil para tomar el control de políticas y estrategias”, dijo Theodore Karasik, experto en seguridad en el Instituto de Análisis Militar de Cercano Oriente y el Golfo, con base en Dubai. “Cómo Irán se las arregla con las sanciones y con Occidente está ahora reducido, de una manera u otra, a lo militar”.
Tomo forma durante años. La Guardia Revolucionaria – cuya red va desde los programas de misiles de Irán hasta las milicias barriales- siempre mantuvo un rol privilegiado en el diseño de políticas como guardianes de la dirigencia clerical. Pero, su dominio fue, de repente, expandido luego que tomó el cargo de la ofensiva en la oposición luego de la disputada re-elección del Presidente Mahmoud Ahmadinejad (junio, 2009).
Los ejercicios navales planificados por la Guardia el próximo mes, cerca del Estrecho de Ormuz- comenzados en diciembre y que siguen el juego de simulacro de guerra por parte de la fuerza naval regular- refuerzan la percepción que, la teocracia de Irán, está cada vez más cómoda con permitir que, los militares, establezcan el enfoque, dijo el analista de seguridad, Karasik. “Las mayores cuestiones son: ¿Cuán lejos irá la Guardia Revolucionaria con los próximos ejercicios navales y otras acciones para desafiar a EEUU y Occidente?, expresó. “¿Cuán lejos desean llegar para resistir las presiones de Occidente?
Ehsan Ahrari, analista político y comentador de Virginia, dijo que la fuerza militar de Irán es vista como la mejor opción de “unir al país” ya que, las sanciones, afectan y, Washington, busca subir la temperatura en el liderazgo de Teherán. “Irán y EEUU juegan su juego”, dijo. “Uno está lleno de arrogancia y el otro de orgullo y resentimiento”.
Una caricatura, aparecida en el periódico “The National”, con sede en Abu Dhabi, muestra a Irán y EEUU haciéndose ademanes desde sus respectivos atriles. Los micrófonos fueron dibujados, como representando fósforos.
El escritor Nasser Karimi de Teherán, Associated Press, contribuyó con este informe.
CIDIPAL
Difusión: www.porisrael.org
Debes estar conectado para publicar un comentario. Oprime aqui para conectarte.
¿Aún no te has registrado? Regístrate ahora para poder comentar.