Ben West
Stratfor
19 de enero de 2012
El 12 de enero, las autoridades tailandesas arrestaron a un hombre que dicen que era un miembro del grupo militante chiita Hezbollah, con sede en Líbano, que estaba planeando un ataque en Bangkok. En el descubrimiento de la conspiración, la policía tailandesa cita la cooperación con Estados Unidos e Israel, que se remonta a diciembre de 2011. Bangkok es, realmente, un ambiente rico en blancos, con un historial de ataques terroristas pero, hoy en día, Hezbollah y otros grupos extremistas y criminales, dependen de la ciudad más como un centro de negocios que como cualquier otra cosa. Si Hezbollah, o algún otro grupo terrorista transnacional, llevara a cabo un ataque en la ciudad, tendría que ser por una razón de peso que supere los costos.
El sospechoso fue identificado como Atris Hussein, que había nacido en Líbano, pero adquirió la ciudadanía y un pasaporte suecos, después de casarse con una mujer sueca en 1996. Hussein fue arrestado por cargos de inmigración, cuando trataba de abordar un avión en el aeropuerto Suvarnabhumi, el principal aeropuerto internacional de Bangkok. La policía dijo que otro sospechoso sigue en libertad y, posiblemente, ya está fuera del país. Al día siguiente del arresto de Hussein del 12 de enero, la Embajada de EE.UU. emitió una declaración advirtiendo a los ciudadanos de EE.UU. en Bangkok, sobre una potencial amenaza terrorista extranjera en el país y alentándolos a evitar las zonas turísticas. Otros países, como el Reino Unido, Australia, Canadá e Israel, emitieron advertencias similares. La policía tailandesa ha respondido aumentando la seguridad en las zonas turísticas como Khao San Road de Bangkok y la isla de Phuket.
Luego, el 16 de enero, unos 200 agentes de la policía tailandesa registraron un edificio comercial de tres plantas, en una ciudad de la costa a 32 kilómetros al suroeste de Bangkok. La información sobre la ubicación y el contenido del edificio se dice que ha sido proporcionada por Hussein, después de dos días de detención. En la segunda planta del edificio, los agentes encontraron 4.380 kilogramos de fertilizante a base de urea y 38 litros de nitrato de amonio líquido – material suficiente para construir varias bombas camión, comparables a la que detonó en el hotel Marriott en Islamabad en 2008. El fertilizante de urea puede utilizarse para fabricar la mezcla explosiva improvisada, mezcla con nitrato de urea, que fue la carga principal utilizada en el atentado contra el World Trade Center en 1993. El compuesto también se utiliza frecuentemente en los artefactos explosivos improvisados en Irak y, en cierta medida, en Afganistán. En la planta baja del mismo edificio, la policía encontró resmas de papel de impresión y 400 ventiladores eléctricos de mesa en cajas de cartón.
Al día siguiente, un tribunal de Bangkok acusó a Hussein de posesión ilegal de materiales explosivos. Como en muchos otros países, en Tailandia se requiere un permiso para manipular estas grandes cantidades de fertilizantes.
Desde el arresto de Hussein y la incursión de la policía, un aluvión de declaraciones de las autoridades tailandesas han dado versiones contradictorias de lo ocurrido. El General Yuthasak Sasiprapha, Ministro de Defensa de Tailandia, parecía cómodo vinculando las advertencias de EE.UU. e israelíes con la detención e incautación, declarando que Hussein y otros conspiradores estaban vinculados con Hezbollah y habían elegido Bangkok como parte de un plan para tomar represalias contra Israel. El general especuló que la embajada israelí, sinagogas, agencias de viajes y restaurantes kosher podrían ser atacados.
Las especulaciones del Ministro de Defensa son lógicas. En 2010, Tailandia recibió 120.000 turistas judíos, y Bangkok misma tiene una gran comunidad judía, con una casa de Jabad (un centro cultural judío y uno de los objetivos de los ataques de 2008 en Mumbai). Según su sitio web, la embajada israelí está ubicada en un edificio de oficinas comerciales con un perímetro de seguridad relativamente pequeño (según lo que puede deducirse de las fotografías).
Cientos de miles de estadounidenses también visitan Tailandia cada año. Al mismo tiempo, Estados Unidos e Israel están comprometidos en una guerra encubierta contra Irán que, recientemente, ha visto el asesinato de un científico iraní, presuntamente involucrado en el programa nuclear del país. Dado que Hezbollah ha sido considerado como un representante de Irán, Estados Unidos e Israel, desde hace tiempo, esperan ataques de represalia de Irán, a través de Hezbollah, contra objetivos de EE.UU. o israelíes en todo el mundo.
Aunque, ciertamente, hay un montón de objetivos de EE.UU., judíos e israelíes en Tailandia, en general, y en Bangkok, en particular, otros funcionarios han dado diferentes explicaciones de la presunta trama, que añaden más matices. De acuerdo con el Jefe de la Policía Nacional, Priewpan Damapong, Hussein insistió en que el material incautado no estaban destinado a ataques en Tailandia, sino que iban a ser transportados a un tercer país a ser designado (una fuente de Stratfor ha citado a Filipinas como un destino lógico). También, supuestamente, les dijo a las autoridades que, a pesar de que era un miembro de Hezbollah, no era un miembro del brazo militante del grupo. Un funcionario de Hezbollah en Beirut, Ghaleb Abu Zainab, le dijo a Lebanese Broadcasting Corp. que Hussein no era un miembro de Hezbollah, mientras que las fuentes de Stratfor dijeron que lo era. Nuestras fuentes también han confirmado la informada confesión de Hussein a la policía, de que estaba en el lado comercial de las cosas – probablemente involucrado en adquisición y logística – en lugar del lado militante, que involucra cosas tales como fabricación de bombas o planificación operativa. Como titular de un pasaporte sueco, Hussein habría tenido mucho mayor acceso a las conexiones de negocios, así que tiene sentido que Hezbollah quisiera compartimentar sus habilidades.
La mayoría de las otras declaraciones oficiales, después de las del General Sasiprapha, se han centrado en suavizar la amenaza y mitigar los daños causados a la industria turística de Tailandia. El Primer Ministro tailandés, Shinawatra Yingluck, ha pedido a Estados Unidos que revoque su advertencia, diciendo que, si se prolongara, perjudicaría al país. Por lo tanto, no es sorprendente que las “golosinas” que se hacen públicas, del supuesto interrogatorio a Hussein, hayan trasladado el centro de atención lejos de la amenaza interna y se hayan centrado más en los objetivos en el extranjero.
El registro histórico muestra abundantes precedentes de ataques por parte de extremistas extranjeros en Bangkok. En 1972, los miembros de Septiembre Negro tomaron la Embajada de Israel en Bangkok y, durante 18 horas, mantuvieron allí como rehenes a diplomáticos. En 1988, hombres armados de Hezbollah secuestraron el Vuelo 422 de Kuwait Airways, que partía desde Bangkok para la ciudad de Kuwait, en un esfuerzo por obligar al gobierno de Kuwait a liberar al «al-Dawa 17», un grupo de militantes chiitas encarcelados en Kuwait. Y en 1994, un camión cargado de explosivos se dirigía a atacar a las Embajadas de EE.UU. o de Israel (la investigación no arrojó resultados concluyentes) cuando un accidente de tránsito desbarató la trama. Bangkok ha estado, durante mucho tiempo, en el mapa de los planificadores de operaciones terroristas.
Durante las décadas de los años 1970, 1980 y 1990, Hezbollah y otros grupos llevaron a cabo decenas de ataques contra judíos, Israel y aliados de Israel en todo el mundo. Sin embargo, durante la última década, Hezbollah se ha convertido en un partido político más serio en Líbano y, aunque su red internacional está todavía en su lugar, sus actividades se centran cada vez en negocios ilícitos en lugar de ataques terroristas. Las empresas fantasmas y redes de tráfico de drogas que, durante años, proporcionaron los medios para financiar operaciones ideológicas terroristas, se han convertido, en muchos sentidos, en el fin en sí mismo. Miembros de Hezbollah que se han enriquecido de la red internacional, están más interesados en gastar el dinero de la red para desarrollar un clientelismo político en casa, que en provocar a poderosos enemigos en el extranjero. Por ejemplo, Bangkok es un centro para la adquisición de documentos falsos, que son un producto lucrativo en todo el mundo y parte de la empresa criminal de Hezbollah. Llevar a cabo un ataque en Bangkok, probablemente, afectaría a un nodo de la red y, en última instancia, afectaría a la línea inferior del grupo.
Por lo tanto, el perfil de Hezbollah y el conjunto de sus intereses, apoyan las informadas afirmaciones de Hussein, de que los materiales para la fabricación de bombas que la policía encontró, estaban siendo trasladados fuera del país y no había intención de usarlos en Bangkok o en otros lugares turísticos de Tailandia.
Otros detalles del caso apoyan esta perspectiva. El fertilizante iba a ocultarse en las 400 cajas para ventiladores de mesa encontrados en el mismo edificio, una forma propicia para contrabandear los fertilizantes, no para fabricar artefactos explosivos. La gran cantidad de fertilizantes (casi 5 toneladas) es una cantidad mayorista. El mayor vehículo cargado con dispositivos explosivos improvisados (VBIEDs o VCDEIs) en la historia reciente, contuvo una tonelada de fertilizante. El dispositivo utilizado en el atentado contra el World Trade Center en 1993, constaba de unos 600 kilos de nitrato de urea. Construir y entregar bombas más grandes que esa, tiende a crear problemas técnicos y logísticos. Es mucho más probable que una tan gran cantidad de fertilizante fuera pensada para múltiples dispositivos, más pequeños o medianos.
Aunque los fertilizantes a base de urea y nitrato de amonio son ingredientes clave para la principal carga de un VBIED, se requieren muchos más materiales para fabricar un dispositivo viable, incluyendo ácido nítrico, que debe ser mezclado con fertilizantes a base de urea para fabricar nitrato de urea. (El nitrato de urea es altamente corrosivo y, por lo general, se mezcla y mantiene en tambores de plástico químico industrial. Aunque las cajas de cartón estarían bien para contener fertilizantes a base de urea, ciertamente no serían suficientemente resistentes para contener la mezcla de urea con nitrato). En el caso de Bangkok, no ha habido ninguna mención de otros componentes importantes para la fabricación de bombas, tales como fusibles, mecanismos de relojería, cargas detonantes o un competente fabricante de bombas para reunir todo el conjunto.
En otras palabras, aunque algunos de los materiales para fabricar una bomba estaban presentes en el edificio comercial que la policía allanó, no había allí ningún dispositivo viable. Tampoco ha habido ninguna mención de armas, tales como rifles, pistolas o granadas que, frecuentemente (aunque ciertamente no siempre), están involucradas en ataques terroristas. Algunos medios de comunicación afirmaron que Hussein estaba planeando un ataque “tipo Mumbai», que habría requerido un conjunto de armas automáticas, municiones, dispositivos de comunicación y otras herramientas tácticas que aún no han aparecido.
Al igual que Bangkok es un centro de negocios atractivo, en el sudeste de Asia, para los empresarios legítimos, también es un centro atractivo para los hombres de negocios ilícitos. En 2008, la policía tailandesa detuvo al traficante de armas ruso Viktor Bout, después de que agentes de la Drug Enforcement Administration de EE.UU., haciéndose pasar por miembros de las guerrilleras Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia tratando de negociar un acuerdo para comprar armas, incriminaron a Bout durante una reunión en Bangkok. Parece que el papel de Hussein, en este caso, habría sido de carácter administrativo, similar al de Bout: obtener los fertilizantes, encontrar un lugar para almacenarlos y ocultarlos en cajas de ventiladores de aspecto inocente. Ésto no lo hace menos culpable de ayudar a un grupo militante, pero desinfla la teoría de que Hezbollah estaba conspirando para utilizar este material en un ataque inmediato en Bangkok.
Esto no quiere decir que Hezbollah, o algún otro grupo militante, no llevará a cabo un atentado en Bangkok en el futuro. Pero se necesitaría mucho para convencer a los líderes del grupo que el perjuicio financiero de un ataque en la ciudad valiera la ganancia ideológica. Y el presunto reciente complot debería recordarles a los investigadores y a los responsables políticos sobre la base financiera, así como la base ideológica, al evaluar las futuras amenazas terroristas.
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
Difusión: www.porisrael.org
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