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| viernes noviembre 22, 2024

Para enfrentar a mortíferos misiles: Solidaridad


Guido Maisuls

Cartas desde Israel

Los que vivimos algún tiempo en zonas rurales aprendimos que un sendero o una huella es un camino precario y angosto, formado naturalmente por el paso obligado de animales, vehículos o personas que se dirigen inexorablemente a sus elegidos destinos.

Los derroteros de los pueblos y civilizaciones también tienden a transitar naturalmente por estrechos senderos de avatares, convivencias y solidaridades, por el ineludible sendero de la solidaridad

Como nos decía el inolvidable Antonio Machado: «Caminante, son tus huellas el camino y nada mas, Caminante, no hay camino, se hace camino al andar».

Hace muy pocos días, los terroristas de siempre dispararon más misiles desde Gaza contra el sur de Israel (Ashkelon, Beer Sheva, Ashdod, Eshkol y otros consejos regionales del sur), más de un centenar de mortíferos cohetes de todo tipo y pelaje, Grad y proyectiles de mortero tuvieron como blanco exclusivo, intencionado y planificado a la población civil del sur del único país democrático y pluralista del medio oriente.

Hoy en este salvaje e inhóspito medio oriente, esta disponible y preparado un gigantesco arsenal de cohetes y misiles desarrollados, fabricados y suministrados por Irán y Siria, destinados con minuciosa exclusividad y alevosía contra Israel.

La capacidad destructiva combinada de los cohetes y misiles de Irán, Siria y sus aliados títeres, Hezbollah en Líbano y Hamas y otros grupos terroristas en Gaza, no tiene comparación histórica con ninguna otra región del mundo.

La República Islámica de Irán ya está preparada para lanzar unos 11.000 misiles contra Israel según su embajador en Líbano, Ghazanfar Roknabadi: «Estamos preparados. Once mil misiles están listos para su lanzamiento contra los objetivos militares de Israel y Estados Unido».

Y amarás a tu prójimo, como a ti mismo (19:18). Sobre este versículo de la Biblia dijo Rabí Akiva: «Este es un gran principio de la Torá». Es el gran precepto del «amor al prójimo».

Los sociedades que viven dentro de la diversidad y el pluralismo democrático, las comunidades judías y los ciudadanos concientes y libres del mundo tenemos nuestro destino demasiado unido al de la existencia de Israel aunque «aun no seamos tan concientes de ello».

Por ello, se requiere de todos, solidaridad con la población civil del Estado de Israel:

De ti o de mí.

De las comunidades judías del mundo.

De los gobernantes de los países democráticos y civilizados.

De las instituciones y fundaciones de bien público.

De los medios periodísticos de información.

De las diversas expresiones religiosas y espirituales judías y de todos los credos.

De los benefactores y filántropos.

De las instituciones sociales, culturales y deportivas del mundo.

De los diversos actores sociales e institucionales con poder de decisión.
De todos los honorables ciudadanos.

De todos quienes escuchen y comprendan.

Debemos reconocer que el Estado de Israel atraviesa en estos momentos por un proceso de graves amenazas, signadas por grandes riesgos externos, de enemigos que quieren destruirlo desde siempre pero esta vez con el agravante de la energía nuclear en juego.

Por eso llega la hora de grandes desafíos para Israel:

De eliminar definitivamente las amenazas de destrucción de sus mortales y tradicionales enemigos.

De continuar construyendo una sociedad vibrante y vital, orientada a ser un ejemplo de justicia, de igualdad de oportunidades, de protección social, de permanente creación cultural, científica, tecnológica y espiritual.

Y de lograr una paz comprometida con la vida, que sea un ejemplo y se expanda a toda esta sufriente humanidad de hoy, sometida a las guerras, a las injusticias, a la explotación, al hambre, a la intolerancia, a la injusta distribución de los beneficios y a las miserias en estas épocas de globalización.

Israel está protagonizando una heroica y difícil lucha por su existencia, por su continuidad y por todos sus derechos de preservarse como Estado judío, libre y democrático. Israel nos necesita a todos, a vos y a mí, a nosotros y a todos los que habitamos en este ancho y polifacético mundo.

Israel nos necesita y tenemos muchas formas de ayudarlo. He aquí una lista tentativa de propuestas, que puede ser ampliada y concretizada por vos, por ti, por mí y por todos:

Ayudemos a proveer de apoyo emocional y solidario a las víctimas del terror en Israel.

Comuniquémonos con nuestros amigos en Israel así como con Instituciones israelíes desde todo el mundo, para darles nuestro apoyo.

Mantengámonos informados leyendo la prensa judía e israelí; reflexionemos con nuestros columnistas, escritores y poetas; enriquezcámonos con nuestros músicos, pintores y escultores y disfrutemos con nuestros creadores y artistas.

Creemos espacios virtuales en Internet para contrarrestar la información tendenciosa contra Israel en los medios de comunicación.

Luchemos contra la tradicional judeofobia y enfrentemos la maliciosa campaña de demonizacion de Israel, cada vez más acentuada en el mundo.

Escribamos a los periódicos que ofrezcan información tendenciosa contra Israel y esclarezcamos la veracidad de los hechos que acontecen.

Participemos de la Comunidad Judía más cercana y afín en actividades culturales, sociales, deportivas, religiosas, ayuda al prójimo y por supuesto: el esclarecimiento.

Esclarezcamos en todos los ámbitos posibles pero también entre nuestros hermanos judíos que muchas veces están muy confusos y también lo necesitan.

Hagamos conocer la verdad a todos los líderes y dirigentes del mundo, de vuestros países y de vuestras ciudades, que tengan poder de decisión. Todo mensaje se lee, se escucha y se tiene en cuenta.

Ejerzamos los derechos que nos otorga la democracia pluralista de manifestar libremente nuestras ideas y nuestros sentimientos a nuestros dirigentes.

Investiguemos y estudiemos nuestra rica y milenaria historia para saber quienes somos, informémonos de la vida y obra de tantos protagonistas judíos que hicieron posible que lleguemos a través de la historia hasta aquí.

Viajemos y conozcamos la tierra de Israel, desde los sagrados y gloriosos vestigios de nuestro pasado hasta los extraordinarios avances y logros del presente.

Pensemos que Israel no sólo necesita de nuestra simpatía sino también de nuestro aporte concreto.

Profundicemos en niños y jóvenes el conocimiento y la reflexión de nuestros valores éticos y espirituales y los trascendentes aportes del pueblo de Israel a la Humanidad. Volvamos a nuestras fuentes.

Luchemos contra las diferentes formas de asimilación física y espiritual de nuestros hermanos del mundo.

Fortalezcamos la democracia y la participación activa y pluralista en Israel y en todos los países e instituciones del mundo.

Tomemos una mayor conciencia del rol individual y grupal en la sociedad promoviendo el respeto «por el otro», especialmente los ancianos, a la minusvalidez y a los carenciados.

Participemos en marchas y manifestaciones en apoyo de Israel.

Solidaricémonos permanentemente con la inmediata liberación de nuestro hermano cautivo: Jonathan Pollard.

Reflexionemos que la desaparición física del Estado de Israel puede significar para las indefensas comunidades judías del mundo de estar expuestas a persecuciones, expulsiones y genocidios como ocurrió hasta hace muy pocos años, antes de la creación de nuestro Estado.

Somos un pueblo multifacético, tenemos distintos tonos de piel, hablamos lenguas diferentes, nos identificamos con ideologías políticas variadas, desarrollamos diversas costumbres, pero tenemos elementos fundamentales en común: nuestro Judaísmo y el amor a la Tierra de Israel.

Mantengámonos unidos en medio de esta natural heterogeneidad, seamos un pueblo pluralista con un destino en común.

Enviemos este espacio a todas personas que tú creas que estén interesadas en hacer lo mismo.

Esta lista sigue abierta a tu valioso aporte. Te invito a continuar con la misma de acuerdo a tu criterio y elección.

«El espíritu de compañerismo debe ser afianzado en cada área de las relaciones entre Israel y la Diáspora. Enfrentamos dramáticos desafíos que, otra vez, subrayan la necesidad de permanecer unidos en momentos de pruebas, responsables uno por el otro, como dictaron nuestros Profetas. En verdad, la amenaza al bienestar de las comunidades judías en el mundo equivale a una amenaza al mismo Israel y el destino del judaísmo de la diáspora está en el mismo núcleo del corazón de Israel». Shimon Peres, Presidente del Estado de Israel.

¿Por qué solidaridad?

De una experiencia personal «En carne propia»:

En una cálida mañana del verano israelí del 12 de julio de 2006, comenzábamos nuestra tarea de trabajo en el laboratorio del Hadar en Haifa y escuchamos de pronto una serie de explosiones de distintos volúmenes, algunas cercanas y otras lejanas. Corrimos las cortinas y desde el quinto piso vimos hongos de humo y polvo que provenían de Check Post, Kiriat Jaim, Kiriat Iam y hasta desde Acco.

Desde el 12 de julio de 2006 y durante 34 días sin interrupción, los lanzamientos de cohetes de Hizbollah que en un número de 4.000 asolaron el norte de Israel y produjeron la muerte de 43 civiles israelíes y heridas graves a 33, obligando a miles de civiles a cobijarse en refugios o huir hacia el sur.

Los cohetes se dispararon directamente contra las zonas urbanas y muchos de ellos llevaban en su interior miles de rodamientos de metal. A lo largo del conflicto, cientos de miles de civiles israelíes permanecieron en el norte, en el radio de alcance de los cohetes, y muchos de ellos pasaron gran parte del tiempo en refugios subterráneos.

Otros (entre 350.000 y medio millón de personas) huyeron de sus casas y tuvieron que buscar refugio en otros lugares.

 

¿Por qué solidaridad?

 

Solidaridad porque también nos puede suceder a nosotros, nos puede pasar «en carne propia»

 
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