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| sábado diciembre 21, 2024

El candidato laborista a la Alcaldía de Londres dice que la capital inglesa será un faro para el Islam


Ruben Kaplan

La inconcebible alianza de ribetes sadomasoquistas concertada entre el Islam y la extrema izquierda en Gran Bretaña, alcanzó su mayor grado paroxístico, cuando el candidato del Partido Laborista para ser Alcalde de Londres en las próximas elecciones que se disputarán el próximo 3 de mayo, Kennet Robert Livingstone, apodado por su ideología comunista “Ken el Rojo”, al participar el 16 de marzo en el sermón de los viernes ( Jummah) en la controvertida mezquita del norte de Londres conocida como La Mezquita de Finsbury Park – que con anterioridad fuera controlada por el convicto reclutador terrorista egipcio Abu Hamza al-Masri removido en 2003 y en la actualidad conducida por la organización islamista Asociación Musulmana de Gran Bretaña, vinculada al prohibido grupo terrorista Hamas-dijo, para regocijo de los fieles musulmanes asistentes, que va a hacer de Londres un faro para el Islam.

Uno de los directores de la mezquita, Mohammed Sawalha, es descrito por la BBC como una ex figura de Hamas que “se dice ha dirigido gran parte de la estrategia política y militar de Hamas” desde su puesto en Londres. En rigor, Sawalha desempeña un rol importante en el financiamiento ilegal de Hamas que  coordina desde Inglaterra, sin ningún impedimento del gobierno. En 2009, Sawalha firmó la Declaración de Estambul que llamaba a atacar a los aliados de Israel, que incluían al Reino Unido. Las autoridades de Gran Bretaña, exprimiendo el magín,  interpretaron la amenaza como una exhortación para que ataquen a sus tropas. Azzam Tamimi, un hombre que ha actuado como portavoz de los actuales dirigentes de la mezquita, figura en los registros policiales apoyando los atentados suicidas.

Ken Livingstone,  quien  ya ocupó el cargo de Alcalde de Londres entre el 2000 y 2008, también se comprometió a  hacer su vida económica un poco más fácil y educar a la masa de londinenses sobre los valores del Islam, sosteniendo que eso “ayudará a consolidar nuestra ciudad como un faro que muestre el significado de las palabras del Profeta”. Según escribió Andrew Gilligan en el diario el Telegraph, Livingstone alabó las palabras de Mahoma en su último sermón como “una enseñanza para toda la humanidad” y agregó: “quiero pasar los próximos cuatro años asegurándome de que todos los no musulmanes en Londres, conozcan y entiendan sus palabras y su mensaje”.
De concretarse ese plausible propósito los británicos, podrán obtener un master en lapidaciones, azotes, mutilación genital femenina,  golpear a las mujeres, ahorcar a los homosexuales, decapitación de apóstatas y evitar incurrir en blasfemia ante cualquier crítica a Mahoma o el Islam, que ofenda la sensibilidad de los musulmanes.

Son numerosas las denuncias contra Livingstone por sus lazos con el  fundamentalismo islámico. En 2010 hizo campaña en el vecindario Tower Hamlets, contra el candidato de su propio partido para apoyar al político independiente Lutfur Rahman, un oriundo de Bangladesh que arribó de temprana edad al Reino Unido que profesa el Islam, despedido del Partido Laborista  por sus vínculos con un grupo extremista musulmán, el Foro islámico de Europa (FIE). El barrio Towwer Hamlets, donde se puede observar a las mujeres transitar las calles cubiertas con el burka o el niqab, es uno de los más pobres de Londres. Con mayoría de pobladores islamistas procedentes de Pakistán y Bangladesh, tenía el año pasado un desempleo del 12 por ciento, uno de los más altos del Reino.

Durante su alcaldía, a través de la Agencia de desarrollo de Londres, Livingstone canalizó cientos de miles de libras a la mezquita de East London en Tower Hamlets, controlada por el FIE. A cambio, activistas del grupo radical participaron activa y enérgicamente  para él en las elecciones municipales de 2008, en la que de todos modos fue derrotado por el conservador Boris Jhonson, quien busca ser reelegido en los comicios de mayo.

Livingstone también despilfarró el dinero público al beneficiar con dispendiosas donaciones a la Casa de Bienestar Musulmán, una organización “benéfica” estrechamente asociada con la mezquita de Finsbury Park, que firmó junto a los responsables de ésta, una carta abierta respaldando su campaña de reelección en 2008.

Como aporte a la solución de la crisis financiera, Livingstone, que se define como socialista, dijo recientemente  que se debería “colgar un banquero cada semana hasta que los demás mejoren”.

 Con respecto a los evasores de impuestos, se refirió a éstos como “esos ricos bastardos a los que no se les debería permitir votar hasta que paguen todo lo que le corresponde”. El socialismo sui generis de “Ken el Rojo”, no lo inhibió de ganar durante el 2009, la suma de 232.000 libras esterlinas por haber dado algunas charlas y participado en animadas tertulias de radio, ni de armar una ingeniosa ingeniería financiera, para crear con su mujer una empresa con el fin de evitar el pago del 40% de impuesto que le correspondía abonar.

Como izquierdista europeo cabal, Ken Livingstone es un antisemita consumado. En febrero de 2006 fue suspendido por el Tribunal del Servicio Público de Gran Bretaña durante un mes del cargo, al considerar que lo desprestigió, deshonrando  además su investidura cuando comparó al periodista judío del Evening Standard, Oliver Finegold, con un guardia de un campo de concentración. Un año antes, en marzo de 2005 calificó en  un artículo publicado en The Guardian al entonces Primer Ministro israelí Ariel Sharón como un “criminal de guerra que debería estar en prisión  y no en el poder”. En la misma nota declaró parafraseando la falaz propaganda de los palestinos, que “la expansión de Israel incluye limpieza étnica”.

A pesar de estos antecedentes, los líderes de la comunidad judía de Londres, repitieron el error de sus pares del Congreso Judío Mundial y Latinoamericano que visitaron Caracas en agosto de 2008 para entrevistarse con otro antisemita, el Presidente venezolano Hugo Chávez. Reunidos con Livingstone el 1 de marzo para discutir su apoyo al líder religioso extremista Sheik Yussef Al- Kardawi y el apoyo económico que recibe del canal de televisión iraní Press TV, divulgaron  después que éste hizo uso de un lenguaje definido como “antisemitismo clásico” y usó alternadamente los vocablos “sionistas”, “judíos” e “israelíes” en forma despreciativa. Con alarmante ingenuidad, como si podían esperar otra cosa, los dirigentes judíos difundieron que “casi al final del encuentro, Kennet Robert Livingstone, dijo que no espera que la comunidad judía (muy inferior a la islámica) vote al Partido Laborista porque en general, los votantes de la izquierda están en una posición inversamente proporcional al nivel de riquezas, y sostuvo que dado que la comunidad judía es rica, simplemente no iban a votar por él”.

El Reino Unido, que soporta hasta la denigración los atropellos islámicos, ha hecho como pocos países, innumerables concesiones a los musulmanes, aunque estas no le alcanzaron para evitar atentados terroristas, como el del 7 de julio de 2005, cuando Londres sufrió un ataque en cadena que produjo más de 50 muertos y 700 heridos, un día después de su designación como sede olímpica. La postulación como Alcalde londinense del filo islámico Livingstone, tampoco lo protegerá del próximo atentado.

Rubén Kaplan

 
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