Un gran milagro aconteció aquí:
El desierto del Néguev está siendo escenario de un acontecimiento agrícola sin precedentes: la sequía, según se ha podido comprobar, no parecería afectar a Los agricultores de Ramat Hanéguev.
En lugar del riego con agua dulce, los agricultores han elaborado un sistema que funciona con agua salada, logrando un hecho sin precedentes a nivel mundial: una plantación de aceitunas, que ocupa una superficie de 1000 metros cuadrados, y que irrigada con agua salada, ofrece una producción 4 veces mayor de la que se obtiene de una superficie de 1000 metros cuadrados irrigada por agua dulce.
Se ha observado la ventaja del agua salada en el cultivo de tomates y viñedos, y hasta los tilapias (peces de agua dulce, ‘Amnún’ en hebreo) parecen haberse acostumbrado ya al nuevo sistema. Uno de Los pioneros de cultivo en agua salada en el Néguev es Yoel de Malaj, miembro del kibutz Revivim. Así explica su éxito: ‘ya hemos intentado la utilización de agua salada, pero fracasamos por falta de conocimientos tecnológicos. Muchos fueron los escépticos en cuanto al éxito que podría tener el riego de cultivos con agua salada, extraída de una profundidad de 300 metros. Comenzamos con algodón, pasando a aceitunas, melones, tomates, etc. Estamos recibiendo apoyo del Instituto Vulcani, de la Facultad de Agronomía, de la Universidad de Ben Gurion y del Instituto Blaustein de Sde Boker’. Actualmente, la plantación de aceitunas del kibutz Revivim es la más destacada de Israel.
Como no existen restricciones en la utilización de agua salada en la zona sur del Néguev, el cultivo de aceitunas pasó a tener una reputación a nivel mundial. Los árboles fueron especialmente diseñados para la cosecha mecánica, con la ayuda de avanzadas maquinarias, que sujetas al tronco, sacuden fuertemente las ramas hasta arrojar las aceitunas al suelo. Parte de dichas maquinarias fueron perfeccionadas en Israel.
Gracias a este avance en la industria del aceite de oliva, la zona estará en condiciones de absorber y emplear a más población. Este gran éxito despertó gran interés en el círculo de los grandes empresarios, quienes ya se encuentran en plenas averiguaciones para la inversión en plantaciones de aceitunas.
El cultivo de aceitunas en agua salada en el Néguev estuvo precedido por otro avance científico: el cultivo de tomates, por ejemplo, donde se comprobó que cuanto más salada es el agua utilizada, más dulce es el fruto que se recoge. Y de aquí a las aceitunas no hubo más que un corto paso. El principio del riego con agua salada funciona de la siguiente manera: la sal pone en funcionamiento la presión osmótica sobre la planta, lo que estimula la producción de azúcares, y así equilibra el porcentaje de sal. El cultivo de aceitunas en especial está caracterizado por la obtención de una producción más grasa. Durante una serie de pruebas, los agricultores se sorprendieron al comprobar que los árboles ofrecían cosechas inimaginables: en la zona de la Galilea, donde se alcanzó hasta el presente la media tonelada por cada 1000 metros cuadrados, se obtuvo una producción de 2 toneladas de la misma superficie.
Att. TEU
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