Khaled Abu Toameh
2 de mayo de 2012
http://www.gatestoneinstitute.org/3043/palestinian-authority-corruption
El gobierno de la Autoridad Palestina también ha advertido a los periodistas palestinos en contra de ayudar a corresponsales occidentales a cubrir la represión. Si Abu Rihan fuera un disidente chino encarcelado en Pekín, su caso habría sido promocionado por los grupos de derechos humanos de todo el mundo y por los principales medios de comunicación de Occidente. Si Abu Rihan hubiera sido detenido por las autoridades israelíes por ese delito, lo más probable es que su historia habría sido publicada en la primera plana de muchos diarios respetables. La Autoridad Palestina no quiere que nadie informe sobre la corrupción y el abuso de poder, por temor a que ésto afecte la ayuda financiera de EE.UU., la UE y otros países.
Jamal Abu Rihan es un blogger y activista palestino que se encuentra recluido en una prisión de la Autoridad Palestina en la Margen Occidental.
Las fuerzas de seguridad pertenecientes al gobierno de la Autoridad Palestina arrestaron a Abu Rihan, después de que creó un grupo, en Facebook, llamado «El Pueblo Quiere Acabar con la Corrupción».
Exigir reformas y democracia se ha convertido en un crimen en los territorios bajo el control de la Autoridad Palestina. La crítica directa e indirecta a los líderes de la Autoridad Palestina también se ha convertido en un crimen que puede llevar a la cárcel a periodistas, blogueros, caricaturistas y opositores políticos.
En lugar de perseguir a los altos funcionarios sospechosos de malversación de fondos públicos y de abusar de sus poderes, el gobierno de la Autoridad Palestina ha decidido tomar medidas drásticas sin precedentes contra los que se atreven a levantar sus voces en apoyo de la transparencia y la libertad de expresión.
El grupo anti corrupción de Abu Rihan en Facebook se ha ganado el respaldo de más de 6.000 seguidores. Esta gente hizo clic en «like» y se unió al grupo durante los pocos días desde su lanzamiento. Algunos de los seguidores, especialmente aquellos que viven bajo la jurisdicción de la Autoridad Palestina, temen ahora ser arrojados a la cárcel por haber cometido el delito de exigir el fin de la corrupción.
El arresto de Abu Rihan y otros, tiene como objetivo enviar una advertencia a los palestinos en contra de criticar a su gobierno y sus líderes.
El gobierno de la Autoridad Palestina también ha advertido a los periodistas palestinos en contra de informar sobre la represión o de ayudar a los corresponsales occidentales a cubrir la represión contra periodistas y blogueros.
En las últimas semanas, las fuerzas de seguridad palestinas convocaron a un número de periodistas palestinos para interrogarlos acerca de sus relaciones con periodistas y medios de comunicación occidentales.
Los palestinos dicen que la campaña de intimidación y hostigamiento contra los medios de comunicación está diseñada para evitar «informes negativos» sobre el gobierno de la Autoridad Palestina. La Autoridad Palestina no quiere que nadie informe sobre la corrupción y el abuso de poder, por temor a que esto afecte a la ayuda financiera de EE.UU., la UE y otros países.
La represión ha sido, pues, exitosa, y la mayoría de los periodistas palestinos e internacionales parecen haber entendido la advertencia. Es por eso que el caso de Abu Rihan, por ejemplo, casi no ha recibido atención en los medios de comunicación palestinos y occidentales.
Si Abu Rihan fuera un disidente chino encarcelado por las autoridades de Pekín, su caso habría sido promocionado por los grupos de derechos humanos de todo el mundo y por los principales medios de comunicación de Occidente. Si Abu Rihan hubiera sido detenido por las autoridades israelíes por ese delito, muy probablemente su historia habría llegado a la primera plana de muchos diarios respetables.
Pero cuando se trata de violaciones a la libertad de expresión en la Margen Occidental, muchos estadounidenses y europeos, a la Autoridad Palestina, la dejan pasar. Arrestando a reformistas y críticos, la Autoridad Palestina está demostrando, una vez más, que no se toma en serio la lucha contra la corrupción ni la reforma de sus instituciones.
La represión a los periodistas, blogueros y activistas políticos, también sirve como un recordatorio de que el gobierno de la Autoridad Palestina no es diferente a la mayoría de las dictaduras en el mundo árabe.
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
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