Los estilos de la rebelión en Siria demuestran la importancia de fronteras seguras con Judea y Samaria

Johanan Dahuh Halevy

Jerusalem Center for Public Affairs

5.7.2012

La rebelión en Siria se prolonga hace más de un año. El régimen de Assad redujo al principio su gravedad y luego fue correcto en revelar flexibilidad y táctica, a fin de empujar a la oposición al diálogo en un intento por frenar la protesta, inclusive con la disposición de concretar cambios – desde su punto de vista – constitucionales de envergadura. Con la clara determinación de los rebeldes y su empeño sin concesiones hacia el derrocamiento del régimen, Assad eligió el camino de una campaña integral sin misericordia, destinada a romper la capacidad de resistencia de los rebeldes y de la población que los apoya y que derivó en la batalla por la supervivencia del régimen y la defensa de la minoría alawita, temerosa de los casos de venganza del día después. Las fuerzas rebeldes, el ejército de Siria libre y otros grupos combatientes, registraron logros impresionantes en el campo de la batalla. La actividad de los inspectores de la ONU en Siria, en el marco de la iniciativa del ex Secretario General de la ONU, Kofi Annan, frenó por algún tiempo el impulso de las fuerzas rebeldes, en especial a partir de la presión internacional que fuera ejercida sobre ellos por frenar su actividad y otorgar una oportunidad al proceso político. En los últimos meses, se reconoce un renovado empuje en la lucha de las fuerzas rebeldes y es posible decir, ahora, que Siria se encuentra bajo ocupación del gobierno de Assad, que ya perdió, en todo, la legitimidad de su gobierno entre la mayor parte de la población. El ejército sirio perdió el control práctico en amplias zonas del estado. La rebelión armada y popular se siente si bien en una magnitud más reducida, en comparación con otras jurisdicciones en la periferia de la capital Damasco.

La clave para la destitución del régimen depende de la capacidad de las fuerzas rebeldes y de la medida de su triunfo en provocar la renuncia del ejército y el pasaje de la mayor parte del combate a Damasco. Desde hace largos meses se registran fisuras en el ejército. Miles de soldados y oficiales y, entre ellos, de altos mandos, desertaron hacia las filas rebeldes y muchos otros se rindieron sin luchar. Las fuerzas rebeldes se cuidan, en esta etapa,  de no perpetrar  actos de venganza entre la población, según parece, a causa de la pesada presión internacional que se ejerce contra ellos en ese tema y para dejar una apertura de salvación para la oficialidad alawita. Esa estrategia se auto-demostró eficaz logrando conducir a la deserción de algunos oficiales y soldados alawitas.

El triunfo de las fuerzas rebeldes en derrotar al ejército de Assad,  en amplias regiones de Siria,  se sostiene en el apoyo directo de Turquía por el norte y en la ayuda árabe (dinero y armas), la retaguardia civil y los métodos de acción en el ámbito del combate táctico, que condujeron gradualmente a la recompensa estratégica. La rebelión comenzó con acciones de protesta popular violenta y provocativa, cuyas características se definen en el contexto palestino como incidentes populares (incitación al desorden, arrojar piedras, piquetes, arrojar bombas caseras, atentados y más). La lucha modificó sus estilos con el ingreso de armas blandas, al principio con disparos desde el público de violentos y luego con el pasaje a grupos e individuos para-militares que actúan en diferentes regiones, parte de ellos coordinados por la comandancia del ejército sirio libre y otros, con actividades independientes o vinculadas a los organismos terroristas.

La rebelión en Siria suma el más amplio testimonio de video, más que cualquier otra confrontación y permite aprender, de primeras fuentes, sobre los estilos de combate de las fuerzas rebeldes y su influencia en la batalla. A manos de los rebeldes se cuenta con armas de diferente tipo, rifles y algunas armas pesadas.  A pesar de la significativa inferioridad en los recursos humanos y de guerra (cantidad y calidad), las fuerzas rebeldes registran victorias en las acciones de disparos, francotiradores, en el amplio uso de cargas explosivas, en el ataque de barreras y posiciones adelantadas, en el ataque organizado y la ocupación de bases, en el ataque a canales de suministro, el aprovechamiento de los beneficios ocultos de la guerra en el terreno destinado a la eliminación de tanques y vehículos blindados, el ataque a comandancias, incluido en la capital, Damasco, en el uso de las armas de los suicidas y la provocación de daños a la moral del ejército (pesadas pérdidas, eliminaciones, fenómeno de  amplia deserción).

Israel observa, de cerca, lo que sucede en Siria. El avance, por la propia naturaleza de las cosas, en la supervivencia del régimen, abre la posibilidad de diferentes sucesos que pueden involucrar a Israel (movimiento militar, refugiados) y las estimaciones con respecto al día después. Las lecciones de la rebelión siria son importantes  en otro contexto vinculado directamente a la seguridad del Estado de Israel. Los palestinos, alumnos de la Primera y Segunda Intifada, aprenden esas lecciones y obtienen  gran estímulo de las derivaciones positivas de la Primavera Islámica, que carga el equilibrio de fuerzas a su favor y en contra de Israel. Funcionarios de la conducción de los árabes en Israel son partícipes de esa estimación.

La Primavera Islámica y, en especial,  las lecciones de la rebelión siria, obligan a una renovada evaluación israelí sobre las fronteras de seguridad con Judea y Samaria. La suposición básica según la cual carece de  valor territorial de profundidad estratégica en la era de los misiles, quedó aclarada como errónea en el caso sirio así como los argumentos sobre la nueva realidad estratégica en el Medio Oriente, que niega cualquier posibilidad de creación de un frente militar árabe que amenace la existencia del Estado de Israel.

Jerusalem Center  for Public Affairs

ATT. CIDIPAL

Difusion: www.porisrael.org