Guri Weinberg
Publicado el 27 de julio de 2012
[El voluntario Abby Idowu, de Londres, se estira bajo los aros olímpicos, mientras es fotografiado por amigos, del otro lado de una colina del Parque Olímpico, antes de los Juegos Olímpicos de Verano 2012, Jueves, 26 de julio 2012, en Londres. La ceremonia de inauguración de los juegos se llevará a cabo el viernes 27 de julio. (Foto AP / Charles Krupa) (AP2012)]
Recientemente, fue dada a conocer nueva información sobre la masacre de Múnich en los Juegos Olímpicos de 1972, por parte de la policía alemana, como resultado de la presión de periodistas de investigación alemanes. Se informó que los terroristas de «Septiembre Negro» fueron ayudados por un grupo nazi de Alemania para obtener documentos de identidad falsos, armas y acceso a la Villa Olímpica.
Esto no fue demasiado sorprendente, ya que el presidente del COI en 1972 era Avery Brundage, un simpatizante nazi y antisemita. Su protegido, Juan Samaranch, finalmente sirvió el segundo plazo más largo como presidente del COI, pero su apoyo a los nazis y al dictador español Francisco Franco fue mantenido como un sucio secreto. La mayoría de los miembros del COI sabían la verdad, pero permanecieron en silencio, porque él organizó un regio estilo de vida para ellos – con dinero desviado del deporte.
Otro hecho interesante es que Abu Iyad, uno de los cofundadores de la OLP, ha dicho públicamente que la razón por la que «Septiembre Negro» eligió los Juegos Olímpicos de 1972 como el escenario para su plan de secuestro, fue porque la solicitud de la OLP ante el COI para la inclusión de la delegación palestina en los Juegos Olímpicos fue completamente ignorada. Este desaire del COI llegó en un momento en que la tensión estaba en un punto de ebullición en Medio Oriente. Sin embargo, después de haber incitado a la OLP, el COI rechazó la solicitud del gobierno israelí de seguridad para los atletas.
En 1996, yo, junto con otros huérfanos de Múnich y tres de las viudas, fuimos invitados, por primera vez, a los Juegos Olímpicos de Atlanta. Antes de la ceremonia de apertura, nos reunimos con Alex Gilady. Gilady ha sido un miembro de la Comisión de Radio y Televisión de la COI desde 1984 y ha sido el vicepresidente senior de NBC Sports desde 1996.
Conozco al señor Gilady desde que era un niño; de hecho, yo crecí con su hija. Me ha apoyado en el pasado en relación a nuestra petición de un momento de silencio durante la ceremonia de apertura, así que llegamos con grandes esperanzas. Gilady nos informó que un minuto de silencio no era posible porque, si el COI realizara un minuto de silencio por los atletas israelíes, también tendría que hacer lo mismo con los palestinos que murieron en los Juegos Olímpicos de 1972.
Mi madre dijo: «Pero no murió ningún atleta palestino».
Gilady respondió: «Bueno, hubo palestinos que murieron en los Juegos Olímpicos de 1972».
Oí a una de las viudas decirle a Gilady, «¿Está usted equiparando el asesinato de mi marido con la de los terroristas que lo asesinaron?»
Silencio.
Entonces Ilana Romano prorrumpió en un grito que me ha perseguido hasta hoy. Le gritó a Gilady, «¡Cómo se ATREVE! ¡Usted SABE lo que le hicieron a mi marido! ¡Lo dejaron tendido durante horas, muriendo lentamente, y entonces lo remataron castrándolo y metiéndoselo en la boca, ALEX!»
Miré la cara de Gilady, que estaba sentado allí, pétreamente fría y sin ninguna emoción. Este hombre conocía personalmente a estos atletas. Este hombre encabezaba la delegación de los medios de comunicación israelíes en los Juegos Olímpicos de 1972 y vio esta atrocidad de primera mano. Este hombre vio a mi padre muerto, desnudo, tirado frente a la Villa Olímpica para que todo el mundo lo viera.
Sin una pizca de empatía, Gilady dio un pretexto y se fue.
Fue entonces cuando comprendí que el COI no nos estaba rechazando debido a su resistencia a la “política». Se debió, más bien, a la política específica del COI que, aparentemente, todavía adopta. Basado en su historial de apoyo a los nazis, la codicia y la sangre en sus propias manos por incitar a la OLP, nunca apoyará a los atletas israelíes.
Ahora, tengo un mensaje para todos los miembros del COI. Las torturas infligidas por «Septiembre Negro» a los 11 atletas israelíes y sus familias duraron 48 horas. Vuestra tortura a las familias y los recuerdos de aquellos estimados atletas han durado 40 años. No estoy satisfecho con un minuto de silencio en cada ceremonia de inauguración de los Juegos de Verano. Ahora quiero que todos ustedes pierdan vuestros puestos de trabajo y sean sustituidos por verdaderos olímpicos que se preocupen por los atletas y crean en la Carta Olímpica.
La amenaza de que el COI me persiga ya no me asusta más. Cuando ya no se tiene más dignidad, no se tiene nada que perder. Por lo tanto, miembros del COI – mi nombre es Guri Weinberg y soy el hijo de Moshe Weinberg, el entrenador de lucha asesinado en los Juegos Olímpicos de 1972. Y no me voy.
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
Difusión: www.porisrael.org
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