El terrorismo suicida, las ‘primaveras árabes’ y la amenaza iraní hunden a la izquierda israelí | La izquierda israelí admite que sus ideas conciliadoras son hoy «una mercancía con muy poca demanda» | Con Siria en llamas, Israel se pregunta cómo estaría hoy si en el 2006 se hubiera retirado del Golán
21/08/2012
Henrique Cymerman
TEL AVIV | Corresponsal
La Vanguardia.com
Un grupo de analistas israelíes, reunidos en el mítico café Tamar de Tel Aviv, discuten sobre las elecciones previstas para el próximo año y llegan a la conclusión de que que, doce años después del fracaso del proceso de paz con los palestinos, en Camp David y en Taba, y doce años después del estallido de la segunda intifada, «Israel es un país con dos manos derechas».
Ben Caspit, destacado analista de Maariv, comenta a La Vanguardia: «La izquierda laborista fundó este Estado en 1948, lo dirigió casi a solas durante 29 años, hasta 1977, y luego se produjo un empate crónico entre los dos bloques. ¿Cómo se desintegró la izquierda en los últimos años?», se pregunta.
Contrariamente a otros países, en Israel cuando se habla de smol (izquierda) o yemin (derecha) no se refieren al sistema socioeconómico propuesto, sino a la actitud hacia el proceso de paz con los palestinos, los asentamientos, y la creación de un Estado palestino independiente en Cisjordania y Gaza, con capital en Jerusalén Este.
Yossi Sarid, exlíder del bloque izquierdista Meretz y una de los palomas más destacados del país, reconoce que la ideología conciliadora de la izquierda es hoy «una mercancía mal herida, que tiene muy poca demanda».
En la psicología colectiva israelí, los principales motivos son subrayados una y otra vez en los bares, discotecas, universidades y taxis, y también en el café Tamar: «Ofrecimos a los palestinos una retirada casi total de los territorios ocupados en el año 2000-2001 en la cumbre de Camp David y en la de Taba (Egipto), y luego en las negociaciones del ex-primer ministro Olmert con el presidente Abas (2007-2008) y su respuesta fue cientos de atentados», argumentan algunos.
«Nos retiramos de Gaza evacuando a miles de familias de sus casas, desmantelando asentamientos y bases militares, y el resultado fue la subida de los islamistas de Hamas y el lanzamiento de miles de cohetes sobre Israel, hasta el día de hoy», justifica Caspit.
Alguien protesta argumentando que el ejército israelí continúa controlando las fronteras de Gaza e incluso su espacio aéreo, pero nadie escucha.
«Israel no tiene un interlocutor válido porque hoy existen dos Palestinas enfrentadas: la de la Autoridad Nacional de Cisjordania y la islamista de Gaza», señala Amnon Abramoviz, del Canal 2.
Pero el argumento más común para justificar la adopción de posiciones más nacionalistas es la primavera árabe, que en Israel fue definida desde el primer momento como un «invierno islámico». «Nuestras fronteras alrededor del país arden en todos los frentes, como nunca», dice Caspit.
Ari Shavit, analista de Haaretz que siempre defendió una retirada israelí de los altos del Golán a cambio de la paz con Siria, visitó hace pocos días las estratégicas colinas, desde las que se podía ver, y escuchar y sentir, la sangrienta guerra civil que se vive en los pueblos del sur de Siria. En medio del eco de las explosiones y de los combates dijo: «Uno tiene que admitir sus errores. Debo reconocer que si Israel se hubiese retirado de Golán en el marco de un acuerdo, tal como sus gobiernos pretendían en el 2000 y en el 2006, tendríamos ahora al borde del mar de la Galilea israelí, brigadas de la yihad mundial y de Al Qaeda. Por suerte, eso no ocurrió».
Cuando se pregunta a Shavit, Caspit y Abramoviz si eso significa que la paz es imposible y la ocupación israelí de Cisjordania y del Golán son la única alternativa, todos contestan: «No. De ninguna manera. Pero eso quiere decir que es necesario edificar la paz con cautela y modestia, paso a paso y estudiando con realismo el mundo que nos rodea». Y añaden: «La derecha de Netanyahu, de hecho, tras decenas de años de apoyar la Gran Tierra de Israel, adoptó la política de la izquierda, la fórmula de dos estados para dos pueblos. Quizá al final sean ellos los más capaces para, cuando sea posible, lograr la paz».
Esta es una consecuencia natural,una ideologia basada en premisas falsas trae resultados falsos.Hay algo que me llama profundamente la atencion:no entiendo como personas consideradas intelectuales de alto nivel cayeron en semejantes contradicciones,en contraste,judios simples aferrados a la Sagrada Tora,en su momento,se opusieron tenazmente a ideologia de la izquierda traidora israeli.Alguien puede intentar dar una respuesta a este hecho objetivo?.Nos opusimos a Oslo,a Camp David,al desalojo de GushKatif etc,en contra de la ideologia de la izquierda traidora,sin embargo,no somos ni por asomo analistas politicoas de alto nivel,entonces?