En Iom Kipur D-os nos recuerda que la mayor parte de las atrocidades son cometidas en nombre de la ‘justicia’.
Yair Lapid
Ynetnews
25.09.12/Israel opinión
http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-4285779,00.html
Más que nada, Iom Kipur es una lección de humildad, porque no sólo nos demanda que pidamos perdón sino que también nos obliga a reconocer que cometemos errores y que no somos tan virtuosos como quisiéramos creer.
Esta demanda es dolorosa porque nos obliga a dudar de nosotros mismos. Admitir que nosotros cometemos errores no forma parte de nuestro instinto primario. La mayoría de las veces nosotros preferimos caminar alrededor de este mundo con una alta opinión de nosotros mismos y creyendo que tenemos la razón, en tanto que todos los demás están equivocados.
Pero D-os sabe que, solo Él debe estar a cargo de la justicia, porque los humanos eventualmente abusaremos de ella. La mayoría de los eventos terribles en la Historia ocurrieron porque los pueblos estaban seguros de que tenían razón.
Por lo que una vez al año D-os nos recuerda que la mayoría de los asesinatos, guerras e injusticias fueron cometidas por personas que se dijeron a sí mismas que estaban luchando por la justicia.
Puede parecer inverosímil a nuestros ojos en el hecho de que nuestros peores enemigos, también están convencidos de que están en lo correcto. La inmundicia humana que nos rodea- Hamas, Hezbollah, Irán, jihadistas, al-Qaida- si a ellos los conectamos a un polígrafo y les preguntamos si están en lo correcto, cuando dijeran ‘sí’, la aguja no se movería.
Cuando se les preguntó por qué estaban tan seguros de estar en lo cierto, este despreciable manojo nos replicaría, “Porque D-os nos lo dijo”. Como nosotros decimos en el Medio-Oriente: “Mi D-os es mejor que tu D-os”.
En todos los puntos de su equivocada narrativa, simplemente intentan justificar actos atroces, después de miles de años de sangre y fuego de cohetes kassam, es difícil culpar a D-os por no confiar en la humanidad. Nosotros tenemos una inclinación innata en hacer cosas malas en su nombre.
‘Dónde me equivoqué? ‘
Incluso dentro de Israel nosotros tenemos decenas de versiones de D-os: El D-os de los azkenasis ultra- Ortodoxos, el D-os de los jasidim, el D-os de los lituanos (que no consideran a los Hasidim ser judíos), el Di-os de aquellos que usan kipás tejidas, el D-os de los que usan grandes kipás blancas y el D-os de aquellos que usan pequeñas kipás en el costado de sus cabezas; es el D-os de esa colina en Samaria que no debe ser evacuada; es el D-os del Rabinato militar, el que entierra soldados rusos fuera de las tierras de los cementerios; D-os de las mujeres reformistas con talit, que quieren rezar en el Muro de los Lamentos y el D-os de los judíos religiosos que quieren apedrear a esas mujeres.
¿Debo continuar? Hay un D-os de aquellos que besan mezuzot y aquellos que rezan en las tumbas de los sabios; el D-os de los tradicionalistas que van a ver una película inmediatamente después del kidush; el D-os de las ‘madres talibanes’ y el D-os de los fanáticos del Beitar Jerusalem, que acabará con el D-os de los seguidores del Macabi Haifa; hay un D-os de aquellos que se niegan a admitir a niñas sefaradíes en sus escuelas, porque D-os (qué D-os) les dijo a ellos que lo que hicieron estuvo bien.
Estos grupos son tan diferentes entre sí, que a veces es duro de creer, que ellos son parte de igual nación e igual libro, del mismo conjunto de leyes. Lo único que ellos tienen en común es que todos están convencidos de que su versión es la correcta y que todos los demás dicen tonterías.
Tal arrogancia.
Este orgullo exagerado es la razón por la que tanto necesitamos Iom Kipur. Así que todos ellos, quienes dicen que son los únicos que entienden a D-os, serán los que tendrán que pedir perdón.
Porque el D-os de Israel decidió salvarnos de nuestras propias debilidades y nos dio el día más sagrado del judaísmo, para liberarnos de nuestra propia arrogancia. Él nos dio un día al año, en el cual debemos parar todo y recordar que nadie está autorizado a hablar en Su nombre.
D-os nos dio el mandato de colocar todo en espera y mirarnos con valentía y honestidad. Entonces usted realizará actos como mandatos que Él no dio. Él dijo esta no es mi justicia, este no es un decreto de los cielos, es su autosuficiencia, en su necesidad de sentirse superior a los demás.
Dijo D-os, no permitiré que usted me use, para justificar el racismo y la violencia de sanción o usarme como una excusa para soltar sus instintos más oscuros.
El judaísmo es una religión de opción. Es la parte de su valentía moral. Pero no hay ninguna opción sin la duda. No hay ninguna opción sin tratar de entender, también la posición del otro lado. La capacidad de pedir el perdón es también la capacidad de aceptar al otro; aceptar el hecho que él es diferente y tiene su propia justicia. Nosotros no pedimos el perdón, sólo por nuestros malos actos, sino para que en el tiempo que fueran realizados, no se suponía que fuesen incorrectos.
¿Por qué nosotros necesitamos un día para la introspección? Normalmente nosotros no lo hacemos. Porque es más fácil decir, usted está en lo cierto; eso es lo que no entienden; eso es lo que D-os te dijo.
Pero D-os no le dijo nada. En cambio Él nos envió a la sinagoga durante este día, de modo que torturemos nuestras almas con la pregunta “Dónde nos equivocamos?“.
Cuando yo analizo este decreto, estoy colmado de respeto por la divina sabiduría. Porque las personas que se preguntan a sí mismas, “Dónde me equivoqué? “ Son intrínsecamente mejores que aquellos que se dicen, “Yo tengo razón! “.
Traducido para Porisrael, por Carlos Alberto Vainberg.
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