Roxana Levinson
Latinoisrael.com
El gobierno argentino comenzó una serie de encuentros para dialogar con Irán sobre el destino de los ciudadanos iraníes sobre los que pesa un pedido de captura internacional bajo sospecha de estar involucrados en el Atentado a la AMIA. La cancillería argentina calificó los encuentros con los representantes iraníes de «muy positivos». Pero la comunidad judía local exige saber el contenido de dichos encuentros y por qué, al mismo tiempo que dialoga, Irán «rechaza todas las acusaciones» contra sus ciudadanos. ¿De qué va el diálogo, entonces?
Representantes de los gobiernos de Argentina e Irán finalizaron la primera serie de conversaciones destinadas a «encontrar un marco jurídico común a ambos países, para enjuiciar a los iraníes que la justicia argentina acusa como autores intelectuales del atentado a la sede de la comunidad judía».
Cabe recordar que en 2006, doce años después del atentado que provocara la muerte de 85 personas y heridas a más de 200, la justicia argentina libró órdenes de captura internacional contra ocho iraníes, entre ellos Ahmad Vahidi, actual ministro de Defensa; Moshen Rabbani, ex agregado cultural de la embajada de Irán en Buenos Aires; y Hadi Soleimanpour, entonces embajador y hoy viceministro de Relaciones Exteriores para Asuntos Africanos.
En septiembre pasado, en el marco de la Asamblea General de la ONU, ambos gobiernos acordaron iniciar estas conversaciones, coordinadas por el canciller argentino Héctor Timerman y su par iraní, Alí Salehi.
Al regresar de Ginebra, donde se llevaron a cabo las reuniones, la delegación argentina de expertos legales prácticamente no brindó información alguna sobre la marcha de las conversaciones, su contenido y menos aún sobre la posible extradición de los sospechosos para que sean juzgados. La Cancillería se limitó a informar que «los resultados de las tres reuniones de trabajo realizadas entre Argentina e Irán en Ginebra fueron positivos para alcanzar los objetivos planteados entre los dos países el 27 de septiembre en Nueva York».
El gobierno argentino también anunció que la próxima reunión se llevará a cabo a más tardar en la última semana de noviembre, fecha en la cual «ambas delegaciones presentarán proyectos de acuerdos» sobre el tema que las ocupa.
En un comunicado que leyó el propio ministro de Relaciones Exteriores, Héctor Timmerman, en la sede del gobierno argentino, aseguró que ‘El Gobierno Nacional ratifica que el único compromiso es con las víctimas y el derecho de sus familiares a hallar en la verdad y en la justicia la reparación debida. Argentina reafirma que en dicho objetivo no hay lugar para intereses geopolíticos, ni propios ni ajenos‘.
Sin embargo, lejos de acercar a los familiares y al pleno de la ciudadanía argentina a la verdad, el gobierno ha cubierto con un manto de hermetismo y misterio el contenido de las conversaciones con Irán, y hasta qué punto es posible que los sospechosos iraníes sean finalmente juzgados. Este hecho ha despertado la preocupación – y la reacción – de la comunidad judía argentina y de quienes representan a las víctimas del atentado y sus familiares.
Negociaciones más que reservadas
Ante el secreto que rodea las conversaciones, las autoridades de AMIA y DAIA – las instituciones directamente damnificadas – acaban de presentar un escrito ante la Justicia Argentina para que se exija al gobierno «informe a la mayor brevedad posible sobre los encuentros reservados que los funcionarios de la Cancillería mantuvieron con sus pares de Irán en la sede de la ONU de Ginebra», para avanzar en la causa judicial en la que se investiga el atentado del 18 de julio de 1994.
Al respecto, el abogado de AMIA y DAIA, Miguel Bronfman, aseguró a la prensa argentina: «Tenemos el derecho como querellantes y en algunos casos como familiares de víctimas de saber lo que está negociando el Gobierno con Irán. No se puede manejar esto con un nivel de hermetismo a quienes somos parte interesada».
Las instituciones judeo-argentinas exigieron al fiscal Alberto Nisman que solicite al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto que informe «aun con carácter reservado si ello fuera estrictamente necesario» acerca de las conversaciones bilaterales y su resultado, incluso parcial.
El fiscal, por su parte, ha respondido al pedido de las instituciones judías mediante un oficio enviado a Cancillería en el que ha requerido, según la Agencia Judía de Noticias, «que informe el trámite que han tenido dichas reuniones, y en qué consisten los avances que llevaron al canciller a calificarlas de positivas».
Mientras tanto, Irán desafina.
Además del silencio que las autoridades argentinas mantienen sobre el contenido de las conversaciones, las recientes declaraciones del vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, Ramin Mehmanparast, se suman a la sensación de desconfianza y confusión acerca de lo que verdaderamente está sucediendo en los encuentros bilaterales.
Es que Mehmanparast ha vuelto a afirmar – en nombre de su gobierno – el rechazo de Irán a todas las acusaciones contra sus ciudadanos, y su intención de encontrar a los «verdaderos culpables».
De acuerdo con la Agencia Judía de Noticias, el presidente de la AMIA, Guillermo Borger, reaccionó poniendo en duda la validez de las gestiones bilaterales y consideró que «se terminó la mesa de diálogo con Irán cuando la Cancillería de la República Islámica ratificó que sus ciudadanos no tienen vinculación con el atentado».
La contradicción resulta más que evidente, y el silencio del gobierno argentino no hace más que reforzarla.
Si, al mismo tiempo que dialoga con Argentina para decidir qué sucederá con los ciudadanos iraníes acusados de estar involucrados en el atentado, Irán asegura que son inocentes, ¿De qué hablan, entonces, argentinos e iraníes cuando se reúnen en la sede de la ONU?
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