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| lunes diciembre 23, 2024

La Parashá De La Semana: Parasha Jaie Sara


B´´H

parashaSara fallece a la edad de 127 años y es enterrada en la Cueva de Majpelá en Jevrón, la cual Avraham adquiere de Efrón el Jití por 400 shekels de plata.
El sirviente de Avraham, Eliezer, es enviado, cargado de regalos, a Jarán, para buscar una esposa para Itzjak. En el pozo de agua del pueblo, Eliezer pide una señal a Di-s: cuando las doncellas vienen al pozo, él pedirá agua para beber; la mujer que ofrezca darle de beber a sus camellos también, será la mujer destinada para el hijo de su maestro.

Rivka, la hija del sobrino de Avraham, Betuel, aparece en el pozo y pasa «la prueba». Eliezer es invitado a su casa, donde repite la historia de los eventos del día. Rivka retorna con Eliezer a la tierra de Canaan, donde encuentran a Itzjak orando en el campo. Itzjak se casa con Rivka, la ama, y es confortado por la pérdida de su madre.

Avraham toma una nueva esposa, Keturá (Hagar) y tiene seis hijos más, pero Itzjak es designado como su único heredero. Avraham muere a los 175 años y es enterrado al lado de Sara, por sus dos hijos mayores, Ishmael e Itzjak.

AÑOS DE VIDA

 

“Fue la vida de Sará cien años y veinte años y siete años, años de vida de Sará…” (Génesis 23:1)

“Junto a cada cifra aparece la palabra años para decir que cada una de ellas representa una edad y tiene su propio significado…” (Rashi, Ibíd.)

 

Cuenta la historia que un hombre llegó de visita a un pequeño y pintoresco pueblito. Allí un guía le fue mostrando las atracciones lugareñas. Entre estas se encontraba el cementerio, que exhibía unos monumentos funerarios de extraña belleza. Mientras caminaban entre las tumbas el hombre sentía que un asombro creciente lo iba invadiendo. No era para menos, al leer las inscripciones de la mayoría de las tumbas veía que en estas decía: “… murió a los cinco años…”; “… murió a los siete años…”, y así sucesivamente.

Cuando salieron del cementerio el hombre no pudo reprimir la curiosidad.

“¿Por qué es tan alto el nivel de mortalidad infantil en este pueblo?” Preguntó.

“¿Por qué lo dice?” Interrogó asombrado el guía.

“Estuve viendo las edades que figuran en las tumbas, y la mayoría son niños”.

“No es así” dijo el otro con una sonrisa. “En realidad acá el promedio de vida es muy alto, lo que ocurre es que cuando alguien fallece, según una antigua costumbre, en vez de poner la edad cronológica, hacemos el cálculo en años de logros de esta persona, pues no es lo mismo el tiempo que se puede pasar comiendo, durmiendo o simplemente dedicándose al ocio que el tiempo que uno dedica a hacer cosas positivas.

Nuestra Madre Sará vivió cien años y veinte años y siete años, cada uno de los días de estos 127 años fue un día de logros, de superación, de servicio al Creador, un día vivido con plenitud hora a hora, minuto a minuto, segundo a segundo. O sea que en ella el tiempo físico y el tiempo espiritual fueron uno y lo mismo.

También nosotros debemos procurar vivir nuestros años con plenitud, como nuestra madre Sará, consagrando cada instante a elevarnos y elevar nuestro entorno, pues esa es la misión para la que hemos venido a este mundo: perfeccionarlo a través de nuestros actos para crear en él una “Morada para Di-s en la Tierra”.

¿Cómo sé si la persona con la que salgo es mi alma gemela?

¿Cómo puedo estar segura de que él es mi “media naranja”?

 

Por Aron Moss

 

Estimado Rabino:

Estoy saliendo con alguien en forma muy seria, pero hay algo que me molesta. ¿Cómo puedo saber si él es mi alma gemela? ¿Cómo puedo estar segura de que él es mi “media naranja”? Tengo terror de tomar una decisión sin estar absolutamente segura. Oí hablar de una clarividente que dice si el chico con que sales es tu alma gemela basándose en las fechas de cumpleaños y vidas pasadas. ¿A usted le parece que conviene que vaya a verla, por si acaso, para estar segura?

Respuesta:

Cada cosa a su momento. Hay veces en las que debemos pensar quién es nuestra alma gemela. Y hay veces en que no debemos hacerlo. El problema es que la mayoría de nosotros nos equivocamos cuándo sí y cuándo no.

Cuando uno está solo y es soltero, y daría la impresión de que no hay perspectivas de encontrar el amor en el horizonte, entonces es fundamental que uno recuerde que sí tiene un alma gemela. Hay alguien que fue hecho para ti y para el cual te crearon a ti. Y esa persona está esperando a conocerte. Tal vez sea mañana, tal vez la semana que viene; es posible que ya lo hayas conocido y que lo único que tengas que hacer es abrir bien los ojos. El hecho de conocerlo es solamente una cuestión de tiempo. Va a suceder.

Sin esa creencia, la única conclusión lógica va a ser la desesperación. Tal vez me crearon para que sea soltera; tal vez mis suegros decidieron no tener hijos. ¿Quién dice que alguna vez me voy a casar? La respuesta: Hay una persona para cada uno. Siempre hay esperanza. Mantén fuerte la fe.

La otra vez en la vida en la que conviene creer en la pareja es después de que te casaste. Cada matrimonio se enfrenta a desafíos, y cada buena relación pasa por momentos difíciles. Es en esos momentos que resulta esencial recordar que te casaste con tu la otra mitad de tu alma. Aunque tú solamente piensas que elegiste a tu cónyuge, Di-s realmente eligió a tu cónyuge. Y Él los hizo a cada uno en forma especial para el otro, y Él hizo que se conocieran y se enamoraran. La decisión de casarse fue algo Divinamente inspirado, algo que no estaba en tus manos, algo que estaba fuera de tu control. Eso era lo que tenía que suceder. Así tenía que ser: esta es tu alma gemela.

Si no, podemos pasarnos toda la vida pensando lo que podría haber sido. Qué habría pasado si me hubiera casado con este otro tipo; qué habría pasado si a ella la hubiera dejado y hubiera conocido a otra mujer? Tenemos que tener la convicción de que el matrimonio es algo Divinamente establecido. Esta persona que tengo a mi lado es mi alma gemela; la parte que le falta a mi alma, y nos pertenecemos el uno al otro; es imposible que sea de otra manera. Así que más vale que resolvamos nuestros problemas.

Por eso, cuando estamos solos y perdiendo la esperanza, o cuando estamos casados y perdiendo la fe, necesitamos recordar que tenemos un alma gemela. Pero hay una instancia en la que creer en que uno tiene un alma gemela puede resultar molesto y hasta contraproducente. Y es cuando estamos saliendo.

Cuando uno ya está dentro de una relación, pero todavía no dio el gran paso de comprometerse, en ese momento todo el tema del alma gemela puede confundirlo. En ese momento uno no tiene que buscar el alma gemela. Lo que tiene que hacer es mirar a la persona real que uno tiene enfrente. Uno tiene que llegar a conocer su personalidad, su carácter, sus valores y sus aspiraciones. Uno no puede ver su alma. Ni siquiera sabe cómo es su propia alma, mucho menos la de su alma gemela…

Por eso, olvídalo. No te preguntes: “¿Acaso él es mi alma gemela?”. Más bien, pregúntate si el ser humano que estás viendo es una buena persona, si los dos comparten las mismas creencias; si él o ella es judío (en caso de que tú lo seas); si logran comunicarse; si van en la misma dirección; si buscan las mismas cosas en la vida. ¿Qué importa cuándo es su cumpleaños, o de qué signo del zodíaco es, o si él es la reencarnación de tu cantante de ópera favorito? Nada de eso los va a ayudar en su futuro juntos.

Deja de buscar señales del cielo. Las señales están acá en la tierra. Si sientes que tu relación con esta persona te hace bien, entonces ¡manos a la obra! El tema de la conexión de las almas déjaselo a Di-s…

(Extraído de www.es.chabad.org) 

 
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