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De la Era de los Dictadores Se Pasa a la Era de los Islamistas


Douglas Murray

19 de noviembre de 2012

http://www.gatestoneinstitute.org/3458/dictators-islamists

islamizacion

El constante e incesante terror hacia los israelíes no interesa a la comunidad internacional y los medios de comunicación. Sólo se interesan cuando Israel responde a estos ataques.

Para nosotros en Estados Unidos, Gran Bretaña y Europa, el terrorismo puede ser algo que nos tomamos en serio, pero no es algo que tenemos que enfrentar diariamente. Como nos lo deberían recordar las últimas semanas y días, para Israel la situación es diferente. Israel debe combatir una guerra defensiva contra los terroristas los 365 días del año. Incluso antes de los recientes acontecimientos, basta con considerar el período comprendido entre septiembre y octubre de este año.

De acuerdo a Independent Media Review and Analysis, en octubre de este año fueron lanzados 116 cohetes y 55 proyectiles de mortero contra Israel, en 92 ataques diferentes. Compárese ésto con el mes anterior y se verá cuán rápidamente las cosas han ido en aumento. En septiembre sólo hubo (¿en qué otra situación se escribe «sólo»?) se dispararon 17 cohetes y 8 morteros contra Israel.

Como lo sabrá cualquiera que haya visitado las ciudades israelíes de las zonas afectadas, la vida ordinaria, en tal situación, es poco menos que imposible. Aun cuando los misiles no matan ni hieren a personas, como sucede con frecuencia, el bombardeo obliga a la gente a vivir con constante terror, nunca segura de cuándo tendrán que arrojarse a un refugio antibombas. Hamas ha obligado a una generación de niños israelíes a tener que crecer de esta manera.

¿Qué otro pueblo en el mundo sería capaz de vivir con la constante amenaza de destrucción al azar en cualquier momento? La respuesta es ninguno. Sin embargo, la comunidad internacional y los medios de comunicación no tienen ningún interés en ésto. El constante e incesante aterrorizamiento de los israelíes no les interesa. Sólo se interesan cuando Israel responde a estos ataques.

Desde el 10 de noviembre cientos de misiles no guiados han sido disparados contra los ciudadanos israelíes desde Gaza. Como respuesta, Israel ha lanzado la operación «Pilar de Defensa». Ésta ya ha eliminado muchos sitios con cohetes de Hamas y también – lo que les parece horroroso a gran parte del mundo y de los medios de comunicación mundiales – a uno de los peores terroristas de Hamas, Ahmed Jabri.

Sólo cuando Israel había llevado a cabo este ataque dirigido, los diarios y las emisoras se interesaron. Pero ésto significa que algo importante y peligroso ocurre: Significa que el mundo se traga la idea de que no es Hamas, sino Israel el que comenzó la violencia y que no es Hamas, sino Israel el que será responsable por lo que ocurra a partir de aquí.

Ésto, ahora, puede ser un modelo familiar, pero hay ahora aún más razones de lo habitual para estar preocupado. En 2009, cuando Israel lanzó la operación «Plomo Fundido», todas las piezas cayeron a lo largo de las líneas habituales. Los vecinos de la región – así como los así llamados aliados de occidente – condenaron la «agresión» israelí y llamaron al habitual retorno (intolerable) al status quo ante. Pero eso fue todo. Ésta vez la situación es diferente. Esta vez un viejo problema está ocurriendo en una nueva región. Esta vez Israel va a la guerra en un nuevo Medio Oriente, en el que las piezas, de ninguna manera, están definidas.

No ha habido una gran confrontación, entre Israel y Hamas, desde que las revoluciones árabes se pusieron en marcha. Pero lo que ya está suficientemente claro es que las consecuencias de un enfrentamiento, aún comparativamente menor, en la nueva situación, podría empeorar muy rápidamente.

Incluso antes de estos últimos acontecimientos, fuimos testigos del primer crispamiento de la frontera nororiental de Israel. La frontera sirio-israelí ha estado tranquila desde la guerra de Yom Kippur de 1973. Pero en la segunda semana de noviembre las fuerzas gubernamentales sirias dispararon contra los Altos del Golán e Israel respondió a los disparos.

El régimen de Assad, desesperado por mantener su control del poder, bien pudo haber apuntado a atraer a Israel al conflicto. Una de los pocos salvavidas que tendría Assad sería si pudiera desviar la atención nacional y regional de su propia masacre del pueblo sirio hacia acusaciones de «agresión» de los israelíes. Por supuesto, la situación de Siria tiene su propia propulsión, pero en otros lugares los eventos parecen más que capaces de entretejerse.

Tal vez la retirada del embajador de Egipto en Israel y la visita del gobierno egipcio a Gaza son sólo posturas diplomáticas. Pero ésto viene después de un ya grave deterioro en las relaciones entre los dos países.

Ya hemos visto las refriegas y la escalada de violaciones de seguridad en el sur, en la frontera israelí en el Sinaí. El nuevo gobierno de Egipto está permitiendo que esta zona fronteriza se convierta en un lugar en el que los terroristas están pinchando a Israel, probando a Israel y viendo cuánto se puede lograr. Ésto ya ha conducido a ataques terroristas en el sur, sólo – hay que recordar – en un corto periodo de tiempo de gobierno islamista, dentro del largo período de historia del poder en El Cairo.

Todos estos acontecimientos – así como los más recientes – están relacionados de manera importante. Lo que estamos viendo en Medio Oriente es una ruptura de los acuerdos de alto el fuego, inestables pero comprendidos, que se mantuvieron la mayor parte de una generación. Durante los años desde que terminó la Guerra de Yom Kippur, Israel hizo algunos progresos significativos haciendo la paz con sus vecinos. El tratado con Egipto se mantuvo, el enfrentamiento con Siria se mantuvo en silencio e Israel, incluso, tuvo éxito en forjar alianzas más amplias con Turquía y otros países.

Los recientes acontecimientos sugieren que este periodo podría haber llegado a su fin. Las relaciones con Turquía han declinado considerablemente durante el dominio de Erdogan. La Siria de Assad está sumida en una guerra civil que todavía podría estallar hacia fuera. Y Egipto está gobernado por los mismos ideólogos que impulsan a Hamas. Ésta es la situación en la que Hamas ha jugado su mano de nuevo.

Las cartas pueden ser familiares, pero el juego ha cambiado: los riesgos son mayores. Un gran cambio se está produciendo en la región. Parece que estamos pasando de la era de los dictadores a la era de los islamistas.

Sea lo que sea que esté por venir, Israel necesitará a sus amigos en el extranjero, porque no tiene a ninguno cerca.

Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld

 
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