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| viernes noviembre 22, 2024

Los árabes de Israel y las elecciones parlamentarias


“…Sois la ocasión de lo mismo que culpáis!”*

Lic. Samuel Leillen

Publicado en «AURORA», 5.12.12

El siguiente texto es el resumen de un seminario dedicado a analizar la política de los árabes de Israel y las próximas elecciones parlamentarias. A pesar de la diversidad de conceptos, el público que colmó la sala – árabes, judíos y estudiantes extranjeros – se comportó con considerable respeto y con notable contención.

 
Antecedentes

 De una población israelí cercana a los 8 millones, el 21% son árabes – 1.6 millones (casi todos musulmanes: 154 mil son cristianos y 130 mil drusos).
Desde el establecimiento del Estado de Israel en 1948, hasta el triunfo del Likud en 1977, el sector árabe solía participar activamente en el proceso electoral, 80 – 90% del padrón, en particular con tendencia a integrarse a los partidos sionistas. No lo hacían por razones ideológicas sino por cálculos pragmáticos y por presiones de la Administración Militar a la que estuvieron sometidos hasta 1966.

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La Knesset, el parlamento israelí


 Con la radicalización religiosa a fines del siglo pasado, se pasó por un lado a un boicot a la participación árabe en las urnas israelíes, para que no se interprete que el voto es un reconocimiento a la soberanía judía en Palestina, para protestar por la prolongación sin solución del conflicto judeo-palestino y por la discriminación a la que están sometidos (además de señalar que la participación en la Knéset es inoperante), y por el otro lado a un intento de conformación de partidos políticos propios destinados a integrarse al organismo máximo de la democracia israelí y utilizarlo como vía de influencia y escenario de posible resonancia internacional.

 Las elecciones próximas

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Publicación del Instituto Israelí de Democracia, marzo 2009 – El notable descenso en 2001, 18%,  fue reacción por los sucesos de Octubre, en los cuales perdieron la vida 13 árabes. Además, fueron elecciones directas de Primer Ministro, lo que aumentó la sensibilidad que la participación árabe sería interpretada como reconocimiento al régimen vigente.

 En el padrón electoral figuran 5.759.722 con derecho a voto, un aumento del 7% con relación a las elecciones anteriores del 2009 – que equivale a 380.737 votantes nuevos.

 No se sabe con exactitud cuántos árabes figuran allí. Algunos estiman 670 mil, un 12%. En el 2009 sólo un 53% del padrón árabe acudió a las urnas – frente a un 65% del total – resultando que unos 310 mil electores (muchos de ellos judíos) votaron por los tres partidos árabes que hoy integran la Knéset:

– la Lista Árabe Unida RAAM-TAAL, con 114 mil votos obtuvo 4 escaños;

– el Frente Democrático por la Paz y la Igualdad HADASH, con 112 mil votos y también 4 diputados;

– el Pacto Nacional Democrático – BALAD recibió 84 mil votos y tiene 3 diputados.

 En total, representando a los tres partidos del sector árabe hay 11 diputados (uno de ellos es judío, Dr. Dov. Janin), 9 % de la Knéset actual. Las encuestas vaticinan que estos serán también los resultados en las próximas elecciones si bien muchos temen que la participación en las urnas del sector árabe disminuirá (ver crónica “AURORA” 29.11.12).

 Además, figuran candidatos árabes en los partidos sionistas, como el Cr. Esawi Freige (Meretz), abogado residente de Kfar Kassem y Raleb Mag´adla (Avodá), de Baka el Garbia, designado Ministro de Ciencia, Cultura y Deportes en el 2007. En el Likud se destaca Yiov Kara, del sector druso, actual Viceministro de Desarrollo del Negev y la Galilea.
 
Impugnaciones

 De acuerdo al párrafo 7° de la Ley Básica, una lista o un individuo que la integra no podrán participar de las elecciones si en sus acciones o en sus propósitos se establece, en forma directa o indirecta, alguna de estas premisas:

. la negación de la existencia del Estado de Israel como país judío y democrático;

. la instigación a la discriminación;

. apoyo a la lucha armada de un país enemigo o de una organización terrorista en contra del Estado de Israel.

 En base a esas premisas, víspera las elecciones del 2009, se impugnó a las listas Balad y Raam.

El 12.1.2009 la Comisión Electoral aprobó por mayoría la prohibición de la participación de los dos partidos árabes.

 El 21.1.2009, la Suprema Corte sancionó por unanimidad aceptar la apelación de Raam y por amplia mayoría la apelación de Balad. Con anterioridad a este proceso, el Asesor Legal del Gobierno había establecido el 7.1.2009 que no existen pruebas suficientes para impedir la participación de los dos partidos, derecho plenamente reconocido por la ley, citando entre otros lo especificado por el Juez Levi en el 2002: “…Quítale a un individuo o una agrupación de individuos el derecho a ser elegidos, y les privaste el derecho de expresar sus concepciones políticas e incluso el derecho a participar en la conformación del régimen imperante e influir en sus conductas”.
 
Continuidad y cambio

 Organizado por el “Konrad Adenauer Stiftung”, organismo dedicado a la promoción de la cooperación judeo árabe, y el Centro Moshé Dayan para Estudios del Medio Oriente y África, de la Universidad de Tel Aviv, se realizó un seminario para analizar la política de los árabes de Israel y las próximas elecciones a la 19° Knéset.

 El Sr. Arik Rudnitzky, investigador de la UTA, describió las estructuras y las plataformas de los partidos árabes en Israel, identificando tres corrientes ideológicas fundamentales: la comunista (Jadash), la nacionalista (Balad), la islámica-nacional (Movimiento Islámico).
 Señaló que los partidos árabes deben enfrentar un escenario electoral en el que se acentúa el carácter “judío” del país, agravado al sancionarse últimamente varias leyes interpretadas como “racistas” que ensombrecen las características “democráticas” locales. Todo esto aleja la voluntad de participación en los comicios, lo que obligará a los partidos árabes a redoblar esfuerzos para conseguir que los miembros del sector acudan a las urnas.

 JADASH: Partido que se presenta como judeo-árabe, participa en las elecciones desde la Independencia de Israel, al principio como “MAKI – Partido Comunista Israelí”. Desde siempre aceptaron la existencia de Israel como Estado judío, si bien consideran que la situación actual de Israel no es la que fue “añorada por ellos” y si bien estuvieron a favor de dos Estados para dos pueblos desde el principio, les resulta difícil explicar “como podrían integrarse a un país tan racista como es la Israel de hoy”.

 El abogado Ayman Odeh, Secretario General de Jadash, resumió la plataforma de su partido: apoyo al establecimiento de dos países para dos pueblos; solución justa del tema refugiados; otorgar plena igualdad a la población árabe de Israel; proteger la igualdad de género – todo ello en marcos de una ideología socialista y laica. Asimismo, tratarán de dirigirse al mundo entero para desenmascarar la discriminación nacional, étnica y cultural que existe en Israel.

 BALAD: Ya van 10 años que representan a la corriente nacionalista en la Knéset. Jamás aceptaron la partición de Palestina, y su programa es “un solo país para todos sus ciudadanos”. A pesar de ello, consideran que la participación parlamentaria es un instrumento para exponer su lucha y ampliar el conocimiento de la comunidad internacional. Reclaman “autonomía cultural” para la minoría árabe, pues si el país “pertenece a todos sus ciudadanos”, ellos son parte de esa soberanía en especial por ser los habitantes originales de la región. Sus derechos no derivan de la existencia de Israel ni de sus leyes, sino de la misma naturaleza por ser “hijos directos de la patria” y no inmigrantes. Según ellos, Israel debe desligarse del pueblo judío: es un Estado en el cual residen judíos pero no es “el Estado del pueblo judío”.

 El Sr. Mtanes Shihadesh, investigador del Instituto Mada-Al Carmel de Haifa, recalcó que la participación electoral de Balad es instrumental, procurando lograr más beneficios para la población árabe. Aspiran a un país “democrático”, que por lo tanto no puede ser “judío”, pues la contradicción entre las dos características es insuperable y conduce al régimen de apartheid que hoy deben soportar. Por lo tanto la sociedad israelí debe reconsiderar sus aspiraciones y sincerarse con la democracia en la que quisieran vivir.

 RAAM – TAAL: La Lista Árabe Unida se organizó a partir de las elecciones de la 14ª Knéset, 1996, unificando activistas del Movimiento Islámico Israelí y del Partido Democrático Árabe. Más tarde, frente a las elecciones de la 17ª Knéset, se unieron con TAAL-Movimiento Árabe de renovación encabezado por el Dr. Ahmad Tibi, quedando Ibrahim Sarsour al frente de la lista común. El 15.2.2006 Sarsour declaró que apoya al Hamás y a Irán, que ellos creen en el Corán y en el régimen de los Califatos, no apoyan la separación de la religión del Estado y niegan al sionismo.
 
Movimiento islámico

 El Dr. Mohanad Mustafa, de la Academia de Or Yehuda y el Centro Derasat, analizó más en detalle a la corriente islámica, en especial a la luz de los sucesos de la primavera árabe.

 Señaló que el Movimiento Islámico en Palestina, a diferencia de los otros países árabes, no reconoce al pluralismo árabe sino que expone una ideología monolítica. La corriente islamista se dividió en 1996 en el “sector norte” que no participa de las elecciones, y el “sector sur”, que sí participa considerando que no hay contradicciones entre ideología y política como tampoco en la participación política de musulmanes en un país con características occidentales. (La distinción “norte” – “sur”, no es necesariamente geográfica).

 Los dos sectores mantuvieron tratativas de unificación, pero los del “norte” exigían que no hubiera participación en el proceso electoral israelí y no hubo posibilidad de entendimiento dado que los del “sur” consideran que la actividad política es una forma de “yijad civil” que no contradice al Corán.

Con el fortalecimiento de la Hermandad Musulmana y de la corriente islamista en el mundo árabe, han proliferado los que consideran que mejor es no participar de las elecciones en Israel. Incluso hay brotes aislados de una presencia salafi en Israel, basados en el sector salafi de Egipto que después del inicio de la primavera árabe logró el 24% del parlamento del país del Nilo, con notable influencia shiíta a pesar de provenir todos del sector sunita, y cuyos predicadores instan, entre otras iniciativas, a secuestrar, esclavizar y vender infieles como una forma aprobada por la Sharia. Realmente, es un modelo muy particular de “democracia”.
 
*Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1696), poetisa mexicana.
 
** Publicación del Instituto Israelí de Democracia, marzo 2009 – El notable descenso en 2001, 18%, fue reacción por los sucesos de Octubre, en los cuales perdieron la vida 13 árabes.

 Además, fueron elecciones directas de Primer Ministro, lo que aumentó la sensibilidad que la participación árabe sería interpretada como reconocimiento al régimen vigente.

 
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