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| domingo diciembre 22, 2024

La fractura egipcia


Pilar Rahola

La vanguardia

Las ‘Facebook revolutions’ contenían el fanático germen que inocularon los Hermanos Musulmanes

07/12/2012

Manifestacion-apoyo-presidente-egipcio

Esas primaveras árabes que traerán otoños islamistas…, escribí en este mismo espacio. Y lo hice con el lamento de alguien que aspira a ver respirar la libertad en esas tierras tan castigadas. Pero los vientos del siglo XXI en el islam están preñados de fanatismos del siglo VIII, y cualquier revuelta contra un dictador puede ser la antesala de una dictadura peor. De hecho, no es más que el proceso natural -aunque muy antinatural- que se inició con la caída de un dictador pro-occidental en la vieja Persia para colocar una dictadura aún peor. Del tirano del poder y el dinero, al tirano en nombre de Dios, igualmente corrupto y malvado, pero infinitamente más represivo. Del sha a Jomeini va el camino del drama a la tragedia, en una espiral demoniaca que no tiene salida. Ocurre lo mismo con la sangrante guerra en Siria, donde un dictador brutal se enfrenta a unas milicias islamistas igualmente brutales. Como se dijo en el Herald, son opositores pero no son libertadores. Y por ese sendero caótico y peligroso deambulan los países que iniciaron unas revueltas tan celebradas en los despachos occidentales como preocupantes para algunos de los intelectuales más avanzados del islam. ¿Dónde están ahora los países que corrieron veloces a masacrar al pérfido Gadafi, en esta Libia que no sólo no se ha liberado sino que ha caído en una espiral aún más pérfida? Y mientras avanza el islamismo de manera silenciosa pero insistente en la gran Turquía, el experimento de Túnez también cae por los mismos derroteros. Las primaveras árabes están entrando en un largo e inquietante invierno.

De todos estos procesos, Egipto es, por su relevancia, el más importante. Pero podría ser, también, el más esperanzador. Es evidente que las famosas Facebook revolutions contenían el fanático germen que habían inoculado los Hermanos Musulmanes, inspiradores de la mayoría de organizadores radicales, desde los grupos terroristas chechenos o somalíes hasta las selvas de Filipinas, las montañas de Cachemira o las violencias del norte islamista nigeriano. Su fundador, Hasan al Banna, ha sido el miembro más importante de la ideología totalitaria que ha llenado de horror y sangre la piel del planeta. Y, por el camino, ha secuestrado al islam. Pensar que esta organización radical iba a crear una democracia era tan ingenuo como estúpido. Pero Egipto es también el país de la zona con una masa social más crítica, y donde existen los sindicatos más fuertes y las líderes femeninas más reconocidas. No le será pues tan fácil al islamismo imponer su despótica ley, lo cual redunda en una esperanza y una preocupación. La segunda, el riesgo de una fractura violenta de la sociedad egipcia. Y la esperanza, la de frenar al radicalismo islamista en su propia cuna, lo cual sería la mejor noticia que vendría en el islam en décadas. Tiempo al tiempo, aunque el tiempo, de momento, es muy incierto

Leer más: http://www.lavanguardia.com/opinion/articulos/20121207/54356156190/pilar-rahola-la-fractura-egipcia.html#ixzz2EOwcMQhM

www.pilarrahola.com

 
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