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| lunes diciembre 23, 2024

El duro mensaje de la ultima encuesta


Ana Jerozolimski

Semanario Hebreo

Cuando Hamas tomó el poder en la Franja de Gaza en junio del 2007, expulsando del lugar a la Autoridad Nacional Palestina, comenzó una nueva era. Ya no era una especie de gobierno compartido..una situación extraña en la que Hamas tenía mayoría parlamentaria ganada en las elecciones pero el Presidente Mahmud Abbas de Al-Fatah tenía la legitimidad que le daba el haber sido elegido en los comicios presidenciales. Desde la guerra interna, violenta, que terminó con Hamas al frente y Al Fatah expulsado de la Franja de Gaza, comenzó algo distinto: Hamas, solo, al frente, con todo el poder.

Durante mucho tiempo, quienes ansiamos ver una solución pacífica al conflicto entre Israel y los palestinos, una solución en la que sea posible lograr una división de la tierra que traiga paz pero no quite seguridad a Israel sino que por el contrario, le agregue , veíamos la situación a dos puntas: por un lado, preocupación por la situación en Gaza y por otro, cierto consuelo por la situación bastante más calma en Cisjordania, donde la coordinación entre las fuerzas de seguridad del Presidente Abbas y los servicios de seguridad de Israel, ayudaban a garantizar cierta estabilidad en la zona.

Si bien a menudo analizamos negativamente actitudes y declaraciones del Presidente Abbas, siempre nos pareció que su diferencia clave con Hamas era no sólo en términos del enfoque fundamentalista o no religioso de la vida, sino en el mensaje de fondo: Hamas seguía comprometido para con la destrucción de Israel, mientras que la Autoridad Nacional Palestina presidida por Abbas, traía otro mensaje: dos Estados para dos pueblos, mediante el diálogo.

En estas páginas hemos comentado repetidamente actitudes de Abbas que nos pareció no aportaban a esa línea. Lo básico: su rechazo, durante los últimos años, a volver a negociar con Israel.

Pero con Hamas de fondo, allí en Gaza, también las discrepancias con Abbas suenan a otra cosa.

Cuando hace pocas semanas, al celebrar su 25º aniversario, la organización integrista Hamas realizó una concentración multitudinaria en Gaza y  los presentes escucharon con avidez y aplaudieron con entusiasmo al jefe de Hamas en el exterior Khaled Mashal que llegó especialmente para la ocasión, quedó en claro que paralelamente a lo cohibidos que pueden sentirse todos aquellos que discrepan en Gaza con Hamas, hay muchos miles y miles que ven en su línea, lo central.

Mashal hablaba de Palestina entre el mar y el río, terminología que significa claramente que el Israel soberano entre ambas fronteras no debe existir, y todos lo vitoreaban. Decía “ni una pulgada”, y todos lo aplaudían. “Sólo lucha armada”, o sea terrorismo, y todos gritaban un fuerte “Sí”.

Nadie puede decir hoy, tras esas declaraciones, apoyadas directa y explícitamente por las mismas palabras que pronunció el jefe de Hamas en Gaza Ismail Haniyeh, que los palestinos creen que el mensaje de Hamas sea otro. Puede que algún occidental que haya escuchado a Mashal el mes pasado en la CNN, le haya creído que acepta la idea de un Estado palestino en las “fronteras del 67”, creyendo que se refería a una solución definitiva que significa “sí” a la existencia de Israel.

Lo seguro es que no es eso lo que piensan los palestinos. Todo palestino que le escuchó, tiene claro el mensaje de Hamas.

Por eso, mucho más preocupante que lo vociferado por Mashal en Gaza, es el resultado de la reciente encuesta publicada hace pocos días por el respetado Centro Palestino de Política e Investigación de Sondeos dirigido por el Dr.Khalil Shkaki.Según dicho sondeo, si hubiera hoy elecciones para la Presidencia palestina, Ismail Haniyeh de Hamas le ganaría a Mahmud Abbas.

Según Shkaki, el jefe de Hamas recibiría casi el 50% de los votos, frente a 45% de Abbas. Hace tres meses, el resultado era 40% a Haniyeh y 51% a Abbas. Hamas se fortalece.

El mensaje lo debe escuchar con mucha claridad el Presidente palestino, pero también Israel.

Ambos adversarios, ex interlocutores, siempre con mutua desconfianza, deben captar a fondo que la alternativa a sus desavenencias, siempre es peor.Que deben hallar la forma de volver a negociar y de transmitir cada uno al otro un espíritu tal de diálogo, que el interlocutor realmente capte que se aborda la negociación en forma seria, no con mera táctica.

Los palestinos deben sentir que Israel está dispuesto a implementar la frase históricamente pronunciada hace unos años por el Premier Benjamin Netanyahu sobre “dos Estados para dos pueblos”. Y lo deben sentir en la vida diaria.

Los israelíes deben poder sentir que los palestinos no se sientan para lograr algo y tomarlo luego como trampolín para nuevas exigencias, sino que están dispuestos, a cambio de ese Estado, a poner fin al conflicto, para siempre.

No es tarde aún para lograrlo. No hay que esperar que crezca más la amenaza de Hamas para ponerse a trabajar en serio.

 
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