La ambivalente victoria de un Netanyahu mas débil

Ana Jerozolimski

Semanario hebreo.Uruguay

Las elecciones en Israel   fueron dramáticas y casi revolucionarias, a pesar de que Benjamín Netanyahu continuará al parecer siendo el Primer Ministro .La primera lectura que cabe hacer del mapa político reflejado en los resultados, en base al escrutinio del 99.5% de los votos, es que en términos de bloques, hay empate total. Y aún si algo cambia al computarse los votos de los soldados, parece que no habrá ninguna diferencia radical.

Si se separa a los partidos árabes para tratar de ver las posiciones de la población judía, la parte más conservadora sigue siendo claramente la mayoritaria.  Pero en una democracia, todos deciden y el peso de todos vale por igual, por lo cual seguimos hablando de “empate”. Sin embargo, cabe aclarar: los 60 de la derecha y los 60 del  centro y la izquierda juntos, podrían convertirse en 61 y 59 para un lado o para el otro, cuando se haya finalizado el escrutinio de los votos especiales que llegan en doble (soldados, presos, diplomáticos en el exterior, enfermos en hospitales). Especialmente claves se consideran los votos de aproximadamente 200.000 soldados aún no computados, y que pueden introducir variaciones en el cuadro general.

Pero el  resumen parece ser  mucho más centrista que la imagen que irradió Israel en los últimos años. Es que por un lado, si bien aumentó considerablemente el peso de un partido que representa a la derecha nacionalista (y que se opone a la creación de un Estado palestino independiente), por otro  duplicó su presencia parlamentaria uno de los paladines de la lucha por la formación de dicho Estado, el partido MERETZ de la izquierda sionista. Además  entró al Parlamento, aunque con menos peso de lo que esperaba, el nuevo partido de la ex Canciller Tzipi Livni, cuyo mensaje se concentró en la necesidad de reanudar las negociaciones con los palestinos y los partidos árabes consiguieron un escaño más que antes .

Pero el centrismo está más que nada en la reducción del peso del partido de gobierno y en el hecho que el gran ganador de las elecciones fue  “Yesh Atid”, precisamente un partido declaradamente centrista, con agenda concentrada en las necesidades internas de la población, aunque no exento de posturas claras en cuanto al proceso de paz, en favor de negociaciones con los palestinos y contra “extremistas en el gobierno”.

Netanyahu encabeza la lista mayoritaria en el nuevo Parlamento, “Likud Beiteinu”,  pero su victoria es ambivalente.  Si bien Netanyahu obtuvo  31 de los 120 escaños del parlamento, cabe señalar que eso equivale a más de  una decena menos de lo que tienen en la Knesset saliente los dos partidos que componen la lista conjunta con la que participó en esta campaña electoral.

Pero la gran sorpresa de las elecciones, fue que un partido que hace un año no existía, encabezado por un ex presentador televisivo, el periodista Yair Lapid, se convirtió en la segunda fuerza del mapa político israelí, con 19 de los 120 escaños de la Kneset. La tercera fuerza es el partido laborista, con 15 escaños- que pareció ver con gran desilusión, habiendo esperado mucho más y hasta la posibilidad de ser alternativa a Netanyahu-,  el ultraortodoxo SHAS obtiene 11, el “Hogar Judío” del sionismo nacionalista 11, la ex Canciller Tzipi Livni con su nuevo partido consigue 6 y los partidos árabes pasan de 11 a 12 .

Por ahora y contrariamente a lo que vaticinaban los sondeos, parecería que el partido Kadima que en el parlamento saliente es el más grande, no desaparece, pero obtiene sólo dos escaños. Pero eso depende de la finalización del escrutinio.

Uno de los mensajes claros de estas elecciones, es la exigencia de la población de que varias cosas comiencen a cambiar. Aproximadamente la mitad de los diputados en el parlamento saliente, no estarán en el nuevo, y más de 50 diputados estrenarán el cargo, lo cual influirá considerablemente sobre el trabajo de la Kneset, Parlamento de Israel. A ojos de Amit Segal, un destacado analista político especializado en el tema de los partidos en Israel, que transmite por el Canal 2 de la televisión israelí, “esto es resultado de las protestas sociales en Israel”.

La victoria avasallante del partido “Yesh Atid” de Lapid transmite a los políticos un mensaje respecto a los temas que más preocupan hoy a gran parte de la población. Sin olvidar el proceso de paz con los palestinos (hoy estancado), el esfuerzo nuclear de Irán que por muchos es percibido como una amenaza existencial y los numerosos desafíos en temas de Exterior y Seguridad, los israelíes  están hoy preocupados por la situación interna.

Esto lo deja en claro la victoria meteórica de Lapid cuya agenda principal se concentró en una actitud justa para con la clase media cuya posición se va deteriorando, en la necesidad de una educación de alto nivel para todos  y más que nada, en lo que llamó “una distribución de la carga nacional”. Su énfasis fue puesto en un llamado a un rol activo de los ultraortodoxos en el aporte a la sociedad, tanto mediante el servicio militar obligatorio del cual hoy en día están exentos en masa como a través de su incorporación colectiva a la fuerza laboral.

El partido no existía hace un año y hoy, será la llave para la formación del nuevo gobierno.

“Comprendo el peso de la responsabilidad que tenemos sobre nuestros hombros”, dijo Lapid en su primer discurso en la central de su partido al confirmarse que “Yesh Atid” es sin duda la bomba noticiosa de las elecciones.

Diversos analistas y expertos en la política israelí sostienen que Lapid puede ser el socio principal en el nuevo gobierno de Netanyahu. “Tenemos grandes cosas para hacer juntos, por el bien de Israel”, dijo el Primer Ministro al llamar por teléfono a Lapid a felicitarlo por su gran logro.

“El mensaje que sale hoy de las elecciones es que hay un nuevo orden del día”, declaró el ex periodista Ofer Shelaj, candidato en la lista de Lapid. “Los términos izquierda y derecha ya no son los claves, y lo que cuenta son los problemas para los que la ciudadanía exige respuestas”, aseguró.

Cabe recordar que Lapid, cuyas posturas políticas son consideradas de centro con tendencia hacia la derecha, aclaró que él no es parte “de ningún bloque” y de todos modos, en la campaña electoral, tuvo dos pronunciamientos que permitirían sí colocarlo del otro lado: “no a un gobierno que no negocie con los palestinos” y “no a más inversiones en los asentamientos”. Su prioridad será tener un gabinete “sin extremistas” .

Nota de Porisrael.

El voto de los soldados, los presos, los enfermos hospitalizados y los diplomáticos que suman 240.000 votantes le dio un escaño más a  Habait Hayehudi y le resto uno al partido árabe Lista Árabe Unificada – Taal