Alan M. Dershowitz
8 de febrero de 2013
http://www.gatestoneinstitute.org/3582/defending-israel
Cada vez que hablo en apoyo de Israel o para criticar a sus enemigos, se sueltan contra mí los perros de la difamación. Los ataques, todos de la extrema izquierda, parecieran coordinados, centrados en temas comunes ad hominem*. Me acusan de ser un plagiario, un partidario de la tortura, un derechista zio-fascista, un hipócrita, un opositor a la solución de dos estados y un partidario de la política de asentamientos de Israel. Todas estas acusaciones son demostrablemente falsas, pero esto no parece importarles a aquellos cuyo trabajo es tratar de desacreditarme.
Permítanme comenzar con la acusación de plagio – una acusación hecha originalmente por el desacreditado académico Norman Finkelstein, quien ha acusado, falsamente, del mismo crimen académico a prácticamente todos los escritores pro-Israel. En mi caso, la acusación se centró alrededor de una cita de un párrafo de Mark Twain en mi libro The Case for Israel. Atribuí el párrafo a Mark Twain, pero Finkelstein dijo que yo debería haberlo atribuido a una mujer llamada Joan Peters, porque cree que encontré la cita en su libro. Pero la verdad es que encontré la cita diez años antes de la publicación del libro de Peters y la utilicé en varias ocasiones en debates y discursos. Cuando Finkelstein lanzó su absurda acusación, inmediatamente la informé al Presidente de la Universidad de Harvard y al Decano de la Facultad de Derecho y pedí que fuera exhaustivamente investigada. Harvard designó a su ex presidente, Derek Bok, para investigar la acusación. Después de una exhaustiva investigación la consideró completamente frívola. Pero para los perros de la difamación esto sólo viene a demostrar que Harvard debe ser parte de la conspiración pro-Israel.
La segunda acusación es que estoy a favor de la tortura, a pesar de mis repetidas y categóricas declaraciones en mis escritos de que me opongo a toda tortura en cualquier circunstancia. Creo que la tortura se utilizará, no que debería utilizarse, en caso de que alguna vez experimentemos una situación de bomba de tiempo. Por consiguiente, he sugerido que nunca debe ser permitida la tortura sin una orden judicial aprobada, del tipo que la ACLU ha exigido en los casos de asesinato selectivo. Pero para los perros de la difamación, esta distinción es irrelevante. Ya que soy pro Israel, tengo que ser partidario de la tortura. Esto es particularmente irónico, ya que tanto la Autoridad Palestina como Hamas, rutinariamente, torturan a disidentes, sin que sus líderes sean considerados partidarios de la tortura por los mismos difamadores de extrema izquierda que me acusan falsamente.
La más reciente suelta de los perros de la difamación se vio estimulada por la posición que tomé en una conferencia de BDS en el Brooklyn College. Aunque apoyo que la conferencia siga adelante, y me opongo a cualquier intento de censurarla, formulé preguntas preocupantes acerca de si el departamento de ciencias políticas del Brooklyn College debía patrocinar y respaldar esa promoción del evento, si no estuviera dispuesto a patrocinar y apoyar un evento anti- BDS de un igualmente radical grupo de derechas anti-palestino. Mi posición, por supuesto, ha sido distorsionada, y he sido agrupado con aquellos que censuran el evento. Me han llamado un hipócrita porque, al parecer, el departamento de ciencias políticas en la UPENN, una vez, copatrocinó un discurso anti-BDS que pronuncié allí, a pesar del hecho que desconocía totalmente este patrocinio y me habría opuesto si lo hubiera sabido. Se me informó, y hasta ahora creo, que el evento había sido patrocinado por Hillel y la Federación Judía. En la misma línea, dos miembros del departamento de ciencias políticas del Brooklyn College han afirmado que mis discursos allí fueron patrocinados por el departamento y eran tan polémicos como el evento de promoción del BDS. Eso es totalmente falso. Por lo que puedo recordar pronuncié tres discursos en el Brooklyn College: uno, la conferencia Konefsky a finales de los años 1960 o principios de los 1970, que fue un discurso puramente académico centrado en la obra del profesor Samuel Konefsky. No había nada polémico acerca de dicha conferencia. En segundo lugar, un discurso que fui invitado a pronunciar cuando doné mis trabajos al Brooklyn College. Nuevamente no muy polémico. Y en tercer lugar, una charla que di en 2008 acerca de mis profesores en el Brooklyn College y acerca de una carta de Thomas Jefferson que había encontrado en una librería. Nuevamente, no particularmente polémico.
¿Por qué, entonces, existe un esfuerzo concertado para atacarme personalmente y cuestionar mi integridad cada vez que hablo acerca de Israel? Tiene poco que ver conmigo, porque mis atacantes saben que puedo contraatacar y que mi posición académica no será, de ninguna manera, influenciada por sus ataques. Los ataques están dirigidos contra jóvenes académicos sin titularidad que se atrevieran a hablar en nombre de Israel. El mensaje es claro: Si usted apoya a Israel, lo atacaremos igual que atacamos a Dershowitz, pero le dolerá mucho más que a Dershowitz. Dañaremos su reputación, perjudicaremos sus evaluaciones por parte de los estudiantes y disminuiremos sus posibilidades de titularidad. No debería ser ninguna sorpresa, por lo tanto, que tantos jóvenes académicos pro-israelíes se nieguen a hablar. Lo sé porque me llaman y discretamente me hablan sobre el miedo que tienen de ser sometidos al mismo tipo de tácticas macartistas a las que yo estoy sometido.
Es por eso que voy a seguir contraatacando y respondiendo cada vez que los perros de la difamación se suelten contra mí.
*NT: Falacia que ocurre cuando, en lugar de refutar la verdad de lo que se afirma, se ataca a la persona que hace la afirmación (Introducción a la Lógica – Irving M. Copi – EUDEBA – pag.84).
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
Difusión: www.porisrael.org
No hay que claudicar en la defenza de la verdad.Lo felicito señor Alan M. Dershowitz por su valentia y su lucidez en la lucha por defender la verdad.El academico Norman Finkelstein es un farsante.Este señor en su obsecion de difamar a Israel a perdido la objetividad.Dice este Sr.,en una de sus charlas,que la corte internacionalen abrumadora mayoria,dictamino que en conflicto belico entre dos naciones,la nacion vencedora no tiene derecho a quedarse ni siquiera con un centimetro de territorio del pais vencido.Apoyado en este dictamen,este señor difama a Israel de apoderarse de enormes extensiones del «pais»de los palestinos como resultado de las guerras.Una pregunta muy simple desarticula la farsa de este academico:Cuando israel tuvo conflicto belico con un ejercito de un pais llamado palestina?