Dore Gold
Jerusalem Center for Public Affairs
A pesar que la identidad del próximo Secretario de Estados Unidos puede tener, para Israel, derivaciones de largo alcance, se debe guardar distancia de la discusión interna norteamericana con respecto a la posición del ex Senador Chuck Haguel para el cargo. De pronto, no es posible abstenerse de un aspecto de la cuestión referida a la historia de las relaciones Estados Unidos-Israel. Hace poco, David Ignatius, uno de los destacados columnistas en The Washington Post, intentó comparar entre la concepción de mundo de Haguel y la del Presidente Dwight Eisenhower, que se vio obligado a enfrentar la operación conjunta de Gran Bretaña, Francia e Israel contra Egipto, encabezada por Nasser. Ignatius destaca, en especial, cómo en 1956, Eisenhower estuvo dispuesto a hacer uso de las sanciones con el objetivo de forzar, al entonces jefe de gobierno, David Ben Gurion, a retirarse de Sinaí. ¿Es posible ver en la política de ejercicio de presión sobre Israel, por parte de Eisenhower, una historia exitosa que funcionó a favor de los intereses norteamericanos? ¿El propio Eisenhower estaba interesado en ser recordado como dueño de ese legado?
En el libro “Eisenhower And Israel”, publicado en 1933, el Profesor Ytzhak Alteras, reveló que Eisenhower lamentó su política. En una entrevista, mantenida en 1965, con el líder judío republicano Max Fisher, Eisenhower dijo: “Usted sabe, Max, mirando hacia atrás, a Suez, me arrepiento de lo que hice. Nunca debí ejercer presión sobre Israel para retirarse de Sinaí”. Richard Nixon, que era secretario de Eisenhower, confirmó las palabras y hasta comentó que Eisenhower dijo que, la crisis de Suez, fue el punto de mayor inoperancia en la política exterior de su gobierno. ¿Por qué cambió Eisenhower su opinión? La principal reflexión de su gobierno fue que el distanciamiento de Israel ayudaría en la creación de un sistema de alianzas en Medio Oriente en el marco de la Guerra Fría –por ejemplo el famoso Pacto de Bagdad- y ayudaría a Estados Unidos a frenar a la Unión Soviética. Pero esa estrategia se volvió como un boomerang.
En la práctica, el apoyo de Eisenhower a Nasser (1956), fortaleció significativamente al líder egipcio y condujo a una ola de revueltas en el mundo árabe que requirieron, al final, la intervención militar occidental en Líbano y Jordania.
A continuación, como consecuencia de la tormenta revolucionaria que llegó tras la crisis de Suez, fue derrocado el gobierno hashemita en Irak, en 1958. Los nuevos líderes imitaron a Nasser y adoptaron la orientación anti-occidental, El Pacto de Bagdad, con cobertura norteamericana, colapsó y la Unión Soviética logró levantar bases a lo largo de la región.
La nueva tendencia de Eisenhower, que cambió tras su gestión, influyó directamente en Medio Oriente en vísperas de la Guerra de los Seis Días, un decenio antes. En 1957, el Secretario de Estado de entonces, John Foster Dulles dijo a Abba Eban, quien se desempeñaba en un cargo doble ( como embajador de Israel en Estados Unidos y en la ONU), que las declaraciones norteamericanas, en relación a la retirada israelí de Sinaí, “serían libres de vigencia obligatoria”.
Al mismo tiempo, cuando el presidente Lyndon Johnson llamó a Eisenhower, en mayo de 1967, y preguntó sobre la última decisión de Nasser de bloquear la libertad de navegación de Israel por el Golfo de Eilat, Eisenhower declaró que Estados Unidos “se comprometió” en su momento con Israel que, si los egipcios cerraban a la fuerza el Estrecho de Tiran a las naves israelíes, ese país tendría la libertad de materializar su derecho a la auto-defensa.
William B. Quandt, quien se desempeñara en el período de Nixon y Carter, escribió que tras la Guerra de los Seis Días, el Presidente Johnson y sus asesores se mantuvieron firmes en no adoptar la tendencia de Eisenhower, de 1956. Se negaron a obligar a Israel a retirarse de territorios que las FDI ocuparon durante la guerra, sin que sea alcanzado inicialmente un acuerdo de paz. Esa decisión se convirtió en el principio básico de la resolución 242 del Consejo de Seguridad.
Eisenhower será siempre recordado como el comandante de las fuerzas de los aliados durante la Segunda Guerra Mundial que derrotara a la Alemania Nazi y ayudara al rescate de los sobrevivientes del judaísmo europeo. Su política, en la crisis de Suez, fue tal que el propio Eisenhower no quería ni recordarlo.
http://www.jcpa.org.il/Templates/showpage.asp?FID=900&DBID=1&LNGID=2&TMID=99&IID=27525
Att. CIDIPAL
Debes estar conectado para publicar un comentario. Oprime aqui para conectarte.
¿Aún no te has registrado? Regístrate ahora para poder comentar.