Concierto surrealista de la cantante israelí Rita en la Asamblea General de la ONU

Dentro de la sala de la Asamblea General, en el edificio de las Naciones Unidas en Nueva York, a veces parecía que el Mesías había llegado o que el mundo se había vuelto del revés, Bizarro, como en las historietas de Superman: Rita, una de las intérpretes más populares de Israel, estaba cantando en farsí y hebreo; los israelíes estaban bailando en los pasillos: diplomáticos de todo el mundo aplaudían y pedían más; el embajador israelí Ron Prosor fue el héroe del día; el Secretario General Ban Ki Moon dijo «shalom» y el Presidente de la Asamblea General, Vuk Jeremic, resultó que proviene de una familia de Justos entre las Naciones.

Fue, sin duda, una noche para recordar, un recuerdo para atesorar, un espectáculo de producción israelí del tipo que no se había visto en la Asamblea General desde que el embajador Herzog despedazó, en 1975, esa resolución Sionismo es Racismo. Sólo que esta vez, fue al revés: «¿Por qué esta noche es diferente de todas las otras noches?» me preguntó un Prosor exultante y consciente de la época: «¿Por qué esta noche, contrariamente a todas las noches anteriores, las Naciones Unidas están unidas detrás de Israel y se albergan bajo las alas de Rita?».

Las alas a las que Prosor se refería provenían de la canción de Haim Bialik «Hachnisini Tahat Knafech» – «Bajo Tus Alas» – una canción popular israelí que fue interpretada en el concierto de Rita «Melodías para la Paz», presentado en la sede de Naciones Unidas la noche del martes. La famosa plataforma, debajo del gigante símbolo de color oliva de la ONU, fue convertido en un escenario para conciertos de rock, incluyendo una máquina de humo, luces estroboscópicas y un conjunto de rock estridente de 9 miembros que tocaba música persa-israelí con ligeros toques de Klezmer como arranque.

El auditorio, que para la mayoría de los israelíes y los judíos de la diáspora ha llegado a estar asociado con la dura retórica anti-israelí, el frío aislamiento diplomático y las humillantes derrotas políticas a manos de la «mayoría automática», de pronto tuvo un ambiente cálido y un público admirado, compuesto por expatriados iraníes, diplomáticos israelíes, empleados de la ONU y representantes de 140 delegaciones a la ONU que les pedían a sus colegas israelíes invitaciones para el show y la experiencia.

Prosor tuvo la idea para el concierto en la ONU, cuando vio a Rita actuar en Nueva York, en farsi y en hebreo, hace siete meses. Presionó a Ban Ki Moon y a Jeremic hasta que consiguió su acuerdo, pero luego tuvo que repeler incontables intentos de empleados de la Secretaría de la ONU para hacer naufragar el concierto por temor a que «sentaría un precedente» o que molestaría a otras delegaciones. Después de haber eliminado los últimos obstáculos, Prosor fijó la fecha para el concierto de Rita, después de haber obtenido los patrocinios de Y&S Nazarian Family Foundation,  con sede en Los Angeles, la Iranian American Jewish Federation de Nueva York, y  UJA Federation de Nueva York.

Ban Ki Moon abrió la velada con la palabra «shalom» y describió a Rita como «una embajadora cultural». Luego vino Jeremic, quien anunció que pronto sería el primer presidente de la Asamblea General, en funciones, en visitar a Israel, donde participará en una ceremonia de Yad Vashem, en la que miembros de la familia de su abuela de Belgrado, serían reconocidos como «Justos entre las Naciones» por salvar judíos durante el Holocausto.

Entonces, presentando a Rita, Prosor dijo: «Siempre tuve la esperanza de que un día estaría en el acto de apertura para Rita en un lugar importante de la ciudad de Nueva York. Aunque, lo admito, nunca esperé que sería en la forma de los Tres Tenores: «Ban, Prosor y Jeremic».

«Es nuestra sincera esperanza que esta noche haga eco musical desde Nueva York hasta los corazones y las mentes de las personas en todo Israel e Irán», agregó Prosor, y luego le pidió a Rita «rockear la casa», lo cual hizo.

La popular cantante israelí entregó una interpretación de diez canciones que incluyeron cinco canciones en farsi, cuatro en hebreo y una – «Tiempo para la Paz» – en Inglés. Deleitó a la audiencia con historias de su infancia en Teherán, sobre el amor de su madre por la música y por su propio deseo de difundir el amor a lo largo y ancho entre su lugar de nacimiento y su patria. Su fuerte voz resonó en la sala, que nunca había visto un grupo de tan alegres israelíes, entre ellos entusiastas fanáticos de Rita que trataron de lograr que los diplomáticos de la ONU bailaran con ellos cerca del escenario y abajo por los pasillos, aunque resultó ser un puente demasiado largo de cruzar para los generalmente rígidos y formales enviados.

Hubo un montón de bombo y artilugios en la noche y, seguramente, está destinado a ser usado y abusado para propósitos de hasbara [NT: esclarecimiento] – pero la mayoría del público, al parecer, salió del edificio con sonrisas genuinas en sus rostros. Todos sintieron que fue una velada única, con la ONU, de todos los foros, proporcionando un lugar tan cálido y hospitalario para tan icónica cantante israelí con un mensaje tan positivo, sin incluir a palestinos ni política.

Incluso hastiados periodistas, como el que escribe este informe, estaban conmovidos, sabiendo que habían sido testigos de un evento que nunca antes habían visto, al menos desde un punto de vista israelí, y es poco probable que sea visto una y otra vez, por un muy largo tiempo.