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| lunes diciembre 23, 2024

¡Dayenu! ¡Ya Basta!


David M. Weinberg

31 de marzo de 2013

Israelhayom.com

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Tengo un sueño: los israelíes despiertan de su letargo y dicen Dayenu – hemos concedido lo suficiente por el bien de la paz con los palestinos.

¡Oh, cuánto nos hemos comprometido y concedido por el bien de la paz con los palestinos!

Hace dos décadas nos dijeron que hablar directamente con la OLP era necesario para la paz, a pesar del monstruoso historial terrorista de esa organización. Crear la primera autoridad de autogobierno en la historia palestina, en Gaza y Jericó, también era necesario para la paz, nos dijeron.

Y dijimos Dayenu – hemos tenido suficiente conflicto, viviremos con esto, por el bien de la paz.

Se decía que armar a la fuerza policial de Yasser Arafat con decenas de miles de fusiles y otros equipos militares, era también necesario para la paz. Aun cuando esta fuerza «policial» y otras fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina se multiplicaron más allá de los números permitidos por el acuerdo con Israel, e incluso cuando estos «policías» dispararon contra soldados de las FDI y civiles israelíes, dijimos Dayenu – de alguna manera, viviremos con esto. La paz nos obliga a mirar hacia otro lado.

Hacer la vista gorda ante los abusos de derechos humanos de la AP, la negación del Holocausto y la virulenta propaganda antisemita, también era necesario para la paz, se nos explicó. Y, de mala gana, dijimos Dayenu – viviremos con esto.

Después, era imprescindible darle a Arafat más tierra en Judea y Samaria para que pudiera «consolidar su régimen». Así que firmamos el acuerdo de Oslo II, entregando más del 30 por ciento de la Margen Occidental, a pesar del hecho que la AP no había cumplido con sus obligaciones en virtud del tratado original de Oslo. Y otra vez dijimos Dayenu – viviremos con esto.

El compromiso de la AP de combatir el terrorismo resultó ser irregular y esporádico. Disparos al azar contra vehículos de pasajeros israelíes e intentos de atentados en carreteras se convirtieron en tan rutinarios que ya dejaron de hacer titulares. Después, la Ciudad de nuestros Patriarcas fue entregada a la AP, con establecimiento de medidas mínimas de seguridad para la protección de los residentes judíos de Hebrón.

Pero dijimos Dayenu – viviremos con esto, con la esperanza de que llegaría la paz.

El acuerdo de Wye nos comprometió a otras tres retiradas programadas: primero un 13 por ciento más de territorio, después otro 9 por ciento. Esto colocó al 98 por ciento de la población palestina de los territorios bajo control de Arafat, junto con cerca del 45 por ciento de la tierra y algunos importantes recursos acuíferos de las montañas. Algunas poblaciones judías se convirtieron en bolsones aislados dentro del territorio controlado por los palestinos. Arafat volvió a prometer cumplir con sus obligaciones originales según los tratados. Y dijimos Dayenu – viviremos con esto.

Como un gesto de nuestra buena voluntad, comenzamos a liberar de las cárceles a los delincuentes de seguridad palestinos «sin sangre en sus manos»; después liberamos asesinos que tenían sangre palestina en sus manos; después liberamos terroristas cuyas manos habían derramado sangre judía. Apretamos los dientes y dijimos Dayenu – no tenemos más remedio que vivir con esto.

Hicimos la vista gorda a la progresiva pero clara toma de posesión, por parte de la AP, de Jerusalén, nuestra “capital unida”. Nos mantuvimos desventurados mientras la AP construyó un edificio del «parlamento» dentro de las fronteras de Jerusalén; mientras los hombres de seguridad de la AP se convirtieron en los reales guardianes en el Ciudad Vieja; y mientras el wafq emprendió masiva construcción ilegal en el Monte del Templo, junto con la destrucción deliberada de reliquias judías y capas de la historia arqueológica que se remonta a los tiempos del Templo.

Fue duro, pero dijimos Dayenu – soportaremos el insulto porque la paz requiere comprometerse.

En el verano de 2000, Arafat comenzó a resoplar y amenazar a Israel, hablando sobre un renovado conflicto armado y de una declaración unilateral de condición de estado. Una vez más, se suponía que digamos Dayenu – tragaremos esto por el bien de la paz. Pero nuestra paciencia comenzó a agotarse.

Sufrimos más de dos años de violencia terrorista y atentados suicidas antes de lanzar la Operación Muro Defensivo y, entonces, comenzamos a construir la valla de seguridad. Israel había ido demasiado lejos, y la gente comenzó a cuestionar y protestar contra el proceso de paz.

En Camp David en 2000, Taba en 2001 y 2008 en Jerusalén, la AP rechazó las ofertas israelíes de condición de estado que les habría dado un estado prácticamente en toda la Margen Occidental, Gaza y Jerusalén oriental. La AP también perdió Gaza, bajo control de Hamas.

En 2009 los palestinos plantearon imposibles y escandalosas condiciones previas para entrar en cualquier conversación de paz con Israel. Básicamente, exigieron que Israel cediera en todos los puntos de la disputa, tales como fronteras y asentamientos, antes de las negociaciones: un estado en todos los territorios anteriores a 1967 con sólo «posibles intercambios menores y de mutuo acuerdo de tierras de igual tamaño y valor»; el «derecho de retorno a Israel para los refugiados tal como se especifica en la Iniciativa de Paz Árabe», y así sucesivamente.

En este punto, la mayoría de los israelíes dijo Dayenu – realmente tuvimos suficiente. El proceso de paz es un espejismo.

En 2012, Abbas y Fayyad tratado de poner patas para abajo el marco establecido para la paz; obtener su condición de estado «declarado» por la comunidad internacional, sin tener que comprometerse con Israel; reclamar el resultado final del «proceso de paz» sin tener que comprometerse en ningún proceso.

Abbas se presentó ante la Asamblea General de la ONU y exhortó a la comunidad internacional a «obligar al gobierno de Israel a respetar las Convenciones de Ginebra» e «imponer una solución» (un estado palestino) a Israel. Acusó a Israel de numerosos crímenes, incluyendo limpieza étnica, terrorismo, racismo, conflictos, incitación religiosa, apartheid, demolición de viviendas, desposesión, encarcelamiento de «soldados de la libertad», colonización con asentamientos, y más. Amenazó con «criminalizar y penalizar la presencia de Israel como potencia ocupante en todo el territorio palestino ocupado» a través de la Corte Penal Internacional. Entonces la ONU «reconoció» una especie de estado virtual de la AP, contra las objeciones de Israel. Abbas, por supuesto, se aferró a su negativa de iniciar conversaciones de paz directas e incondicionales con Israel.

A estas alturas, los israelíes estaban sobrepasados de Dayenu. Ningún proceso de paz parecía pertinente o posible.

Y sin embargo, Israel siguió transfiriendo cientos de millones de shekels para apuntalar la economía palestina, para iniciar y fomentar los proyectos internacionales de desarrollo en la AP, para respaldar las solicitudes de la AP de mega-préstamos y subvenciones del FMI y otros países donantes, y más. ¿Y el mundo? Continuó exigiendo gestos y concesiones israelíes y retiradas para apuntalar a la AP y al «proceso». El presidente de EE.UU., Obama, llegó para darle a Israel una conferencia sobre «justicia» para los palestinos y la necesidad de que los israelíes «demanden» que sus líderes presionen más por la paz. Basta de «ocupación», dijo Obama.

¿Qué pasó entonces? Bueno, anoche tuve un sueño. Y en este sueño, esto es lo que pasó. Se desarrolló una reacción israelí. El Pueblo de Israel despertó de su letargo y dijo ¡Dayenu! ¡Ya Basta! Un millón de israelíes acudieron a un acto masivo en Tel Aviv para declarar que ninguna cantidad de amenaza o violencia palestina, ni ningún grado de presión internacional, lograría empujarnos más allá de nuestras líneas rojas de seguridad o despojarnos de nuestros tesoros nacionales y religiosos.

Haremos la paz con los palestinos, declararon abrumadoramente los israelíes, pero no habrá un retorno a las fronteras de 1967; ninguna destrucción de ciudades israelíes en Judea y Samaria; ninguna afluencia de refugiados palestinos; ninguna renuncia a la soberanía en Jerusalén; y ningún verdadero proceso diplomático hasta que Hamas esté castrado, Gaza desmilitarizado y la educación para la paz reemplace a la incitación antisemita en la AP. ¡Dayenu, proclamaron!

Y frente a la consensuada determinación israelí, la AP demandó la paz sobre condiciones razonables, y la tranquilidad reinó en la Tierra de Israel.

http://davidmweinberg.com/2013/03/31/dayenu-dream/

Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld

Difusión: www.porisrael.org

 
Comentarios
Silvia Schnessel

Suscribo el texto íntegramente.

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