Se Necesita Un Cambio Total De Actitud, Para Frenar La Bomba Nuclear De Irán

Ana Jerozolimski

Semanario Hebreo. Uruguay

El esfuerzo de la República Islámica de Irán por adquirir poderío nuclear ha sido hasta ahora extremadamente exitoso y Occidente, por el momento, ha obtenido un rotundo fracaso en sus esfuerzos por frenarlo. Es que sería un craso error medir el éxito iraní únicamente en términos de la bomba armada y pronta para usar. Hasta ahora, el régimen de los Ayatollas ha conseguido continuamente  ganar  tiempo, avanzando gradual pero decididamente en su programa nuclear, de modo que cada vez les falta menos para el momento de la verdad, o sea para el armado mismo de la bomba.

Según los máximos expertos israelíes en la materia, desde el momento que Irán decida pasar de los preparativos al armado concreto, práctico, de la bomba atómica, podría necesitar –en el peor de los casos-solamente un mes para ello, o algo más, según previsiones algo más optimistas. O sea: tiene los elementos necesarios para la bomba y le faltaría un muy corto tiempo para completar el proceso.

Uno de los elementos claves es la cantidad de uranio enriquecido en su poder.

Irán ya tiene uranio enriquecido a un nivel de 3.5% en cantidad suficiente para 6 bombas atómicas. Y de uranio enriquecido al 20% (lo cual supone que ya hizo la mayor parte del trabajo en camino al enriquecimiento a nivel militar de más del 90%), para una bomba. Pero aquí entra en juego un elemento interesante de la forma en que Irán maniobra ante Occidente, riéndosele en la cara. Un alto oficial del ejército israelí señaló que Irán se cuida formalmente de no pasar la línea roja que el Primer Ministro Benjamín Netanyahu le marcó en la Asamblea General de la ONU en aquel famoso discurso con el dibujo de la bomba, en términos de uranio enriquecido, pero de hecho, los expertos saben que en solo una semana alcanzarían a devolver a uso militar el uranio que derivaron a ser usado como combustible nuclear en el reactor de Teherán, usado para fines pacíficos de energía.

“En la práctica, ya cruzaron la línea roja”, explicó el General (Reserva) Amos Yadlin, ex Jefe del Servicio de Inteligencia, hoy director del prestigioso Instituto de Investigaciones de Seguridad Nacional , en uno de los paneles centrales durante la conferencia anual que tuvo lugar esta semana en Tel Aviv.

Esto se ve agravado por el hecho que Irán ha introducido un gran número de centrifugas sofisticadas que en mucho menos tiempo que las comunes antes en funcionamiento, pueden enriquecer el uranio necesario a nivel militar, lo cual significa que  muy rápidamente, desde el momento que tomen la decisión, pueden tener en sus manos la bomba lista.

Cabe recordar que originalmente, la línea roja del Premier israelí era la instalación de 3000 centrifugas en Fordu, bajo la montaña, donde se estima que se enriquece uranio preparándolo para nivel militar. Luego se pasó a 250 kilos de uranio enriquecido. El cambio de la línea roja permitió a Israel no atacar ya hace unos meses las instalaciones nucleares de Irán, dando más tiempo a las sanciones y a la diplomacia, aunque el uranio derivado para combustible nuclear, si se computa, ya hace cruzar la línea. Sea como sea, con las nuevas centrifugas, en muy pocos meses estarían violando la línea roja de cantidad de uranio visto como “límite” aceptable.

Lo importante de recordar es que precisamente para que pueda evitarse llegar a usar la fuerza militar, justamente para que la diplomacia surta efecto y las sanciones amedrenten a Irán, es que la amenaza de un ataque debe ser creíble, real.

Irán no le cree hoy a Estados Unidos y presta mucha atención cuando el Presidente Barack Obama habla repetidamente sobre el regreso a casa y sobre el deseo de dejar atrás las dos guerras que ha librado Estados Unidos en la última década, en Afganistán e Irak. Cabe suponer que cree más en las intenciones de Netanyahu, pero considera que Israel no actuará solo, sin ayuda norteamericana.

El objetivo debe ser, precisamente para evitar una guerra, actuar con una firmeza tal e imponer sanciones de tal magnitud, que Irán comprenda que el mundo habla en serio. Que teman por la caída del régimen. Que comprendan que tienen que renunciar al plan nuclear militar a menos que deseen que el país y su gobierno paguen un altísimo precio.

Se debe crear una situación en la que la dictadura teocrática iraní tema por su supervivencia. Salvar el régimen, les resultará lo principal. Renunciarán a ideologías con tal de preservarlo.

El mundo, por ahora, no ha estado a la altura de las necesidades. Según los expertos del mencionado Instituto en Tel Aviv, las propuestas de Occidente a Irán en todas las rondas de negociación, son cada vez más flexibles..y todas son rechazadas por Irán, que sigue ganando más y más tiempo.

De nada de esto se hablaría si Irán no estuviera gobernado por un régimen fundamentalista fanático, el único del mundo que exhorta a destruir a un Estado miembro de la ONU (Israel), mientras impone terror entre su propia gente, ejecutando a un promedio de tres ciudadanos por día(¡).

El tiempo apremia. Y probablemente, el primero que tenga que tomar decisiones, antes de que sea tarde, sea Israel.

Ojalá el mundo despierte.