Eduard Yitzhak
Porisrael.org
Tony Blair ha señalado que el asesinato de Lee Rigby demuestra que hay un problema dentro del Islam.
El ex Premier británico Tony Blair es un conocedor de primera mano del Islam. Su cuñada Lauren Booth nacida cristiana se convirtió a la religión de Muhammad, después de haber tenido “una maravillosa experiencia en un templo islámico en Irán” según relató ella misma al The Mail on Sunday el 24 de octubre de 2010 [1], añadiendo que “Siempre consideré la Ummah (comunidad de fieles musulmanes) un lugar que rebosa amor y paz y estoy orgullosa de formar parte de ella», «Ahora rezo cinco veces al día y de vez en cuando voy a una mezquita», agregó Laureen Booth, periodista y ex activista de los derechos humanos, que dijo que no excluía la posibilidad de llevar incluso burka en el futuro.
Tony Blair, como los políticos y líderes de opinión británicos saben que la mitad de las mezquitas de Gran Bretaña (más de 600 de las 1.350 mezquitas británicas) están a cargo de la tendencia musulmana Deobandi, movimiento musulmán dominante en Afganistán y Pakistán que predica el yihadismo y está radicalmente en contra de las influencias de los “inmorales infieles” de Occidente. [2]
Estas “perniciosas influencias inmorales de los infieles judíos y cristianos” son la democracia, la supremacía de la ley del estado sobre la religión, la separación de religión y política, la religión como tema privado y no público, la igualdad de género, la libertad de culto, fe y religión, el derecho a apostatar y a la conversión a otra religión, la libertad de prensa, y la libertad en general.
Tony Blair ha declarado al mismo diario británico, The Mail on Sunday, el domingo 2 de junio de 2013 que “hay un problema dentro del Islam”, y es uno de los primeros políticos que se aparta del argumento buenista de que el Islam en una religión pacífica que no debe ser corrompida por las acciones de unos pocos extremistas. El ex premier ha instado a los gobiernos a ser honestos y admitir que el problema es más generalizado.
La mitad de las mezquitas predican el odio contra el no-musulmán, la muerte del infiel, el sometimiento de la humanidad al Islam. Más de 600 de las 1.350 mezquitas con jeques e imanes que exaltan el martirio, el islamismo, el odio a la alteridad no es una minoría que malinterpreta el Corán, ni una minoría que inculca valores nihilistas y destructivos.
Todas las religiones tienen extremistas, pero ¿dónde y cuándo grupos jasídicos judíos o monjes y monjas de clausura se han explotado y asesinado a “infieles” en nombre de la fe de Moisés o de Jesús?
Los judíos y cristianos tienen grupos religiosos que llevan una vida religiosa al extremo, pero estos se dedican al estudio en yeshivot y en seminarios. Ninguno de estos empuña un arma y asesina a los que no comparten su fe en nombre de su religión, ni de Moisés ni de Jesús, respectivamente.
Y si hubiera, que no lo hay, algún descerebrado asesino religioso judío o cristiano que lo hiciera, no tendría en absoluto el apoyo del resto de sus compañeros y correligionarios, sería rechazado y repudiado absolutamente.
¿Pero, qué pasa con el Islam?
¿Cómo se puede argumentar que está malinterpretado el Islam si la mitad, como mínimo y que se sepa, de las mezquitas apoyan explícitamente el Yihad, la Guerra Santa del Islam?
¿No será que los líderes de opinión y políticos europeos desvían la mirada hacia otra parte, huyen y rehusan analizar los datos que sus propios cuerpos de seguridad les proporcionan en aras de un necio y suicida buenismo?
Los políticos y líderes de opinión tienen el deber de defender a sus poblaciones y encarar la información que sus cuerpos de seguridad les proporcionan, analizar y ser honestos, entender y considerar que el terrorismo es una guerra asimétrica, exigir a los líderes musulmanes obediencia al poder civil, juzgar a los líderes yihadistas.
La permisividad de Occidente ante el totalitarismo islámico es percibida por los islamistas como debilidad, falta de seguridad y ausencia de convicciones de los europeos, lo que refuerza al islamismo.
La democracia es difícil de conseguir y fácil de destruir. Occidente será cubierto del verde y terrorífico manto del Islam si no entiende que su indiferencia y apatía, fruto de falta de nervio y voluntad de ser, son el alimento del totalitarismo, antaño del nazismo, del comunismo, y ahora del islamismo.
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