Masha Gabriel y Marcelo Wio
Revista de Medio Oriente
13 de Junio de 2013
El diario deportivo As volvía a publicar una nota en la que la desinformación y el prejuicio terminan por transmitir una imagen completamente distorsionada de la sociedad israelí.
Sorprende que para un artículo sobre fútbol el periodista elija centrarse en una minoría israelí que precisamente no se interesa por el deporte. Si la idea es realizar una aproximación antropológica al mundo ortodoxo falla al tratar a dicha minoría con el prejuicio del que observa al diferente como un objeto de feria. Que un joven religioso carpintero no conozca a Messi puede resultar curioso si no se entienden las bases de la comunidad a la que el joven pertenece. Algo que evidentemente el periodista no ha intentado comprender.
La comparación de los ortodoxos con las “hormigas” con la que se inicia el artículo, ya muestra en qué plano se sitúa el cronista, quien además asegura que su “práctica religiosa es la más devota de cuantas existen”. ¿Qué significa más devota? ¿Más devota que quién? ¿Que los islamistas Talibanes? ¿Que las monjas de clausura cristianas? ¿Qué los fundamentalistas hinduistas?
Que un periodista deportivo no sepa explicar una minoría no pasa de ser anecdótico, pero que desconozca un equipo deportivo y realice afirmaciones desacertadas parece algo más serio. ¿En qué se basa cuando asegura que el Beitar de Jerusalén “se ha hecho famoso en los últimos años por las connotaciones racistas de sus hinchas y la prohibición de fichar jugadores árabes”?
1- ¿Prohibición? ¿Quién prohíbe? La discriminación racial está prohibida en Israel. ¿Y además, si está prohibido, cómo es que juegan jugadores árabes en el equipo?
2- ¿El Beitar de Jerusalén se ha hecho famoso por su hinchada racista? ¿No tiene nada que ver que haya ganado seis ligas y siete copas en sus 77 años de historia?
Tal vez el periodista se esté refiriendo al grupo de hinchas racistas y extremistas del Beitar llamado “La familia” y que el propio club intenta erradicar. Este hecho no es algo exclusivo del Beitar de Jerusalén, ni mucho menos de Israel. Recordemos la violencia racista denunciada por el jugador brasileño Dani Alves respecto al fútbol español, por ejemplo. La simplificación del periodista equivaldría a asegurar que el Real Madrid se ha hecho famoso por los Ultra Sur o el Barcelona por los Boixos Nois.
No es esta la única afirmación poco sólida. El periodista también asegura que “en 2007 surgió como contrapunto el Hapoel Katamon, otro club de la ciudad que engloba a la comunidad musulmana y a los judíos más liberales.” Pero es que el Hapoel Katamon no surgió como contrapunto al Beitar, sino como cisma del Hapoel Jerusalem creado en 1926.
Otra sorprendente afirmación que publica el diario As es que los habitantes de Jerusalén Este “sí tienen contratado Al Jazeera”, en referencia a que ellos sí pueden y quieren ver los partidos de fútbol. La pregunta que surge entonces es ¿por qué no lo pueden ver en el Canal 1, canal público que transmite los partidos tanto para árabes como para judíos?
Un acercamiento más libre de prejuicios habría tal vez ayudado al periodista a no cometer estos errores.
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