Ron Ben-Yishai
Ynetnews
Israel debe asegurarse de que Obama y Ashton no se deslumbren por el aparentemente moderado presidente electo iraní
Publicado: 16.06.13 / Israel Opinion
La sorprendente victoria de Hassan Rohani en las elecciones presidenciales iraníes, quien es considerado relativamente moderado, es una razón para un optimismo cauteloso dentro de la República Islámica y en occidente. El hecho de que millones y millones de personas votaron por Rohani indica que las sanciones económicas impuestas por occidente están lastimando a los ciudadanos, que las consideran como la causa principal de la difícil situación económica en Irán.
Los resultados de las elecciones también muestran que existe un gran campo pragmático en Irán, que incluye no sólo a los partidarios de los reformistas, sino también a los que apoyan al movimiento conservador, pero prefieren una mejora de la situación económica a través del levantamiento de las sanciones en lugar de continuar enriqueciendo uranio e instalando centrifugadoras.
Exactamente esto fue lo que Rohani propuso durante su debate televisado con los candidatos rivales, y esto también parece ser una prioridad del pueblo iraní en este momento. El hecho de que sus comentarios fueran transmitidos por la televisión, sin censura, indica que, tal vez, esta es también la posición del líder supremo Khamenei, que quiere preparar a los iraníes para un posible giro en las negociaciones nucleares con Occidente.
Otra de las razones para el optimismo es la impresionante forma democrática en que se llevaron a cabo las elecciones. Esto indica que el régimen de los ayatollah y la Guardia Revolucionaria están atentos a sus súbditos, y han aprendido de los disturbios de 2009. En esta ocasión no es el temor a los reformistas «verdes» lo que dicta las prudentes conductas de Khamenei y de la Guardia Revolucionaria, sino un genuino temor por su supervivencia, debido a la posibilidad de que el colapso económico podría conducir, incluso, a que sus partidarios se levanten contra ellos .
Es seguro asumir que Rohani, igual que sus predecesores, finalmente implementará las decisiones dictadas por el líder supremo Khamenei. Así que ¿Por qué su victoria provocó tanto optimismo en Irán y Occidente? Si el presidente electo no es más que una marioneta atada a las cuerdas tiradas por el líder político y religioso supremo, ¿Por qué nos molestamos en analizar los resultados de las elecciones? Porque el presidente no es sólo una figura importante e influyente entre los tomadores de decisiones que están más cerca a Khamenei; es también el jefe de la rama ejecutiva del régimen y, como tal, determina la calidad y el ritmo de la implementación de la política establecida por Khamenei. Entre otras cosas, el presidente dicta la política económica y los métodos para la implementación de reformas. También designa a las personas en puestos ejecutivos de alto nivel y controla el presupuesto de Irán, respondiendo sólo a Khamenei y al Parlamento. Es decir, es una figura muy influyente que podría, a veces, desafiar la autoridad del líder supremo – como Ahmadinejad había hecho en alguna ocasión.
Israel y Occidente están muy interesados en ver cómo la elección de Rohani afectará al programa nuclear militar de Irán. Lo que es casi seguro es que su elección permitirá que el régimen de Teherán compre un poco más de tiempo. Occidente querrá darle a Rohani la oportunidad de establecer su autoridad política, manifestar su tan necesaria nueva política económica y consultar con Khamenei respecto de la posición de Irán en la próxima ronda de conversaciones nucleares con las seis potencias mundiales. Por lo tanto, el Presidente Obama de EE.UU. y los líderes europeos podrían decidir una moratoria, lo que le daría a Rohani más tiempo para organizarse y alcanzar el poder. Tal suspensión, que sería limitada en el tiempo, significaría que occidente se abstendría de imponer sanciones adicionales sobre Irán o de intensificar las existentes. Occidente podría también aceptar la propuesta de Irán de posponer la próxima ronda de conversaciones nucleares.
Mientras tanto, las centrifugadoras ya están girando. Centrifugadoras adicionales, que ya se han instalado, pronto estarán en funcionamiento y, en el futuro se instalarán también centrifugadoras más avanzadas, que enriquecen uranio al triple del ritmo actual. Rohani se instalará en su nueva posición y ganará poder en cuestión de meses, y durante este tiempo Irán se convierta en un país al borde de la capacidad de armas nucleares. Qué pasará después de eso – sólo Dios lo sabe.
Otra posibilidad es que Rohani empleará una táctica similar a la empleada por su antiguo jefe. Cuando los estadounidenses invadieron Irak en 2003 y llegaron cerca de la frontera iraní, el entonces presidente Mohammad Khatami no corrió ningún riesgo y suspendió el proceso de enriquecimiento de uranio, así como también el programa de desarrollo de armas (al menos esto es lo que los estadounidenses afirmaron. La rama de inteligencia de las FDI dijo que Irán no había suspendido realmente estos programas).
En esa época, Rohani actuaba como jefe negociador nuclear de Khatami con occidente. Representaba al Irán moderado y, como hoy, estaba dispuesto a cooperar y llegar a un compromiso. Pero en 2005, cuando los iraníes vieron que los estadounidenses estaban enterrados hasta el cuello en el fango iraquí, reanudaron sin pestañear su programa nuclear, incluyendo el desarrollo de armas. Podríamos ver que esto suceda de nuevo. Rohani estará de acuerdo en desacelerar la carrera hacia una bomba nuclear, a cambio del levantamiento, o suavizar, de las sanciones de occidente y, después de un tiempo, por orden de Khamenei, el enriquecimiento de uranio se reanudará con toda su fuerza. Es difícil ver que occidente y el Consejo de Seguridad impongan de nuevo todas las sanciones. Rusia y China se asegurarán de que esto no suceda.
También hay una tercera posibilidad: Durante la próxima ronda de conversaciones nucleares Irán podría sugerir un compromiso similar al propuesto por occidente, pero en el mismo tendrá suficientes tecnicismos como para que Irán todavía sea capaz de avanzar para convertirse en un país al borde de la capacidad de armas nucleares. Occidente, deslumbrado por la aparente moderación de Rohani, aceptará la propuesta y suavizará las sanciones. Tal situación también deslegitimaría la opción militar israelí o estadounidense – hasta que sea demasiado tarde.
Por lo tanto, debemos estar muy felices por el pueblo iraní y por occidente, pero también debemos asegurarnos de que Obama y Catherine Ashton, jefa de Política Exterior de la UE, no caigan en la trampa que Rohani podría tenderles por orden de Khamenei.
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
Difusion: Porisrael.org
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