«Larga Vida Al Rey…»
Palabras iniciales del himno nacional de Jordania, adoptado en 1946.
Lic. Samuel Leillen
Publicado en «AURORA», 19.6.2013
LA MONARQUÍA JORDANA
Seis meses atrás, el periódico árabe «Al Hayat» anunció desde Londres, citando a Abdallah Rey de Jordania, que dentro de tres meses se renovarían en territorio jordano las tratativas israelíes-palestinas, bajo el ojo vigilante de los americanos. Entonces nos preguntábamos si era posible que Jordania regresara al proscenio regional. Mientras tanto, el anuncio real no se concretó.
Ahora nos inquieta saber si acaso la «Primavera Árabe» se repetirá en el país hashemita, y si la caída de su régimen está próxima. Es evidente el descontento que manifiesta la oposición jordana y que obliga al trono a mantenerse a la defensiva.
En el Reino de Jordania hay dos sectores opositores predominantes:
a) los Hermanos Musulmanes, en su mayoría palestinos. No se puede decir que hubo lucha directa o que hay «deudas de sangre», como entre el régimen egipcio de la época de Mubarak y los Hermanos Musulmanes egipcios. Los Hermanos Musulmanes jordanos no se presentan como alternativa de gobierno, pues están muy estremecidos con lo sucedido en los otros países árabes, en especial las masacres en Siria que además provocaron medio millón de refugiados que buscaron refugio en el reino. No tienen líderes alternativos, no llaman a la revolución – sólo exigen reformas.
¿Qué exigen? Limitar las atribuciones de la monarquía constitucional; fortalecer las atribuciones del Parlamento; elección en las urnas de los líderes nacionales y no por designación del Rey. En líneas generales, aspiran a un régimen parlamentario lejos de poder ser alcanzado.
b) las fisuras más delicadas están entre los veteranos no palestinos de la Banda Oriental. Ellos siempre apoyaron con determinación a la monarquía, y esperan también hoy que ésta les retribuya con ventajas ocupacionales y beneficios monetarios. Cuando el gobierno quiso aplicar medidas económicas modernas, algunas requeridas por las instituciones financieras mundiales – Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, etc. -, y aplicó criterios de «racionalización ocupacional», de «privatización de empresas nacionales» y «contracción de los servicios públicos», «estímulo a la iniciativa privada», etc., las élites políticas de la margen occidental vieron en esas medidas amenaza de fortalecimiento de los sectores palestinos y cierre de ventajas económicas propias, por lo que se consideraron traicionadas, la fidelidad demostrada durante decenios se sintió ignorada, el descontento aumentó en forma riesgosa.
Los líderes políticos reconocen la importancia simbólica del poder de amalgama nacional de la monarquía, no exigen su desaparición, pero preferirían a otras personas en palacio. El actual Rey es hijo del segundo matrimonio del fallecido Hussein y no había sido preparado para la sucesión pues el príncipe sucesor designado desde 1965 era su hermano, El Hassan bin Talal. Abdallah domina muy bien el inglés pero no tanto el árabe, su esposa es británica, lo que resulta «incómodo» pues la familia real son la 43° generación descendiente del Profeta Mahoma, habiéndose originado en el Patriarca Abraham y su hijo Ismael. El estribillo del himno nacional repite:
¡Oh! Usted, Rey de los árabes,
Desde el mejor profeta usted tiene
El honor de la dinastía…
COMPOSICIÓN ÉTNICA
Según el Banco Mundial, la población en Jordania se estima en 6.3 millones de personas, habiéndose duplicado desde 1990, porcentaje significativamente superior al crecimiento en el mismo período del Líbano (39%), Israel (59%), Siria (67%).
RELIGIÓN – El Islam (Sunni) es la religión predominante con 92%, seguido por los cristianos con 6% (mayormente griego-ortodoxos) y un 2% de musulmanes Shi’a y Drusos.
ETNIAS – Mientras que los nativos jordanos son en su mayoría descendientes de aldeanos y beduinos originarios de la Península Arábiga, más de la mitad de la población son descendientes de palestinos llegados durante las guerras de 1948 y 1967. Un millón de ellos están registrados en las agencias de las Naciones Unidas como refugiados. Además, hay minorías jordanas tales como circasianos, chechenos y armenios, y comunidades kurdas, asirias y mandeanos (secta que se desarrolló en los siglos I y II d. C. en las orillas del río Jordán).
Hay también un millón de iraquíes que residen en el país. Cientos de miles de trabajadores procedentes de Egipto, Siria, Indonesia y el sur de Asia trabajan como empleadas domésticas y en la construcción. No olvidemos unos cuantos miles de residentes de origen libanés que emigró a Jordania cuando la guerra civil estalló en su país natal, residiendo principalmente en la capital Ammán.
LA LEALTAD TRIBAL
Si bien en los primeros momentos, tras las grandes sorpresas y expectativas, la «Primavera árabe» incluyó lemas políticos y reclamos democráticos, pero el incentivo definitorio era la situación económica que caracterizaba a los países afectados, el contraste entre la sociedad tradicional imperante y el modernismo, lo bajo del nivel de vida, las dificultades económicas, la falta de esperanza.
Hay quienes sostienen que en el Medio Oriente hay tres etapas en la vida: infancia, pubertad, y la edad de la espera permanente – el esperar conseguir trabajo, el esperar poder contraer matrimonio, el esperar la oportunidad ansiada – y la espera se prolonga sin que haya viso de esperanza.
No fue el estallido popular de fines del 2010 de los países vecinos un punto crucial en la historia de la dinastía que nos ocupa. El punto clave lo debemos ubicar en la temprana muerte del Rey Hussein. Los problemas que afligen a la población jordana son continuación directa de la realidad existente al ocupar el trono el actual Rey Abdallah II, el 7.2.1999.
Es decir, hay descontento del funcionamiento gubernamental, pero por otra parte hay fidelidad al trono que aspira ser recompensada con beneficios económicos por su colaboración así como venía sucediendo desde los graves sucesos de septiembre del 1970, cuando el conflicto armado entre la Organización para la Liberación de Palestina y Hussein de Jordania.
Septiembre Negro fue el fin del sueño de panarabismo para muchos árabes en todo el Oriente Medio. La guerra de hermanos contra hermanos, de jordanos e iraquíes contra palestinos destruyó la visión de un mundo árabe unido. Casi todos los historiadores opinan que los hechos de Septiembre Negro eran inevitables. El rey sabía que si se continuaba restringiendo su autoridad disminuiría hasta que él controlaría solo su palacio, o los palestinos le asesinarían. La recompensa por la ayuda es «deuda eterna».
PERSPECTIVAS
Jordania es un país pequeño con una economía estrecha. De aquí que no hay manifestaciones masivas y no hay muertos en las calles. Las manifestaciones callejeras están controladas y son soportadas por el régimen. Además, las decepciones de la «Primavera árabe» en otros países son tan evidentes, que debilitaron los intentos de copiarlas – la experiencia ajena ha fortalecido la decepción.
Para el Reino Jordano es decisiva la estabilidad económica, que debe desarrollarse sobre tres escenarios en pugna: el Islam político, la identidad étnica, la referencia tribal. Son los mismos factores que están desangrando a Siria en un torbellino religioso, étnico y tribal. ¿Pasará lo mismo en Jordania?
Al analizar la situación interna jordana, debemos tomar en cuenta los siguientes factores:
- · Participación de las élites políticas en la conducción del país;
- · Lealtad del ejército a la monarquía;
- · La ubicación geográfica de Jordania en el Centro del Medio Oriente.
EL REY Y LA ÉLITES – Hussein es considerado el arquitecto de la moderna Jordania, y fue apreciado como «uno del Pueblo». La era de Hussein I de Jordania también señaló crecientes índices de escolaridad, que derivaron en un aumento rápido de la tasa de alfabetización en Jordania. A comienzos de su reino en 1952 dicha tasa alcanzaba al 33%, y llega hoy al 92,6% del total de la población.
Se han provocado fisuras en este delicado tejido. El actual Rey ha pasado una educación británica, y su inglés es muy apreciado en sus relaciones internacionales, pero su árabe provoca incomodidades frente a los jefes de las tribus, lo presenta como alejado de la población y sus necesidades, y no acostumbra a compartir con ellos reuniones de café en alguna carpa del desierto.
Abdala II insiste en el fortalecimiento progresivo del Parlamento, anuncia que los partidos se consolidarán y en el transcurso de los años el país será parlamentario. Hubo unas 110 leyes con sanciones organizativas y 40 modificaciones a la constitución, pero ninguna alteró las atribuciones de la dinastía reinante. Las leyes electorales están redactadas de tal manera que jamás los partidos políticos podrán adquirir preponderancia alguna.
LOS ORGANISMOS DE SEGURIDAD – El ejército jordano recibe fuerte sostén de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, que redunda en la capacidad de sus integrantes y en la posibilidad de enfrentar las amenazas a la seguridad nacional.
Hay unos 50 mil efectivos jordanos en unidades «protectoras de la paz» de las Naciones Unidas, que se ocupan de defensa militar, asistencia médica, instrucción de policías locales y caridad. Jordania ocupa el tercer lugar entre los países del mundo por las proporciones de esta participación.
El ejército sigue siendo leal como lo fue siempre, si bien aquí también se han registrado algunas fisuras. La importancia de su lealtad resulta crucial después que Jordania le perdió la confianza a los Estados Unidos, dudan que los americanos los apoyen en momentos críticos así como abandonaron al Presidente egipcio Mubarak.
LA UBICACIÓN GEOGRÁFICA – Históricamente la política jordana siempre tuvo fuertes influencias de las tendencias políticas regionales, sobre las que Jordania, por ser un país pequeño y relativamente débil, no tiene ninguna influencia.
El entorno próximo está muy alterado.
- · Los prolongados problemas de Irak son una amenaza constante, tanto por sus matices étnicos – fortalecimiento de los shiítas – como por la cercanía limítrofe.
- · Los baños de sangre en Siria han provocado ya más de medio millón de refugiados sirios en territorio jordano, que pueden envalentonarse en el caso que caiga el gobierno sirio.
- · Interpretan que si no se soluciona el conflicto entre israelíes y palestinos, el millón de refugiados que se encuentran en Jordania se verá reforzado por cientos de miles de palestinos que huirán de los territorios bajo ocupación israelí, y en definitiva harán a los jordanos víctimas de la conducta israelí.
En resumen, de perder la ayuda exterior – que supera los 1 mil millones de US$ anuales – y de prolongarse los conflictos de los países vecinos, la estabilidad del reino jordano se convertiría en un desafío implacable. También por eso los analistas coinciden en que todas las fuerzas locales reconocen que la mejor opción será mantener el status quo que impone la presencia del Rey Abdallah II.
Lic. Samuel Leillen – 16.6.2013
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