La razón por la que muchos israelíes conocen a Amr Zakaria se debe, de hecho, a sus mediocres calificaciones en la escuela secundaria. Quien quisiera inscribirse en facultades universitarias deseadas en Egipto, a finales de los años 80, debía mostrar logros en materias como árabe, francés e inglés, y aquellos cuyo certificado indicaba que no tenían buenas calificaciones en la escuela secundaria sólo podían estudiar… hebreo.
Han pasado casi 25 años, y este procedimiento académico es responsable por convertir a Zakaria en protagonista, en las últimas semanas, como un requerido y notablemente elocuente entrevistado en los medios de comunicación israelíes.
Muchos se sorprendieron al escuchar el pulido hebreo que los iluminaba acerca de la revuelta en Egipto y el derrocamiento de Mohamed Morsi. «Las entrevistas son cansadoras», dijo Zakaria en una (otra más) entrevista para Ynet, y trató de explicar cómo manejó la demanda durante este período. «Me gustaría que me llame en tiempos mejores. En algún momento yo no había dormido durante dos días enteros a causa de la presión y las entrevistas. Un día, simplemente, me decidí a apagar mi teléfono».
Zakaria, de 41 años, residente del distrito de Giza, desde hace tiempo es investigador académico de estudios israelíes y traductor del hebreo. Según él, no es en absoluto el único: Egipto tiene 12 universidades que, casi todas, enseñan hebreo, y cada año cerca de 1.200 estudiantes se gradúan en programas de hebreo, a veces incluso más.
Amr Zakaria: ‘Unos 1.200 estudiantes por año se gradúan en programas de hebreo’
«El hebreo ha sido enseñado en Egipto desde los años 50», explicó. «Cuando empecé a estudiar en la Universidad de El Cairo, en 1989, había cerca de 100 graduados en mi clase. Yo fui el mejor alumno, y junto con un compañero de estudios, que actualmente trabaja para la radio egipcia, somos los únicos de nuestra clase que permanecimos en el campo del hebreo».
Su hebreo, así como el de otros, sorprendió a muchos aquí en las últimas semanas.
«Oiga, el hebreo es muy similar al árabe. La construcción de frases y la conjugación no son difíciles. Honestamente puedo decirle: el hebreo es más fácil que el árabe. Yo ya sé hebreo mejor que el árabe. En árabe, por ejemplo, todavía necesito corrección».
¿Qué materiales en hebreo utiliza?
«Sobre todo los medios de comunicación. Diarios, televisión, internet, radio y, a veces, también hablo con amigos a través de Skype».
¿Qué hay con la música israelí?
«No. Por otro lado, tampoco escucho música árabe».
Escuela ‘Ofakim’ en Giza
A pesar de la fluidez de Zakaria, muchos estudiantes de las facultades de hebreo siguen experimentando dificultades. Así que tomó la iniciativa y, junto con algunos amigos, incluyendo al periodista de asuntos israelíes, Munir Mahmoud, abrieron una escuela privada de hebreo. La llamaron instituto «Ofakim».
¿Qué enseñan allí?
«Los estudiantes reciben artículos y una cinta con conversaciones cotidianas en hebreo. Les enseñamos el idioma, pero también sobre Israel en general. Tratamos de ser objetivos y no les decimos a los estudiantes que odien o amen. Pueden hacer lo que quieran».
Zakaria (izquierda), intenta ser objetivo
Zakaria enseñando sobre judaísmo
¿Qué se puede hacer con el hebreo en Egipto hoy en día?
«Antes había más posibilidades. Antes de la revuelta del 25 de enero, el turismo desde Israel era un campo del que realmente se podía vivir. Hoy en día hay algunos puestos en los medios de comunicación, el mundo académico y algunas compañías internacionales que prestan servicio al cliente en hebreo».
¿Cómo es recibido en Egipto?
«No es algo común. No se puede abrir un libro en hebreo en público sin que alguien pregunte al respecto. Si alguien me llama desde Israel no puedo responder en hebreo inmediatamente. Muy rápidamente se me preguntará qué idioma es. Una vez abrí un libro en hebreo en un lugar público y, de pronto, alguien de Gaza se me acercó y empezó a hacerme preguntas. Prefiero evitar estos incidentes».
No vivo del hebreo
Zakaria no es, de ninguna manera, un entusiasta sionista, y tiene un montón de críticas a la política de Israel en Judea y Samaria pero, al mismo tiempo, dirige un grupo de Facebook llamado «Hablar de la Paz», que tiene el objetivo principal de establecer un diálogo entre árabes e israelíes.
Cuando ustedes, los hebreo hablantes de Egipto, sirven como comentaristas sobre Israel, ¿lo presentan de una manera positiva?
«Espero que tenga un efecto positivo. Muchas veces escribo cosas sobre Israel y los comentarios de mis lectores son racistas. Pero siempre es mejor tener un lenguaje común. Muchos egipcios están todavía sorprendidos de que hable con los israelíes, porque tienen esta imagen que un israelí es un monstruo».
Usted ya ha traducido ocho libros del hebreo al árabe, e incluso escribió algunos usted mismo. ¿Es una manera de ganarse la vida?
«No, es una misión. No es un buen negocio, porque la tasa de alfabetización en Egipto no es tan alta como en Israel. La gente sólo lee en las universidades. Además, nadie lee libros. No puedo vivir de la traducción, pero creo que hay necesidad de que los egipcios sepan lo que los israelíes dicen sobre nosotros y sobre otros temas. Quiero que la gente conozca Israel, su sociedad, el judaísmo y su política».
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
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