Si Mahmoud Abbas no tiene el poder o el coraje para permitir que una tienda de ropa con sede en Israel abra una sucursal cerca de su residencia en Ramallah, ¿cómo va a ser capaz de hacer la paz con Israel?
Esta es la pregunta que algunos hombres de negocios palestinos han estado formulando durante los últimos días a la luz de una campaña organizada para evitar que la cadena de ropa Fox abra una tienda en la ciudad.
Los arduos esfuerzos del Secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, para reanudar las conversaciones de paz entre Israel y la Autoridad Palestina llevaron a dos hombres de negocios árabes israelíes a tomar la iniciativa y abrir la primera tienda de Fox en la Margen Occidental.
Después de invertir cientos de miles de dólares en renovaciones y capacitación de los empleados, los dos empresarios pronto se encontraron en el centro de una protesta organizada por activistas y periodistas «anti-normalización».
Frente a las diarias amenazas, los dos empresarios decidieron cancelar el proyecto, que habría dado empleo a cerca de 150 palestinos.
Aunque la Autoridad Palestina dio permiso a los dos hombres de negocios para abrir la sucursal Fox Ramallah, no pudo hacer nada para protegerlos contra las amenazas, incluidos llamados para incendiar la tienda.
La apertura de una tienda de ropa en Ramallah puede ser un tema menor, sobre todo en comparación con los explosivos grandes temas que enfrentan los negociadores israelíes y palestinos.
Pero este incidente, en el que una tienda de ropa se ve obligada – bajo amenazas – a cancelar sus planes de abrir una sucursal en una ciudad palestina, es una indicación de qué le espera a Abbas, siempre y cuando se atreva a llegar a algún acuerdo con Israel.
El mismo movimiento «anti-normalización», que Abbas apoya, será el primero en volverse en su contra si se llega a un acuerdo con Israel.
Aunque las ropas de Fox son muy populares entre hombres y mujeres jóvenes palestinas, el minorista de moda no tiene una sucursal en la Margen Occidental ni en la Franja de Gaza.
Aunque muchos comerciantes palestinos han estado vendiendo, silenciosamente, ropa Fox en varias ciudades palestinas, tienen miedo, particularmente, del fuerte movimiento «anti-normalización», que prohíbe cualquier forma de contacto con los israelíes.
Irónicamente, este movimiento es totalmente apoyado por la misma Autoridad Palestina y Fatah, cuyos líderes no dudan en llevar a cabo reuniones públicas con israelíes, además de la coordinación de la seguridad con las Fuerzas de Defensa de Israel en la Margen Occidental.
Esta misma semana, funcionarios de alto rango de Fatah fueron invitados a la Knesset para conversar con sus colegas israelíes sobre la paz y la convivencia y, más temprano, los líderes de Fatah en Ramallah acogieron a decenas de políticos israelíes, incluidos miembros de los partidos Likud y Shas, para un evento organizado por el grupo conjunto israelí-palestino Iniciativa de Ginebra.
La campaña contra la apertura de una tienda Fox en Ramallah coincidió también con el lanzamiento de las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos en Washington.
Mientras que los activistas palestinos estaban ocupados amenazando a los propietarios de la tienda de ropa, sus representantes, Saeb Erekat y Mohamed Shtayyeh, estaban sentados con la ministro israelí, Tzipi Livni, en Washington hablando sobre maneras de lograr la paz y la convivencia entre las dos partes.
Lo que Kerry y la Administración de EE.UU. tienen que entender es que Abbas no ha logrado preparar a su pueblo para la posibilidad de la paz con Israel. Abbas puede estar realizando conversaciones de paz con Israel pero, al mismo tiempo, también está apoyando las campañas que promueven el boicot y el odio a Israel. Es importante hablar de paz. Pero es aún más importante educar a la gente acerca de la paz – algo que ni Yasser Arafat ni su sucesor, Abbas, han hecho durante las últimas dos décadas.
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
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