La Parashá comienza hablando acerca de las leyes de la cautiva hermosa (cuando un judío iba a la guerra y encontraba entre los cautivos una mujer hermosa, antes de poseerla debía permitirle que durante treinta días guardara luto por su familia perdida, dejándose crecer las uñas, con el cabello cubierto de cenizas y vestida con ropas de duelo. Luego de ese período el captor debía desposarla, y si no quería hacerlo debía liberarla, no teniendo permitido venderla, pues ya la había afligido).
Luego habla de las leyes de herencia (si un hombre tenía dos mujeres, una odiada y otra querida y las dos tenían hijos, si el hijo mayor era de la mujer odiada, no podía privarlo de los derechos del primogénito en el momento de repartir la herencia).
Si un hombre tenía un hijo rebelde debía llevarlo ante el tribunal y el hijo era condenado a muerte.
Cuando uno construía una casa, debía hacer un cerco de seguridad en el techo para evitar accidentes.
Está prohibido mezclar semillas en la siembra y cruzar animales de especies diferentes.
También aparecen los procedimientos judiciales para los casos de adulterio, seducción de una virgen, y para el hombre que acusa en falso de infidelidad a su esposa.
Los bastardos, los moabitas y los amonitas no podían casarse con judíos, no ocurriendo lo mismo con egipcios y edomitas, los cuales en la tercera generación tras convertirse, podían ingresar plenamente al pueblo judío.
Está prohibido prestar con interés y perseguir al deudor cuando se sabe que éste no puede pagar.
También se explican los procedimientos para el divorcio y las leyes del levirato
Finalmente la Parashá concluye con la orden de recordar lo que hizo Amalék, cuando atacó al pueblo de Israel a la salida de Egipto.
Como detalle hay que agregar que 74 de las 613 mitzvot de la Torá están en esta Parashá
EL CERCO PROTECTOR
“Cuando edificares una casa nueva, harás balaustrada a tu techo, para que no pongas sangre en tu casa, si cayere alguien de él” (Deuteronomio 22:8)
Si bien en la Parashá se habla específicamente de una casa, hay un significado más profundo.
Cuando hablamos, estamos construyendo un edificio de palabras. Debemos crear un cerco protector para ese edificio, para que nadie caiga a consecuencia de esas palabras, poniendo sangre (avergonzando a otro) en nuestras conciencias.
Pues debemos recordar que el que avergüenza a otro es equiparado a un asesino.
Cerrado por inventario
«Cerrado por inventario», se lee en el cartel. Todos sabemos lo que eso significa. La compañía está observando las existencias, contando cuánta mercadería se vendió y cuánta quedó; qué se perdió y qué se arruinó.
Y, dependiendo de cuándo comienza y termina el año fiscal de la compañía, se efectúa el inventario. Una vez que se ha realizado esto, la información correcta se encontrará disponible al llenar los reportes del banco, la compañía de seguros y el gobierno.
Con el comienzo del mes de Elul, el mes que precede a las Altas Festividades, se inicia la época del inventario de la vida Judía. Y típicamente, el mes contiene varias costumbres que nos infunden un ánimo de introspección y nos sacude de nuestro letargo y complacencia.
El reloj despertador de Elul es el Shofar, que se hace sonar cada mañana con excepción a Erev (el día previo) Rosh-Hashaná. El Profeta Amos dice, «¿Es posible que el Shofar suene en la ciudad y el Pueblo no se estremezca?».
En tiempos remotos, el Shofar llamaba para la guerra. Aparte de su utilización para Rosh Hashaná y al cierre de Iom Kipur, es el sonido que los Judíos han largamente esperado, que anunciará la llegada del Mashíaj. El hecho de que muchos de nosotros no nos estremezcamos al escuchar al Shofar, no denota una falta de fuerza en la influencia del Shofar sobre nosotros, sino, desafortunadamente, nuestra insensibilidad hacia su mensaje: «Despierten, Uds. dormidos de vuestro sueño y de vuestra modorra. Examinen vuestras acciones y retornen».
El Shofar es la «Sirena» del alma, a la que debemos prestar nuestra atención. Las empresas que imprimen los «Shaná Tová» hacen un gran negocio en Elul, sin embargo, la idea de enviar tarjetas por el Año Nuevo Judío, tiene su base en una costumbre y no en lo comercial.
La costumbre Judía es que cuando les escribimos a nuestros amigos o conocidos, les deseamos un «Buen Año», o «que sean inscriptos y, sellados para bien». Estos saludos son para recordarnos, que estos son días de juicio, cuando el cálculo de nuestra Cuenta Celestial se está realizando. Y así como pedimos misericordia por nosotros, debemos también pedir a Di-s que sea generoso y compasivo con nuestros amigos y parientes.
Por último, Elul es la época en que debemos intentar especialmente incrementar e intensificar nuestra observancia de las Mitzvot. Así como cuando hacemos el inventario, examinamos el depósito y miramos cada estante minuciosa y escrupulosamente, exactamente igual debemos hacer con nuestro inventario Judío. Debemos considerar que se ha perdido o arruinado y colocarlo como gasto, así también anotar todas las buenas acciones que tenemos o suponemos tener y qué Mitzvot debemos almacenar o realmacenar para el año entrante. Dichosos seremos, cuando tomemos nuestro inventario Judío y no debamos cerrar el negocio.
(Extraído de www.es.chabad.org)
(Contacto: jabad_esp@yahoo.com.ar)
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