Hace unas semanas, el gobierno israelí aprobó una ley que conmemorará el 17 de febrero – la fecha en la que la Liga Árabe llamó a sus estados miembros a imponer restricciones a la vida, propiedad y estatus legal de los judíos. ¿Habrá un reconocimiento similar de la persecución contra los judíos y su final expulsión de las tierras musulmanas en las actuales conversaciones de paz, que sin duda se ocupará de los refugiados palestinos de 1948?
Una búsqueda en Google de «refugiados de 1948» produce cerca de seis millones de resultados. Todos menos unos pocos (por lo menos hasta la página seis) tratan acerca de los refugiados árabes palestinos, como si fueran los únicos refugiados de 1948. Sin embargo, se estima que desde el comienzo de la guerra árabe-israelí de 1948 hasta comienzos de la década de 1970, hasta 1.000.000 de judíos huyeron o fueron expulsados de sus hogares ancestrales en los países musulmanes. Unas 260.000 de esos refugiados llegaron a Israel entre 1948 y 1951 y constituyeron el 56% de toda la inmigración al incipiente estado. En 1972, su número había llegado a 600.000.
En 1948, Medio Oriente y los países norafricanos tenían considerables poblaciones judías: Marruecos (250.000), Argelia (140.000), Iraq (140.000), Irán (120.000), Egipto (75 000), Túnez (50.000), Yemen (50 000), Libia (35000), y Siria (20.000). Hoy en día, los judíos de esos países están prácticamente extintos (aunque Marruecos e Irán tienen cada uno menos de 10.000 judíos). En la mayoría de los casos, la población judía había vivido allí durante milenios.
Pocos conocen esta historia, porque a los refugiados judíos de 1948 se les otorgó la ciudadanía de los países a los que huyeron, incluido Israel. Por el contrario, muchos países musulmanes se negaron a integrar a los refugiados palestinos, y prefirieron dejarlos como ciudadanos de segunda clase con el fin de mantener un equilibrio demográfico interno y/o un problema político para Israel.
La parcialidad de los medios de comunicación también explica por qué tan poca gente sabe acerca de los refugiados judíos de 1948 provenientes de los territorios musulmanes. Una búsqueda de «refugiados de 1948» en el sitio de noticias BBC genera 41 artículos (que se remonta a 1999), 40 tratan de los refugiados árabes palestinos de 1948. Sólo tres de esos 40 (con fechas 22/09/11, 2/09/10 y 15/04//04), incluso mencionan a los refugiados judíos de los países musulmanes, y dos lo hacen sólo en una única y superficial frase que presenta el problema como un reclamo más que como un hecho histórico.
Una búsqueda de «refugiados judíos de los países árabes de 1948» en el sitio de New York Times, produce 474 resultados, mientras que los «refugiados árabes palestinos de 1948» arroja 1.740 resultados. Considérese una comparación con Sri Lanka, otro país multi-étnico destrozado por la guerra que obtuvo su independencia de Gran Bretaña en 1948. El conflicto étnico de casi 26 años se inició ahí en 1983 y se cobró 80.000-100.000 vidas, muchas más veces que las bajas totales del conflicto palestino-israelí de casi 100 años. El conflicto de Sri Lanka también produjo cientos de miles de refugiados, incluyendo al menos 200.000 refugiados tamiles sólo en Europa occidental. Sin embargo, una búsqueda de «refugiados tamiles» genera sólo 483 artículos – menos del 5% de los 10.700 resultados para «refugiados árabes palestinos».
El favoritismo institucionalizado en la ONU también ha permitido a los palestinos monopolizar el tema de los refugiados, lo que sin duda refuerza la parcialidad de los medios de comunicación. Todos los refugiados no palestinos de todo el mundo (casi 55 millones) son atendidos por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, que trabaja bajo los lineamientos de la Convención sobre los Refugiados de 1951. Pero los refugiados palestinos (cuya población original era menos de un millón) tienen una agencia de la ONU dedicada exclusivamente a ellos (UNRWA).
La singular definición de UNRWA de «refugiado» incluye a cualquier persona «cuyo normal lugar de residencia era Palestina entre junio de 1946 y mayo de 1948, que perdieron sus casas y sus medios de subsistencia como resultado del conflicto árabe-israelí de 1948». Así que, además de las familias que vivían en la zona por generaciones, la definición de la UNRWA incluye a cualquier inmigrante que llegó en fecha tan reciente como 1946, pero después fue desplazado. Y debido a que la definición incluye a los «descendientes de padres que cumplen la definición», la población de refugiados de UNRWA ha crecido de 750.000 en 1950 a 5.300.000 en la actualidad (haciendo aún más difícil la resolución de la cuestión de los refugiados palestinos). A pesar de estos problemas, Estados Unidos continúa apoyando a UNRWA (con más de $ 4.1 mil millones desde 1950).
El resto de los refugiados del mundo son asistidos por el Alto Comisionado, que tiene el mandato de ayudar a los refugiados a reconstruir rápidamente sus vidas, por lo general fuera de los países de los que habían huido. Los refugiados judíos de los países musulmanes hicieron precisamente eso: Reconstruyeron sus vidas en Israel y en otros lugares. Pero el hecho de que se adaptaron calladamente e Israel les concedió la plena ciudadanía no disminuye los errores cometidos por sus países de origen. Estos refugiados judíos de países musulmanes sufrieron persecución legal y, a menudo, persecución violenta que resultó en pérdidas emocionales y físicas inconmensurables. Perdieron miles de millones en bienes y soportaron enormes desventajas socioeconómicas cuando se vieron obligados a reconstruir sus vidas desde cero. Israel fue injustamente cargado con el colosal costo social y económico de absorber repentinamente a tantos refugiados. Así que cualquier sugerencia de que los refugiados judíos de los países musulmanes no merecen compensación es rotundamente equivocada.
En el Día Mundial del Refugiado de junio pasado, el miembro de la Knesset israelí, Shimon Ohayon, cuya familia huyó de Marruecos en 1956, llamó a la Liga Árabe a «asumir su gran responsabilidad por la expulsión de casi un millón de judíos de tierras (en las) que habían vivido durante milenios”. Explicó que «En 1947, el Comité Político de la Liga Árabe redactó una ley que … llamaba a la congelación de las cuentas bancarias de los judíos, su internamiento y (la confiscación de sus activos). Otras medidas discriminatorias fueron tomadas por las naciones árabes y reuniones posteriores, según consta, llamaron a la expulsión de los judíos de los estados miembros de la Liga Árabe». Ohayon desafió a la Liga a aceptar la responsabilidad por «la limpieza étnica de la población judía de la mayor parte de Medio Oriente y Noráfrica … (y) proporcionar reparación a los refugiados judíos».
Una justa y amplia paz en Medio Oriente sólo es posible si los estados musulmanes reconocen su papel en dos males históricos: 1) el desplazamiento de un millón de personas sólo porque eran judíos, y 2) la perpetuación de la situación de los refugiados palestinos, al negarles la ciudadanía. El primer mal exige una compensación financiera a las familias de los refugiados judíos de los territorios musulmanes. La reparación puede ser administrada por los estados que los absorbieron y debería ser una parte formal de cualquier amplio plan de paz. El segundo mal debe remediarse mediante la concesión de la plena ciudadanía a los refugiados palestinos (y a sus descendientes) que se han reasentado en tierras musulmanas. Ambos males han supurado durante demasiadas décadas.
Noé Beck es el autor de Los Últimos Israelíes, una novela apocalíptica sobre las armas nucleares iraníes, que también habla de la expulsión de los judíos de tierras musulmanas
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
Debes estar conectado para publicar un comentario. Oprime aqui para conectarte.
¿Aún no te has registrado? Regístrate ahora para poder comentar.