La elección del alemán Thomas Bach como nuevo presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) pasó inicialmente desapercibida en Israel. Pero no por mucho tiempo. La prensa israelí recoge un currículum que no es precisamente «muy amable» con su país. Todo lo contrario.
El diario ‘Yediot Ajaronot’ denunció que el empresario y ex campeón olímpico alemán está al frente de Ghorfa (cámara de Comercio e Industria alemana-árabe) que promueve el boicot contra productos israelíes. Ante la protesta de organizaciones judías europeas y norteamericanas, Bach ha anunciado su dimisión como presidente de la asociación germano-árabe, según informa el diario israelí.
Christian Klaue, su portavoz, replica que la dimisión está relacionada con su nuevo cargo en el COI y niega que Ghorfa apoyara el boicot árabe contra Israel. El Comité Judío Americano (AJC) considera que «es una traición a los principios del juego limpio del COI que sea dirigido por alguien que participó activamente en la campaña de boicot contra Israel».
Según el Centro Simon Wiesenthal, citado por el diario ‘Maariv’, el boicot de Ghorfa se realiza en colaboración con la Liga Árabe. El director de relaciones internacionales del conocido centro, Shimon Shmuels, denuncia que la asociación de Bach alentaba el boicot contra productos israelíes violando la ley de Alemania. Como ejemplo -comenta- expedía permisos de productos que deseaba comercializar en Alemania o exportar a los países árabes señalando que está «libre» de cualquier tipo de elemento de fabricación israelí.
Bach no es un personaje desconocido por las organizaciones judías que denunciaron su rechazo frontal a la celebración en la ceremonia inaugural de los Juegos de Londres 2012 de un minuto de silencio en recuerdo a los once atletas israelíes asesinados en el atentado palestino en Munich 72.
Alex Gilady, destacado miembro israelí del COI, rechaza las críticas. «Acusar a Bach de antiisraelí es una estupidez», asegura. Bach, de 59 años, es abogado de profesión, empresario y medallista de oro (florete por equipos) en los juegos del 76. En su reciente elección en Buenos Aires, venció al puertorriqueño Richard Carrión por 20 votos de diferencia. Su maestría en esgrima la supo trasladar a los despachos consiguiendo las alianzas necesarias para tomar el relevo de Jacques Rogge.
En varios medios especializados se ha enfatizado como factor importante en la elección de Bach sus lazos con el mundo árabe y en concreto con el influyente jeque kuwaití, Ahmad Al Fahad Al Sabah, presidente del Comité Olímpico de Asia. Según escribe Carlos Segovia en este post, Al Sabah apoyó a la candidatura de Tokio 2020 (en detrimento de Madrid y Estambul) y a Bach como máximo dirigente del movimiento olímpico. Todo en un mismo paquete.
It seems that Mr. Bach just wanted to make good money.