El pasado verano Bruselas anunció que vetaría cualquier acuerdo que beneficiara a los territorios ocupados
Europa quiere restablecer sus maltrechas relaciones con Israel. La delegación de la Comisión que estos días está en Tel Aviv, comandada por el vicepresidente y titular de Industria, Antonio Tajani, se ha propuesto no solo firmar acuerdos de cooperación industrial, espacial, turismo y apoyo a las pymes, sino también hornear una relación que quedó congelada el pasado verano, cuando Bruselas anunció que a partir del próximo año vetaría cualquier acuerdo financiero con Israel del que se beneficiaran los territorios ocupados tras 1967.
No se trata de un paso atrás, insisten las fuentes consultadas, pero Europa sí lanza signos de apaciguamiento. Tajani, uno de los comisarios que más presume de su amistad con Israel, no ha perdido ocasión en su visita a Tel Aviv y Jerusalén de señalar que no ha viajado solo como el responsable de Industria que estampa su nombre en pactos comerciales, sino que también quiere lanzar un «mensaje político».
El distinto tono de las dos partes quedó patente tras la entrevista de Tajani con el ministro de Economía, Naftali Bennett, miembro del partido ultraconservador Habait haiehudi. Mientras el italiano se esforzaba por mostrar su cara más amable y evadía las preguntas sobre el conflicto, el israelí, que es él mismo un colono, repitió en varias ocasiones que las normas de cooperación redactadas en Bruselas son «inaceptables».
La bomba estalló el pasado mes de junio. Fue entonces cuando la Comisión decidió que en el presupuesto para el periodo 2014-2020 no habría ayudas (ni préstamos ni subvenciones) para la parte del país que la legalidad internacional no reconoce. Los contratos para acceder a créditos, además, deberán reconocer explícitamente que ni Cisjordania, Jerusalén Este o los Altos del Golán forman parte del país.
El Estado judío mostró rápidamente su indignación ante lo que tildaron de terremoto para las relaciones bilaterales. El Ministerio de Defensa canceló cualquier cooperación con los funcionarios europeos en territorios palestinos. «No aceptaré un diktat externo sobre nuestras fronteras. No permitiré que se perjudique a los cientos de miles de israelíes que viven en Cisjordania, los Altos del Golán o en nuestra capital unida, Jerusalén», dijo el primer ministro, el conservador Benjamín Netanyahu.
«Queremos trabajar con Israel hoy y mañana», señaló Tajani el martes. El comisario europeo no explicó, sin embargo, cómo se las va a apañar si la norma aprobada este verano pone muchos obstáculos a esta cooperación. «Estamos trabajando en su puesta en marcha. Las conversaciones se están produciendo estos días», se limitó a señalar. Fuentes comunitarias explican que las conversaciones actuales se centran en cómo traducir el acuerdo de la forma menos dañina posible para las relaciones bilaterales. La UE es el organismo público que aporta más fondos para la investigación en Israel. «Se podrá hacer con la máxima sensibilidad», concluyen.
Nota de Porisrael:
Naftali Bennet no es un colono. Vive en en la ciudad de Raanana
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