Sara fallece a la edad de 127 años y es enterrada en la Cueva de Majpelá en Jevrón, la cual Avraham
adquiere de Efrón el Jití por 400 shekels de plata.
El sirviente de Avraham, Eliezer, es enviado, cargado de regalos, a Jarán, para buscar una esposa para Itzjak. En el pozo de agua del pueblo, Eliezer pide una señal a Di-s: cuando las doncellas vienen al pozo, él pedirá agua para beber; la mujer que ofrezca darle de beber a sus camellos también, será la mujer destinada para el hijo de su maestro.
Rivka, la mujer del sobrino de Avraham, Betuel, aparece en el pozo y pasa «la prueba». Eliezer es invitado a su casa, donde repite la historia de los eventos del día. Rivka retorna con Eliezer a la tierra de Canaan, donde encuentran a Itzjak rezando en el campo. Itzjak se casa con Rivka, la ama, y es confortado por la pérdida de su madre.
Avraham toma una nueva esposa, Keturá (Hagar) y tiene seis hijos más, pero Itzjak es designado como su único heredero. Avraham muere a los 175 años y es enterrado al lado de Sara, por sus dos hijos mayores, Ishmael e Itzjak.
TRES MATRIMONIOS
La Torá describe tres matrimonios que son emblemáticos.
El primero es cuando Di-s crea a Adán y Eva. Aca es Di-s el casamentero, Él escolta a la novia hasta el palio y oficia la ceremonia nupcial. Unos pocos versículos alcanzan para describir esta unión.
El tercero ocurre cuando es entregada la Torá. En este caso hay un casamentero, Moisés, quien también escolta al novio, Israel, hasta el palio nupcial, el Monte Sinaí, en tanto que Di-s oficia como acompañante de la novia, la Torá. Pero esta boda sólo se puede deducir por indicios.
¿Y qué pasa con el segundo matrimonio? Hay un casamentero, Eliezer, que viaja hasta Jaran, conoce a la novia, Rivká, y la escolta hasta Canaan, donde el novio, Itzjak, espera. Esta boda es descripta en detalle, y no sólo eso, sino que el viaje de Eliezer y su búsqueda son narrados ¡dos veces!
¿Cuál es la diferencia entre esta boda y las otras dos para que sea narrada con tanto detalle? La primera y la última son bodas realizadas en un plano netamente espiritual, sin intervención humana. En cambio la boda de Itzjak y Rivka es fruto del esfuerzo humano y nos enseña que para construir un hogar y, en un sentido más amplio, una morada para Di-s en este mundo, no alcanza con la intervención Divina, sino que nosotros mismos debemos esforzarnos, somos nosotros los que debemos construir ese edificio que se llama hogar, paso a paso, día a día.
¿Con quién me Caso?
Por Yanki Tauber
Un hombre sabio dijo una vez que la pregunta más difícil de responder es una pregunta que tiene una respuesta simple.
Porque una respuesta simple es el tipo de respuesta más difícil de aceptar. Una respuesta simple parece un insulto a nuestra inteligencia, una luz a nuestro dilema. Pero a menudo la pregunta más profunda o el problema más urgente tienen una solución simple.
¿Con quién deberías casarte? A menos que seas la cabeza de una superpotencia en un momento de crisis global, ninguna otra decisión que hagas durante el curso de tu vida te afectará profunda e irrevocablemente (para bien o para mal) como ésta. Y ninguna otra decisión se tomará bajo circunstancias de tanta presión, y bajo percepciones subjetivas, como ésta.
¿Qué dice la Torá, la cual los judíos aceptamos como el «plano de la creación» de Di-s y una guía para nuestra propia vida, sobre qué buscar en la persona que estás considerando aceptar como tu compañero o compañera en la vida? Algo muy simple.
El primer matrimonio que leemos en la Torá es el matrimonio de Adán y Javá. El suyo, claro, era el mejor matrimonio, «hecho a medida»: El propio Di-s creó a la novia y se la presentó al novio. Cuando Adán dijo a Javá «tú eres la única mujer en el mundo para mí», ella supo que ¡él estaba diciendo la verdad! Hay un mensaje aquí sobre cómo considerar al cónyuge una vez casado, pero no muchas pistas sobre cómo seleccionar a un marido o a una esposa.
El segundo matrimonio descrito en la Torá tuvo lugar dos mil años más tarde –el matrimonio de Isaac y Rivka. ¡Vaya selección que había que hacer! Había que buscar una novia para Isaac. Abraham decidió no enviar a su hijo a hacer la elección él mismo, sino enviar a su sirviente de confianza, Eliezer.
Eliezer cargó diez camellos de su amo con obsequios y regalos (una generosa dote nunca viene mal) y viajó a la vieja ciudad natal de Abraham, Jarán (tampoco las buenas conexiones familiares vienen nada mal…). Luego oró (eso siempre ayuda). Y por último puso su plan en acción.
Esperó en el aljibe del pueblo. Estaba atardeciendo y las mujeres jóvenes del pueblo vinieron a buscar agua. Su plan era éste: él le pediría un poco de agua a una «doncella» de su cántaro. Si ella respondiera «Búsquesela usted mismo»; definitivamente no era la indicada. Si dijera «Por favor, bebé hasta hartarte»; estaría mejor, pero no para lo que estamos buscando. Si contestara, «Beba, mi señor, y le daré a los camellos también de beber» (así es como se hablaba en tiempos bíblicos)–ella sería la elegida.
Cantidad de comentarios se han escrito sobre la historia de Rivka en el aljibe. Muchas visiones profundas han surgido de los 67 versículos de la Torá que narra la misión de Eliezer. Pero una joya de respuesta brilla a través de todos ellos con prístina simpleza: cásate con alguien de buen corazón.
(Extraído de www.es.chabad.org)
EN MEMORIA DE SHLOMO BEN MOSHE HALEVI ALTSCHULER Z´´L
¿Como reconocer un buen corazón? Hay un refrán que reza UNO VE CARAS Y NO CORAZONES. Muchos dicen que son las ACCIONES las que nos revelan un buen corazón pero como saber que esas acciones SON DESINTERESADAS y no ocultan un fin ruin como meta final. Como confiar en mis sentidos si es el corazón el que primero se nubla ante la presencia del AMOR. hay UN ESCRITO BÍBLICO QUE DICE » LA VOLUNTAD DE DIOS NUNCA NOS LLEVARA A UN LUGAR DONDE SU GRACIA NO NOS PROTEJA y al ser el matrimonio una elección que nos marcara de por vida Dios nunca nos pondrá en una situación o en un lugar donde su GRACIA no nos proteja, por eso es que yo creo que la mejor manera de conocer el corazón de la persona con la cual vamos a contraer matrimonio es orando y pidiendo ,como decimos, que el matrimonio sea voluntad de DIOS; si es así nada ni nadie podrá contra el.