El nombre del Presidente de la República Islámica de Irán Hassan Rouhani, que asumió sus funciones en el mes de agosto, ocupa intensamente los titulares en relación al tema nuclear. Pero mientras diferentes analistas y observadores pueden discrepar acerca de si el nuevo estilo que él irradia es un cambio meramente táctico o realmente algo de fondo, en otro tema, de cariz interno, no puede haber lugar a ningún tipo de interpretación alternativa: bajo Rouhani, las ejecuciones de ciudadanos iraníes han ido, en aumento.
La organización conocida como Campaña Internacional por los Derechos Humanos en Irán, con base en Nueva York, informó recientemente que 125 personas fueron ejecutadas en Irán desde mediados de agosto cuando Rouhani asumió como nuevo Presidente, mientras que otra institución, Iran Human Rights, con base en Noruega, sostiene que la cifra se eleva a 154.
De diferentes informes publicados periódicamente por Amnistía Internacional se desprende que Irán es el país con mayor índice de ejecuciones del mundo, tomando en cuenta el tamaño de su población. En términos absolutos, China es el único país que ejecuta más gente que Irán por año. Según el Iran Human Rights, en lo que va del 2013, en la República Islámica han sido ejecutadas 560 personas.
En general, las acusaciones que “justifican” las ejecuciones, son tráfico de drogas, asesinato o violación,pero opositores al régimen acusan a las autoridades no sólo por la aplicación de la pena capital, sino de “inventar” cargos delictivos para ocultar a menudo la política de represión contra toda discrepancia política.
Las imágenes conocidas desde hace años, de civiles colgados de la hora en mercados y plazas públicas, no han desaparecido desde la asunción de Rouhani, sino todo lo contrario.
Mahmud Amiry-Moghaddam, de Iran Human Rights, critica desde Noruega que la Comunidad internacional no reaccione al respect. “Es preocupante que con el cambio en la retórica de las autoridades iraníes fuera de Irán, el mundo hace la vista gorda a lo que está ocurriendo dentro del país”.
Este activista admite que han sido excarcelados presos políticos como Nasrin Sotoudeh-una abogada muy conocida-pero sostiene que todo es “mera propaganda” y que fue un paso dado para apoyar la “ofensiva del encanto de Rouhani al viajar a las Naciones Unidas”. Amiry-Moghaddam recalca que si la situación no cambia, el mensaje es que a fin de ver qué cambia con la política nuclear, el mundo “sacrifica los derechos humanos en Irán”.
este es el mesurado???