Lo siguiente son extractos de una entrevista con la Reina Rania Abdallah de Jordania, presentada en el canal de televisión Al-Arabiya TV el 28 de octubre, 2013:
Para ver el video en MEMRI copie por favor el siguiente enlace en su ordenador:
http://www.memritv.org/clip/en/4037.htm
«Cuando [la juventud árabe] deje las computadoras, vuelven al mundo real y ven que nadie le preocupa lo que tienen que decir, de que no gozan de libertad»
Reina Rania Abdallah: «Cuando hablamos de los jóvenes, creo que parte de la razón de su frustración, que puede haber dado lugar a algunas de las revoluciones que presenciamos en el mundo árabe, es que la juventud árabe hoy día vive en dos mundos diferentes – el mundo real y el mundo virtual. Internet ha ampliado los horizontes de nuestra juventud, les ha abierto el mundo a ellos, y ha aumentado el nivel de sus expectativas.
«Hoy, cuando nuestros jóvenes se sientan frente a la computadora, entran en el mundo virtual. En ese mundo, desarrollan cierta personalidad e identidad para sí mismos, se comunican con otros, se expresan con libertad y comodidad. Influyen en las opiniones de otros, ven cómo otros viven sus vidas, y qué opciones tienen disponibles para ellos. Cuando dejan sus computadoras, regresan al mundo real y ven que nadie se preocupa por lo que tienen que decir, que no gozan de libertad, no tienen opciones reales, y sus manos están atadas. Así que tienen un sentido de tristeza y decepción.
«Estos sentimientos conducen a la frustración, que a veces lleva a la violencia. Así que nuestra prioridad debe ser reducir la brecha entre estos dos mundos, a fin de realizar una transición fácil entre estos. ¿Cómo podemos hacer esto? Proporcionándole a nuestros jóvenes habilidades, capacidades y herramientas que les dará mayores oportunidades. A mi manera de ver, darle opciones es la base de la libertad e independencia. De esta manera, podemos ofrecerle a la gente con un mayor espacio para la participación, a fin de cambiar la realidad que les rodea.
«Cuando hablamos de mutuo acuerdo, estamos hablando de un diálogo que reúna a todas las partes. El diálogo debe llevarse a cabo de una manera tranquila, constructiva y objetiva. Debería implicar negociaciones, que incluyen concesiones de todas las partes. La democracia da lugar a la legitimidad del voto, pero esta legitimidad no es absoluta. Luego de subir al poder, hay que ganarse la legitimidad de los logros, lo que es más importante. La etapa de transición que estamos presenciando hoy día en el mundo árabe puede ser sólo un punto en la historia. Pero construir una democracia profundamente arraigada y viable, que esté firmemente plantada en nuestro patrimonio, nuestra historia, nuestros principios y nuestros valores – tomará generaciones. Debe tomar su tiempo». […]
«La polarización, las crecientes tensiones y la incitación… no benefician a nadie… La mayor amenaza que enfrenta el mundo árabe hoy es que está siendo desgarrada desde dentro»
«No soy experta en política, pero sé algo: la polarización, las crecientes tensiones y la incitación que prevalece en el mundo árabe no benefician a nadie, sino que perjudican a todos: No estamos en un tal juego de sumar ceros, en el que hay un ganador y un perdedor. De la situación en que estamos hoy día, ya sea que todos surjamos como ganadores, o de lo contrario nos ahogamos todos juntos. Nadie ganará a costa de los demás.
«En mi opinión, la mayor amenaza que enfrenta el mundo árabe hoy es que está siendo desgarrada desde dentro, a través de la desintegración en identidades secundarias.
«Debemos ser honestos con nosotros mismos… en varios lugares del mundo, donde las afrentas y la violencia son perpetradas en nombre del Islam”
«Muchos dicen de que lo que está sucediendo en el mundo árabe hoy día es el resultado de una conspiración externa. A mi juicio, no se puede determinar quién está conspirando contra nosotros y quien no, pero ¿hasta qué punto la conspiración es exitosa es que el 100% depende de nosotros. […]
«La imagen estereotipada del Islam que prevalece hoy es, triste decir, de que es una religión de odio y violencia, y de que todos los musulmanes son terroristas. Este es un problema grave, que no debemos ignorar. Produce miedo y sospecha de los musulmanes, y también anima al prejuicio y prejuicios hacia ellos. Debemos tomar esto en serio porque esta imagen está tan alejada de la verdad.
«Para los millones de musulmanes en todo el mundo, el Islam es una religión de valores humanitarios y principios de bondad. Tenemos que tratar de poner de relieve esta imagen del Islam. Cada vez que oímos hablar o ver a alguien que amamos ha sido herido, nos apresuramos a su defensa. ¿Entonces qué sucede con nuestra religión – una religión que es parte de nuestra identidad, o de nuestro propio ser, de nuestros valores morales, de la forma en que interactuamos con los otros? Es la religión en la que hemos crecido y en la que criamos a nuestros hijos. ¿No merece nuestra defensa? […]
«Sin duda, existe ignorancia respecto al Islam, y hay agravios. Pero cuando hablamos de agravios, debemos ser honestos con nosotros mismos, y ver lo que está ocurriendo en varios lugares del mundo, donde los agravios y la violencia son perpetrados en nombre del Islam.
«Desafortunadamente, esta violencia refuerza la imagen estereotipada del Islam. El Islam, junto a todas las religiones monoteístas, tiene su base en la compasión». […]
«Debemos renunciar a [la violencia y el fanatismo]… no por mejorar nuestra imagen en Occidente, sino porque se lo debemos a nuestra religión»
«El discurso religioso que escuchamos hoy tan fuerte ha sido secuestrado por los fatuas del takfir, del fanatismo y de la ideología de mente cerrada, así como también a las llamadas del extremismo, el odio y la violencia sectaria. ¿Qué pasó con el idioma de la compasión? Con el discurso, nos perjudicamos mucho más a nosotros mismos de lo que Occidente nos perjudica. Tenemos que volver a la esencia de nuestra religión. Tenemos que hablar fuerte y claro en defensa de nuestra religión. Cuando vemos personas que distorsionan la imagen de nuestra religión…
«Hace unos meses, por ejemplo, vimos a un hombre quien se hace llamar musulmán asesinar a un inocente en Gran Bretaña, agarrando su cabeza decapitada, y diciendo: ´Esto es para la nación´. ¿Cual nación?!
«Tenemos que renunciar a algo así. Tenemos que denunciar esto fuertemente y no con cautela. Debemos hacerlo no con el fin de mejorar nuestra imagen en Occidente, sino porque se lo debemos a nuestra religión». […]
Dios quiera que todos abran los ojos como esta mujer