Dada la grave amenaza iraní a Israel, el perpetuo enigma palestino, la inestable situación regional, y las muchas disputas internas y los males sociales de Israel, es fácil ser un implacable pesimista.
Pero recientemente me vi obligado, en las palabras de la canción, a «mirar el lado luminoso de la vida» y prestar pormenorizada y explícita atención a las cosas buenas que Israel tiene a su favor. Me he encontrado con una evaluación estratégica sorprendentemente optimista con respecto a la suerte de largo plazo del Estado de Israel.
Me vi obligado a entrar en esta postura positiva, a raíz de una solicitud de la Organización Mizrachi de Canadá para dar una serie de conferencias en Toronto en apoyo de la aliyah, en defensa del ideal sionista, que trata que la comunidad judía mundial se mude y ayude a construir el moderno Israel.
Preparar las conferencias fue un ejercicio útil para reforzar un sentimiento de orgullo por los logros de Israel y de asombro ante sus éxitos. Fue un ejercicio útil en la lucha contra mis tendencias naturales a verlo negro y sentir tristeza. Fue una oportunidad para enumerar mis personales, y nuestras nacionales, bendiciones. Fue una oportunidad para evaluar fríamente las fortalezas de Israel frente a las amenazas de nuestros enemigos.
En mi recuento final, Israel está muy por delante: Muy por delante de sus homólogos occidentales, muy por delante de sus adversarios, muy por delante de sus detractores, y bien posicionado para superar todos sus desafíos, grandes y pequeños.
La conclusión es que Israel es una tremenda historia de éxito, en tantos sentidos, que la vida en Israel está llena de significado y deleite, adornada por sacrificio, compromiso, logro y alegría – todos los componentes que hacen que la vida sea gratificante y emocionante, sin duda, para un judío.
Además, estoy convencido de que, en la perspectiva general, Israel es más fuerte que cualquiera de sus enemigos. Me parece que los israelíes no están machacados ni desanimados por sus desafíos. A pesar de que los israelíes están preocupados por el futuro, siguen estando bastante resistentes y vigorizados para construir un futuro aún mejor.
A pesar de todos los escépticos, a pesar de los boicoteadores, detractores, radicales y antisemitas, los israelíes están logrando, creando, produciendo y avanzando.
¿El origen de esta resistencia? Creo que los israelíes sienten que el poder de la historia está de su lado. Creen que el tiempo está del lado de Israel. La mayoría de los israelíes sienten que la Divina Providencia los respalda. Sienten que Israel está ganando.
En cuanto a los desafíos de seguridad y diplomáticos de Israel, creo que una valoración desapasionada del futuro previsible lleva a conclusiones optimistas.
Las principales amenazas militares para Israel han disminuido enormemente, ya que las sociedades y ejércitos árabes se desmoronan en todo Medio Oriente. Ataques de bajo poder contra Israel – cosas como las campañas internacionales para desinvertir en Israel y para sancionar a Israel – en su mayoría han caído de bruces. Los europeos, los chinos, y todos los demás están haciendo cola para comprar tecnologías israelíes, no para boicotearlas. Los intentos palestinos para enjuiciar o confrontar a Israel son una molestia y continúan, pero mayormente son amenazas vacías, ya que los palestinos están en desorden y profundamente divididos. El espectacular debilitamiento de Estados Unidos y de la relación EE.UU.-Israel durante la presidencia de Barack Obama es también de gran preocupación, pero esto es temporal y reversible. Y en cuanto al mayor desafío de Israel, el peligro de una bomba nuclear iraní, eso también va a ser tratado, creo, con mucha firmeza.
Todo lo anterior son problemas serios, pero manejables. No le restarán a Israel determinación para lograr aún más éxitos en todos los aspectos de la vida.
Al redactar y pronunciar esta muy prometedora evaluación para el público en Canadá, hablé de cosas como la ciencia y la tecnología de punta excepcionales de Israel; de sus científicos del cerebro y de los científicos de misiles; de sus ganadores del Premio Nobel; de sus médicos de primera clase y de servicio de salud de clase mundial; de su liderazgo en satélites y defensa de misiles; de su robusta economía y fuerte moneda; de sus innovadores programas de desalinización de agua y de sus recién descubiertos y enormes recursos de gas natural; de sus sobresalientes universidades y yeshivas líder; de su super dinámico sector de asistencia social; de sus humanitarias misiones en el extranjero; y, sobre todo, del activismo y la alta motivación de su magnífica juventud.
Todo esto y más me lleva a proclamar un muy neto balance positivo. El futuro de Israel es luminoso, y es muy excitante ser parte de esta gran aventura.
Esta semana, el emblemático libro de 1977 de Hillel Halkin, «Cartas a un Amigo Judío Estadounidense: Una Polémica de un Sionista» fue reeditado. Este magistral volumen, hace mucho agotado, es una ardiente y razonada réplica a la defensa que un amigo imaginario hace de la vida judía en la diáspora y su rechazo a la inmigración. La apasionada argumentación de Halkin a favor de la solución sionista, de la aliyah a Israel, sigue siendo válida, y la nueva edición debería ser lectura obligatoria en todas las escuelas secundarias judías de la diáspora.
Un genial párrafo de la introducción de Halkin a la nueva edición del libro lo resume así:
«[Israel] es un gran aventura. No me la habría perdido por nada del mundo. No ha habido nada parecido en la historia humana. Un pequeño y antiguo pueblo pierde su tierra y se olvida de hablar su lengua; deambula indefenso durante cientos, miles de años por todo el mundo con su Dios y sus libros sagrados; se encuentra con el desprecio, la persecución, la violencia, el despojo, el destierro, el asesinato masivo; se niega a darse por vencido; se niega a renunciar a su fe; sigue creyendo que un día será restaurado a la tierra que perdió; al final se las arregla, a fuerza de sus propios esfuerzos, contra viento y marea, para reunirse desde los cuatro rincones de la tierra y volver a aquella tierra; aprende nuevamente a hablar el idioma de sus antiguos libros; aprende de nuevo a portar armas y defenderse; arrebata su viejo-nuevo hogar de la gente que lo reemplazó; se atrinchera; construye; fructifica; se fortalece; repele a los enemigos que lo rodean; crece y prospera frente a todas las amenazas».
¡Asombroso!
http://www.israelhayom.com/site/newsletter_opinion.php?id=6425
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
«¿El origen de esta resistencia? Simple. Ein brera! (no hay alternativa, hebreo)