Resumen Ejecutivo
La escasez de agua en la Autoridad Palestina es el resultado de políticas palestinas que desperdician agua deliberadamente y destruyen la ecología regional del agua. Los palestinos se niegan a desarrollar sus propios y significativos recursos hídricos subterráneos, construir una planta de desalinización de agua de mar, reparar las fugas masivas de sus tuberías de agua municipales, construir plantas de tratamiento de aguas servidas, regar las tierras con aguas servidas tratadas o dispositivos modernos para ahorrar agua, o facturar a sus ciudadanos por el uso del agua de consumo, lo que lleva a un enorme desperdicio. Al mismo tiempo, perforan ilegalmente en los recursos hídricos de Israel y envían sus aguas servidas hacia los valles y arroyos del centro de Israel. En resumen, la Autoridad Palestina está utilizando el agua como un arma contra el Estado de Israel. No está interesada en soluciones prácticas para resolver la escasez de agua del pueblo palestino, sino en la perpetuación de la escasez y en mancillar a Israel.
Un debate público significativo ha sido provocado por la afirmación del presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, de que la cantidad de agua disponible para el israelí promedio es injusta y abrumadoramente mayor a la cantidad de agua disponible para el palestino promedio. El principal problema que debe ser discutido – y que no ha sido suficientemente analizado – es: ¿Cuáles son las causas de los problemas palestinos de abastecimiento de agua?
La discusión debe estar informada con los siguientes hechos fundamentales:
1. Los acuerdos de Oslo otorgan a los palestinos el derecho de extraer 70 millones de metros cúbicos del acuífero de la montaña oriental (depósito de agua subterránea). Sin embargo, este recurso hídrico no está siendo capitalizado actualmente por los palestinos; las aguas se derraman subterráneamente, sin explotar, en el Mar Muerto. Según el acuerdo Israelí-Palestino, se han identificado unos 40 sitios para perforar en este acuífero en la región de las colinas de Hebrón oriental, y los permisos fueron concedidos a los palestinos por el Comité Mixto de Recursos Hídricos Israel-AP. No obstante, en los últimos 20 años, los palestinos han perforado en sólo un tercio de estos sitios, a pesar de que la comunidad internacional ha ofrecido financiar la perforación de todos los sitios. Si los palestinos hubieran perforado y desarrollado todos estos pozos, podrían haber resuelto completamente la escasez de agua existente en la región de las colinas de Hebrón. Pero los palestinos han preferido perforar pozos en el acuífero de la montaña occidental, la cuenca que provee agua subterránea al Estado de Israel. En lugar de resolver el problema han elegido reñir con Israel.
2. Los palestinos no se molestan en reparar las fugas de agua en las tuberías de las ciudades. Hasta el 33% del agua de las ciudades palestinas se pierde por fugas. El mantenimiento de la infraestructura de agua urbana de los palestinos ha sido completamente descuidado. En comparación, las fugas de las tuberías de agua municipales israelíes equivale a sólo el 10% del uso del agua.
3. Los palestinos se niegan a construir plantas de tratamiento de agua, a pesar de su obligación de hacerlo en virtud de los acuerdos de Oslo. Las aguas servidas fluyen fuera de las ciudades y pueblos palestinos directamente hacia los arroyos locales, contaminando así los entornos y el acuífero y causando la propagación de enfermedades. A pesar del hecho de que los países donantes están dispuestos a financiar totalmente la construcción de plantas de tratamiento, los palestinos han logrado eludir su obligación de construir este tipo de instalaciones. (Recién en los últimos dos años, la presión israelí ha hecho avanzar un poco a la Autoridad Palestina en este asunto.)
4. Los palestinos se niegan absolutamente a irrigar sus campos agrícolas con aguas servidas tratadas. En comparación, más de la mitad de los campos agrícolas en Israel son irrigados con aguas servidas tratadas. El riego de campos agrícolas palestinos con agua reciclada en lugar de agua dulce liberaría grandes cantidades de agua para uso doméstico. Esto reduciría en gran medida la escasez de agua en muchos lugares.
5. Algunos agricultores palestinos irrigan sus campos por inundación, en lugar de usar tecnología de riego por goteo. El riego por goteo, como se practica en Israel, lleva agua directamente a la raíz de cada planta, reduciendo así el consumo de agua en más de un 50%. Inundar campos causa enorme evaporación del agua y da lugar a un gran desperdicio.
6. La comunidad internacional ha ofrecido construir una planta de desalinización para los palestinos en la Franja de Gaza. Los palestinos han rechazado este regalo. Una planta desalinizadora podría resolver por completo la escasez de agua de la Franja de Gaza. Los palestinos se niegan a construir esta planta, porque dicen que tienen derecho a acceder a la reserva de agua dulce subterránea de Judea y Samaria, y están dispuestos a sufrir hasta que este sueño se haga realidad. Mientras tanto, los habitantes de Gaza sufren de una grave escasez de agua.
Estos innegables hechos básicos son muy importantes porque tienen consecuencias de gran alcance.
Hoy en día, los palestinos consumen unos 200 millones de metros cúbicos de agua por año en Judea y Samaria. Los palestinos podrían aumentar fácilmente esa cantidad por lo menos en un 50%, sin ningún tipo de ayuda adicional o asignación a cargo del Estado de Israel. Esto requeriría algunas simples acciones:
Si los palestinos comenzaran las perforaciones en el acuífero oriental de la montaña, en los sitios ya aprobados para la perforación, muy rápidamente se asegurarían 50 millones de metros cúbicos adicionales de agua por año.
Si los palestinos redujeran el desperdicio de agua en zonas urbanas del 33 al 20 por ciento mediante la reparación de las principales fugas en sus tuberías urbanas de agua (algo que se puede hacer sin gran esfuerzo), se beneficiarían inmediatamente con 10 millones de metros cúbicos adicionales de agua por año.
Si los palestinos colectaran y trataran sus aguas servidas urbanas, ganarían por lo menos 30 millones de metros cúbicos de agua por año. Esto liberaría 30 millones de metros cúbicos (por año) de agua dulce, que actualmente se utiliza para la agricultura, para uso domiciliario. Esto permitiría tanto mejorar el suministro de agua urbana como ampliar las tierras agrícolas.
Si los palestinos adoptaran la tecnología de riego por goteo, ahorrarían 10 millones de metros cúbicos al año. Esto les permitiría ampliar sus tierras de regadío.
En la Franja de Gaza, también, los palestinos podrían fácilmente duplicar la cantidad de agua disponible, sin ayuda adicional del Estado de Israel. Si los palestinos aceptaran construir una planta de desalinización en la costa de Gaza (financiada en su totalidad por la comunidad internacional), aumentarían la cantidad de agua disponible entre 60 y 100 millones de metros cúbicos al año. Si reparan las fugas, tratan y reciclan las aguas servidas y adoptan el riego por goteo, también duplicarían su asignación de agua.
Desafortunadamente, las perjudiciales políticas de la Autoridad Palestina – como se evidencia en los seis hechos mencionados anteriormente – están en función de la guerra del agua de los palestinos contra Israel. No hay un real deseo palestino para resolver los problemas del agua; prefieren perpetuar los problemas del agua con el fin de mancillar al Estado de Israel. Ven el agua como un instrumento para golpear a Israel.
La belicosa estrategia adoptada por la Autoridad Palestina en materia de agua, explica varias realidades adicionales.
Perforación ilegal de pozos: Desde 2010, los palestinos han perforado unos 250 pozos no autorizados en los acuíferos occidental y septentrional, en violación de los acuerdos de Oslo. Desde 2010 el número de pozos perforados no autorizados ha seguido aumentando a un ritmo alarmante. Esto ha provocado una reducción en la descarga natural de agua en los valles de Beit Shean y Harod, obligando a los agricultores israelíes a reducir sus plantaciones agrícolas. Finalmente, el Estado de Israel se ha visto obligado a reducir su bombeo en el acuífero de la montaña de 500 millones de metros cúbicos por año en 1967 a unos 400 millones de metros cúbicos por año en la actualidad.
Los palestinos también roban agua perforando ilegalmente tuberías pertenecientes a Mekorot, la compañía nacional de agua de Israel. Como resultado, se ha visto comprometida la capacidad de Mekorot para abastecer de agua a los israelíes y palestinos por igual. El agua robada se utiliza principalmente para la agricultura, y no para el uso domiciliario.
Desarrollo sustentable: La AP hace alarde a propósito del principio de «desarrollo sustentable» – un estándar básico de la gestión económica eficaz y moderna – en todos los sentidos. Autoridades que no reparan fugas de agua, no recogen y tratan aguas servidas, se niegan a conservar el agua utilizada para la agricultura y no cobran por el uso del agua se encuentran en flagrante violación de este principio.
Lo que nos lleva a otro pequeño secreto sucio sobre los palestinos: la mayoría de los residentes y negocios de la Margen Occidental y Gaza no le pagan a la AP el agua que utilizan, ya sea en sus casas o en los campos. Simplemente, no hay medidores de agua en los pozos de bombeo ni en la entrada de la mayoría de los hogares, por lo que es imposible para la AP medir la cantidad de dinero que adeudan los consumidores individuales. Esto, por supuesto, conduce a un generalizado desperdicio de agua. La gente que no paga por su uso de agua no tiene ninguna motivación para ahorrarla.
Dependencia de Israel: Los palestinos le compran unos 50 millones de metros cúbicos de agua por año a la compañía de agua israelí Mekorot, pero la Autoridad Palestina no paga por esta agua directamente. Más bien, el Estado de Israel le paga a Mekorot, y luego deduce los costos del agua del dinero de los derechos de aduana e impuestos que Israel recauda en nombre de la Autoridad Palestina en los puertos israelíes. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la Autoridad Palestina le a paga Mekorot sólo el 80 por ciento del costo real del agua que consume. Las negociaciones para elevar el precio del agua se han prolongado durante más de 10 años, e Israel ha desistido muchas veces.
Debido a que el mercado del agua se administra de manera no transparente, el consumidor israelí subvenciona efectivamente al consumidor palestino. El israelí promedio paga aproximadamente 10 shekels por metro cúbico de agua. Alrededor de 0,2 shekel de esa tasa se destina a subvencionar el agua suministrada a los palestinos por debajo del costo.
El resumen de la situación descrita anteriormente es que la Autoridad Palestina está utilizando el agua como un arma contra el Estado de Israel. Está más interesada en reducir la cantidad de agua disponible para Israel, contaminar las reservas naturales, dañar a los agricultores israelíes y mancillar la reputación de Israel en todo el mundo que en resolver realmente los problemas de agua para el pueblo palestino. Los palestinos no están interesados en soluciones prácticas para enfrentar la escasez, sino que tratan de perpetuar la escasez, y culpar al Estado de Israel.
Desafortunadamente, el discurso del presidente Schulz en la Knesset, con sus aparentemente francas pero infundadas acusaciones contra Israel, sugiere que la AP está teniendo éxito en este esfuerzo para confundir a los observadores internacionales y mancillar a Israel.
Más allá de la conclusión alcanzada anteriormente, vale la pena considerar una perspectiva más amplia sobre la situación del agua en Medio Oriente. Los palestinos viven a la sombra del Estado de Israel, una superpotencia mundial en términos de tecnologías del agua. En consecuencia, los palestinos gozan de un relativo Jardín del Edén. Sólo en Israel, en la Margen Occidental y en los Estados del Golfo existe suficiente agua potable, segura, en los grifos del 96 por ciento de los hogares. Los residentes en casi todos los otros países de la región sufren de terrible escasez de agua.
En Ammán, la capital jordana, se suministra agua a los hogares privados sólo una vez cada dos semanas. En Siria, los campos agrícolas en el valle del Eufrates se están secando debido al desvío, aguas arriba, del agua por parte de los turcos. En los últimos años (antes de que comenzara la «Primavera Árabe»), alrededor de tres millones de campesinos emigraron desde el valle del Eufrates a los alrededores de Damasco porque sus tierras se habían secado. En Damasco, también, el agua que fluye en los lechos de los ríos, que se usa para beber, está mezclada con aguas servidas. En Irak, los campos agrícolas se están secando debido a que las aguas río arriba en los ríos Éufrates y Tigris están siendo desviadas por los turcos. Allí también, millones de campesinos perdieron sus tierras. En Egipto se pierden enormes cantidades de agua debido a la irrigación por inundación. El Nilo proporciona 30 veces más agua que el uso anual de Israel y la población de Egipto es sólo 10 veces mayor que la de Israel. Por lo tanto, sería de esperar ver un excedente de agua. No obstante, Egipto sufre de hambre y sed severas debido al severo desperdicio de agua. En el norte de África también hay intolerable escasez de agua.
Por el contrario, el Estado de Israel crea agua artificial (agua de mar desalinizada y aguas servidas recicladas) y se comporta con frugalidad y efectividad y, como resultado, no hay escasez de agua, a pesar de haber experimentado muchos años de sequía. ¡Además, el Estado de Israel es un exportador neto de agua! Israel suministra 55 millones de metros cúbicos de agua por año a Jordania, y vende 50 millones de metros cúbicos a los palestinos.
En el futuro, siempre y cuando se logre la paz y la cooperación sea realmente deseada por los palestinos – lo que actualmente no buscan – el Estado de Israel estará listo y será capaz de ayudar a sus vecinos a superar su escasez de agua.
El Prof. Haim Gvirtzman es profesor de hidrología en el Instituto de Ciencias de la Tierra en la Universidad Hebrea y miembro del Consejo de la Autoridad del Agua de Israel. Es también asesor, desde hace mucho tiempo, de la Comisión Mixta del Agua Israel-AP. Fue el autor del innovador estudio de 2012 del Centro BESA en materia de agua entre Israel y los palestinos.
Los BESA Center Perspectives Papers se publican por la generosidad de la familia de Greg Rosshandler
http://besacenter.org/perspectives-papers/truth-behind-palestinian-water-libels/
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
Difusion: Porisrael.org
progreso autosustentado