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| sábado noviembre 16, 2024

Conceptualización del terrorismo


terrorismo

El terrorismo es un flagelo que ha azotado sin piedad y con suma crueldad pueblos y países. Si bien es un extendido fenómeno en el mundo actual en unos cuantos puntos del orbe, y es tema prioritario a considerar en la preparación de políticas por varios Estados, no han sido pacíficos los intentos por conceptualizarlo a los fines de delimitar concretamente lo que constituye y no constituye terrorismo. Es decir, se ha hablado mucho sobre el tema, pero no siempre en los mismos términos o refiriéndose a los mismos hechos.

Los problemas de definición del terrorismo vienen principalmente por los intereses políticos entremezclados de diversos Estados que se ponen en juego. Los grupos terroristas sobreviven en gran medida gracias al apoyo financiero y armamentístico de unos cuantos Estados que lucran indebidamente con el terror. Por lo tanto, muchos que están envueltos en actividades terroristas manipulan nociones y definiciones en aras de lograr que su actividad indecorosa no quede encuadrada en el concepto debatido en cuestión.

Ahora bien, más allá del arremetimiento epistemológico contra la claridad conceptual por parte de los que intentan zafar de quedar encasillados, el terrorismo puede ser distinguido de otros hechos y definido con precisión.
El terrorismo es el ataque deliberado a población civil con fines políticos, que se lleva a cabo sembrando miedo y pánico en las víctimas. Este concepto objetivo incluye una acción (atacar), un objeto (el blanco del ataque, que son los civiles), una finalidad (el objetivo político que los terroristas desean alcanzar), y un efecto (el consecuente miedo que se siembra sobre los agredidos).

Ampliando el análisis sobre los elementos del terrorismo, seguimos el criterio del analista Julián Schvindlerman que los describe del siguiente modo:

  1. Objetivo de ataque: civiles, sobre los cuales se lanza el ataque deliberado. Ejemplo: atacar intencionalmente zonas residenciales para asesinar a población civil.
  2. Factor elevado de atrocidad: alto nivel de violencia, que a veces asume grados de perversa espectacularidad. Ejemplo: explosión de bombas en autos y aviones.
  3. Finalidad última: siempre el fin último del terrorismo es político (se trate de derechos, territorios, reclamos religiosos o diversas clases de reivindicaciones). Ejemplo: concesión de status político a un determinado grupo nacional o religioso.
  4. Mensaje psicológico mayor: el mensaje trasciende al atentado específico, es más amplio y no se circunscribe al daño causado. Ejemplo: un terrorista que se inmola en un boliche bailable, más que el daño provocado a las instalaciones y a las personas concretas, busca sembrar pánico en toda la población y preocupación en el gobierno.

El mencionado concepto de terrorismo permite distinguirlo de otros dos fenómenos: Guerra y Guerrilla. La guerra clásica, en términos generales, es el enfrentamiento armado entre dos ejércitos regulares representativos de sus respectivos Estados. Los ejércitos están compuestos por soldados que son efectivos oficiales del bando al que pertenecen y avalados por el propio ordenamiento jurídico para desempeñarse. La guerrilla consiste en el enfrentamiento entre un grupo armado irregular, que no constituye el ejército oficial de un Estado reconocido, y un ejército militar regular perteneciente a un Estado. Los integrantes del grupo aludido son guerrilleros, cuadros que más allá de no tener afiliación oficial a un ejército de Estado se mueven con rangos militares y reglamentación jurídica propios de su organización. El terrorismo, como ya vimos, es específicamente ataque a civiles con fines políticos. Este puede ser perpetrado por Estados o por grupos irregulares, e invocando más de un reclamo, lo que nos lleva a la necesidad de esbozar una clasificación general (que no intenta ser pormenorizada) teniendo en cuenta sus manifestaciones:

  • Terrorismo subversivo: organizaciones armadas que desconocen autoridades oficiales, quiebran el orden constitucional y atacan para lograr cambios radicales en el mismo (gubernamentales, institucionales, sociales, etc.). Ejemplos: Montoneros y ERP en Argentina, Sendero Luminoso en Perú.
  • Terrorismo de Estado: Promovido por el aparato burocrático del Estado para asegurar la posición de los gobernantes, y reprimir y castigar levantamientos rebeldes contra la ley o incluso manifestaciones pacíficas que son tomadas como un desafío por las criminales autoridades. Ejemplos: Guardia Revolucionaria de Irán, el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.
  • Terrorismo laico o secular: Generalmente es nacionalista, y busca reivindicaciones y legitimaciones históricas y territoriales. Ejemplo: ETA en España.
  • Terrorismo religioso: Basado en el fundamentalismo y fanatismo religiosos que justifica el accionar violento a través de los valores y dictados del propio credo para imponer un orden teocrático. Ejemplos: Hamas en la Franja de Gaza, Hezbollah en el Líbano.

Para concluir, decimos en consonancia con los expertos en el tema que el terrorismo no es una ideología, sino el medio que emplean los representantes de ideologías para conseguir sus metas. Es un ataque despreciable, inmoral e ilegítimo llevado a cabo de la manera más cobarde, contra inocentes desarmados la mayoría de las veces desprevenidos, que deja un saldo de muerte y destrucción masiva que incluye ancianos, niños y propiedad privada. El combate contra los totalitarismos, tiranías, dictaduras y agrupaciones criminales que recurren al terrorismo, es esencial para un ejercicio efectivo del derecho a la autodefensa por parte de quienes quieren vivir tranquilamente en un marco de respeto a su vida, libertad y propiedad.

 
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