Mahmoud Abbas, en numerosas oportunidades, ha declarado que nunca, pero nunca, reconocerá a Israel como Estado Judío, a pesar de que Netanyahu también ha dicho en toda oportunidad que se le presenta, que esa es su demanda básica para solucionar el conflicto israelí-palestino.
Hay dos motivos que le impiden a Abbas, (o a cualquier otro dirigente palestino presente o futuro) aceptar a Israel como Estado Judío. Uno es geopolítico y el otro es teológico.
Del punto de vista geopolítico, reconocer a Israel como Estado Judío sería para los palestinos abandonar su demanda de radicar a los millones de descendientes de los refugiados árabes del año 1948 en Israel. Si el país es reconocido como judío no pueden exigir que árabes se radiquen en él.
Del punto de vista teológico, hay dos principios esenciales en el Islam que hace imposible a Mahmoud Abbas, como musulmán, aceptar la existencia y legitimidad de Israel. El primero es el hecho de que un país o territorio que ha sido alguna vez islámico debe ser islámico para la eternidad. El segundo es que los judíos, al haber rechazado el mensaje de Mahoma, deben ser considerados y tratados como ciudadanos de segunda clase, dhimmies, sin los derechos que tienen los musulmanes.
El pequeño tamaño de Israel (27,000 kilómetros2) es ínfimo comparado a los 13 millones de kilómetros2 que ocupan los 22 Estados árabes, y los seis millones de judíos que viven en Israel no comparan con los 425 millones de árabes, pero la existencia del Estado Judío es interpretada como la negación del mensaje de Mahoma. Aceptar su legitimidad es una herejía y una blasfemia contra Allah y su profeta.
Arafat, en julio del año 2000, al abandonar la Conferencia de Camp David, sin firmar el acuerdo donde prácticamente recibía todo lo que había pedido, declaró: «Si firmo, me matan».
Tal vez ese sea el tercer motivo que impulsa a Mahmoud Abbas.
porq si le reconoce estaria reconociendo al DIOS DE ISRAEL .